LA OTRA TARTESSOS |
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¿INSCRIPCIONES FENICIAS EN UN THOLOS DE HUELVA?
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Georgeos Díaz-Montexano |
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Análisis epigráfico de las inscripciones -presuntamente megalíticas- del tholos de la Zarcita, Huelva."Una Golondrina no hace verano"Georgeos Díaz-Montexano, "Sociedad Epigráfica de España" & "The International Epigraphic Scoiety".
"En la Península Ibérica ya se utilizaba la escritura miles de años antes que los fenicios aparecieran por sus costas", esta la tesis que ahora defiende la doctora en Historia Antigua, Ana María Vázquez Hoys1, si bien hay que señalar que en realidad es la más reciente investigadora que se suma a una vieja teoría planteada y defendida ya desde principios del pasado siglo, por varios autores -nacionales y extranjeros- y que actualmente es también defendida, desde hace un par de décadas, por otros dos investigadores, quienes han reunido indicios por casi toda la península ibérica2. El estudio de la Dra. Vázquez Hoys se centra fundamentalmente en un fenómeno local, unas inscripciones o grafitos, hallados en dos útiles prehistóricos, encontrados en sepulcros megalíticos de Huelva (España), y que se conservan en el museo de la capital onubense, donde se encuentran expuestos al público. No son las únicas muestras, existen otras en el sur peninsular...
La Dr. Vázquez Hoys sostiene que los fenicios desarrollaron, o crearon, su sistema alfabético tras conocer el sistema de escritura existente en Iberia, especialmente en Andalucía4, y aunque esta misma hipótesis ha sido ya sostenida por la mayoría de los citados autores, nosotros nunca compartimos este punto, puesto que el sistema alfabético fenicio se conoce en las tierras fenicias, o sea, en las costas de Siria y Palestina, y en las colonias orientales, en fecha anteriores -al menos en tres siglos- a la llegada de estos a Iberia, según la fecha más remota considerada como posible, la que ofrecen las fuentes clásicas, alrededor de finales del siglo XI y principios del X AC. Creemos por tanto que esta tesis no puede ser sostenida con rigor, al menos mientras no se produzcan hallazgos arqueológicos o epigráficos, en Iberia, que más allá de cualquier duda razonable posible puedan ser datados cuando mínimo en la misma época en que aparecieron en el Asia Menor las primeras inscripciones alfabéticas de los fenicios.
El geógrafo griego Estrabón, ciertamente se refirió a los turdetanos como un pueblo que tenía leyes escritas en verso, anales, y gramática, de unos seis mil años de antigüedad, pero desde el punto de vista de la arqueología, este dato nunca ha sido considerado ni siquiera como posible. Se estima que es una mera invención o exageración del autor de la fuente que usó Estrabón, puesto que -hasta la fecha- el registro arqueológico no ha mostrado la existencia de ningún sistema de escritura anterior a las llamadas escrituras tartésicas, donde la más antiguas, las del suroeste de la península, se estima no rebasan el siglo VII AC. Ahora bien, los hallazgos de los dos artefactos con grafitos de los tiempos Calcolíticos, y otros hallados en similares condiciones arqueológicas en otros puntos de Iberia, proponen una revisión de la citada referencia de Estrabón, así como considerar la nada descabellada hipótesis de que realmente en Iberia se hubiera desarrollado un sistema (o varios) de escritura, desde mucho antes de la llegada de los fenicios. Según la Dra. Vázquez Hoys se puede decir que fueron los onubenses los primeros que escribieron en esta parte del mundo 5.
Nosotros hemos detectado evidencias de signarios alfabetiformes ordenados en secuencias continuas sobre el espacio o soporte epigráfico, cuya disposición, y frecuencia de aparición de signos, cumple perfectamente con los parámetros exigibles para cualquier tipo de escritura. Ya sea logográfica, fraseográfica, silábica o simplemente alfabética, todas las escrituras conocidas constan de un signario, que es siempre ordenado -a la hora de reproducirse un mensaje- mediante una secuencia continua, ya sea horizontalmente, verticalmente, o circularmente. Todos los signarios alfabetiformes que hemos logrado detectar y reconstruir en Iberia, cumplen con tales requisitos, por lo que independientemente de que podamos o no otorgar valores fonéticos a los mismos, o conseguir traducciones factibles, en cualquier caso, cumplen con los requisitos necesarios para ser clasificados como sistemas de escrituras. En este sentido, la mayoría de los signos que aparecen en las dos inscripciones de Huelva, ya fueron recogidos por nosotros entre 1994 y 1995, en otro signario -silábico-alfabético- que descubrimos entre los numerosos petroglifos del noroeste de Iberia, todos datados -según el contexto- entre el Calcolítico y la Edad del Bronce. Dicho sistema escriptural, o signario, lo bautizamos entonces como Escritura Lineal Atlántica (ELA), puesto que la inmensa mayoría de los ejemplos se hallan sobre la facha de las costas Atlánticas de Iberia, y otros países más al Norte como Irlanda, Escocia y las Islas Británicas (en menor frecuencia que en Iberia).
Así pues, ciertamente, las escrituras de Huelva no están solas en la penumbra de la Prehistoria, como defiende la Dra. Vázquez Hoys, y también es cierto que numerosos signos de escrituras, incluso ya desde el Neolítico, desde hace al menos unos 7 000 AC, aparecen en varios puntos de Europa y en las islas del Mediterráneo.
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