El 20 de febrero de 2009, en la portada del periódico The Sun podía
leerse el siguiente titular: «¿Se trata de la Atlántida?». En
realidad, los periodistas del diario británico se hacían eco del
descubrimiento, en las profundidades del Atlántico, de lo que
semejaba la estructura de una ciudad, con calles y edificios. En el
artículo se incluía una fotografía obtenida con el programa Google
Earth. Gracias a su versión 5.0 se pueden recorrer, además de la
superficie terrestre, los fondos marinos. Utilizando dicho programa,
es posible localizar la aparente estructura urbana en las siguientes
coordenadas: 31º24’21.38" norte y 24º24"22.70" oeste. Este lugar se
encuentra en la denominada «Llanura Abisal de Madeira» y, más
concretamente, en el área conocida como Great Meteor East (GME), a
unos 5.300 ó 5.400 metros bajo las aguas, es decir, dentro de la
zona más profunda del Océano: la abisopelágica.
Cualquiera que observe el área en cuestión con el Google Earth, se
dará cuenta de que la estructura, de forma rectangular, está
dividida por grandes calles o muros. Sin embargo, el mismo programa
posee una herramienta capaz de medir las distancias, con lo que
obtenemos que los supuestos muros o zanjas tendrían una anchura de
kilómetro y medio, algo del todo impensable en el diseño de una
urbe.
El
atlantólogo Georgeos Díaz aporta en su página web (http://www.antiquos.com)
una serie de argumentos que tiran por tierra la posibilidad de que
el descubrimiento esté relacionado con la Atlántida descrita por
Platón. En primer lugar, aduce que las medidas de la ciudad no
coinciden con las ofrecidas por filósofo griego, pues según éste, la
isla tenía una longitud, en su lado mayor, de 555 kilómetros,
mientras que la estructura hallada gracias al Google Earth sólo es
de 160. En cuanto a la orientación de la supuesta ciudad sumergida,
no se corresponde con la mencionada por Platón, ya que debería
estarlo hacia sur. Por último, los canales que se aprecian en la
imagen de Google tampoco concuerdan con la descripción de Platón. En
el Critias leemos que la metrópolis atlante se hallaba a 50 estadios
del mar, y su construcción circular concéntrica –que no aparece en
los restos hallados– estaba separada del puerto también por 50
estadios de longitud, lo que también contradice el descubrimiento
publicado por The Sun. Por si fuera poco, la profundidad del lugar
tampoco es la mencionada por Platón pues, aunque todo el terreno
hubiera sufrido un hundimiento, la superficie de la isla nunca
hubiera podido encontrarse en la ladera inferior de la llanura
abisal de Madeira.
Además estos restos sumergidos no serían tales, sino una serie de
Datos de Reflexión Sísmica Marina (MSRD, sus siglas en inglés), que
mostrarían la proyección de líneas sísmicas empleadas en algún
sondeo batimétrico (estudio de las profundidades oceánicas mediante
el trazado de mapas).