Si se quiere pensar con
claridad, es necesario
poder sentarse. Para
encontrar la felicidad
duradera, hay que
tomarse el tiempo para
pensar. Es necesario
sentarse y con calma,
determinar con
exactitud, la manera en
que uno quiere vivir. Se
debe pensar respecto de
quién es uno y qué es lo
que quiere, y respecto
de lo que deberían ser
sus objetivos. Luego hay
que analizar lo que se
está haciendo en la
vida, y preguntarse si
eso nos está llevando
hacia nuestras metas, o
si, de hecho, nos aleja
de ellas. Debemos
desarrollar programas de
acción práctica en vista
de lograr nuestros
objetivos y ambiciones.
Y pensar todo esto lleva
tiempo. No es algo que
uno pueda hacer en una
sola sesión. Para
lograrlo de manera
apropiada, se debe
invertir en sesiones
regulares, privadas y
sin interrupciones.
Puede ser que ésta sea
la cosa más importante
que uno pueda hacer,
para realizarse en la
vida y encontrar a
HaShem.
"Es un obsequio" decía
el Rebe Najmán, que uno
pueda sentarse con
calma, durante un tiempo
cada día, observar la
vida de uno y trabajar
sobre los sentimientos y
pesares, etc. No todos
logran este estado de
calma contemplación,
durante un tiempo,
diariamente: los días
pasan y se van, y uno
está demasiado ocupado
como para sentarse y
aquietar la mente,
aunque sea una sola vez
en la vida.
"Debes hacer el esfuerzo
y separar un momento
especial dedicándolo a
reflexionar
cuidadosamente respecto
de todo lo que estás
haciendo en la vida.
Debes examinarte a tí
mismo y examinar tu
comportamiento, y
preguntarte si todo
aquello que estás
haciendo redunda a favor
de tus mejores
intereses.
"Al no darse el tiempo
necesario para
clarificarse a si misma,
la gente atraviesa
la vida en forma
inconsciente. Incluso
aquellos momentos en que
puede lograr algo de
claridad y comprensión,
suelen ser cortos y
fugaces. Hasta la
claridad y comprensión
que uno posee no es lo
suficientemente fuerte,
y penetrante. Y por esto
la gente no comprende la
locura del mundo
material. Si se posee
una fuerte y clara
comprensión, es posible
llegar a entender cómo
todo es locura y
vanidad" (Rabbi
Nachman"s Wisdom #47).
Yishuv Ha-Daat
Para poder pensar con
calma, uno debe ser
capaz de sentarse en
calma. Pero, inténtelo!
Busque un lugar privado,
tenga un reloj a mano
para controlar el
tiempo, y siéntese en
una silla, durante
veinte minutos. Fíjese
lo que sucede.
¿Cómo le fué? ¿Pudo
pensar? ¿Tenía una idea
clara respecto de cómo
quería pasar esos veinte
minutos? ¿O se sentó
allí, sin saber lo que
se supone que debería
estar haciendo? ¿Se
sintió aburrido e
inquieto? ¿Quiso
levantarse y hacer algo?
¿Tuvo ganas de encender
la radio, escuchar
música, leer algo,
comer, hacer una llamada
telefónica, volver al
trabajo ... ?
El pensamiento se
encuentra en la mente y
en el corazón. Para
poder pensar con
claridad, uno debe
evitar ser distraído. Y
éste es el motivo de
buscar un lugar privado:
minimizar la distracción
externa. Pero inclusive
encontrando un lugar
donde se pueda estar
solo, la fuente de
distracción más activa
en la vida, proviene de
dentro de uno: del
propio cuerpo. El cuerpo
se expresa en su propio
lenguaje: sintiéndose
incómodo, moviéndose,
tratando de acomodarse,
volviendose inquieto,
etc. Y además, el cuerpo
habla fuerte y claro,
dentro de la mente y del
corazón, compitiendo con
nuestros esfuerzo para
pensar, comprender y
seguir nuestra cadena de
razonamientos y
sentimientos, hasta el
final. Interfiere en
medio de nuestra
reflexión:
"¡Tengo hambre!" "Tengo
sueño" "Tengo que
moverme ... hacer una
llamada...," etc. etc.
De hecho, el cuerpo y su
fiel embajador, el Alma
son tan activos y
poderosos en la vida de
la mayoría de las
personas, que puede
resultar imposible
disciplinarse y
tener el tiempo para
sentarse y pensar.
Solemos planificar
nuestras cosas a medias
(si es que las
planificamos), y saltar
a la acción de
inmediato. Muy seguido
nos encontramos
divididos respecto de lo
que realmente queremos:
el Príncipe (alma)
quiere una cosa, y el
Pavo (cuerpo) otra. En
lugar de seguir nuestro
objetivo de manera
coherente, nos dejamos
distraer y nos vamos por
las ramas. Inclusive los
obstáculos más simples
nos sacan nuestra ruta,
así sean obstáculos del
mundo externo o dentro
nuestro. Terminamos
entonces desanimados
debido a estas idas y
vueltas y fracasos. O
también, puede que nos
encontremos tan ocupados
y tensos que no tengamos
tiempo para pensar en
las cosas; o tan
desanimados y depresivos
que no queramos
pensar en nada.
Para ser capaz de pensar
con claridad encarar las
situaciones, el cuerpo
debe estar confortable y
quieto. El término
Hebreo que designa el
estado de calma y mente
aquietada, yishuv ha-daat,
está unido al
concepto de sentarse.
Daat, comúnmente
traducido como
conocimiento, se refiere
al estado de atención
consciente, intelectual,
emocional, meditativa,
intuitiva, o a alguna de
sus combinaciones. La
palabra yishuv es un
sustantivo proveniente
de la raíz Hebrea
yashav, que
significa sentarse,
descansar o habitar.
El verbo yashav
posee también una forma
transitiva, le-yashev,
que significa
hacer que alguien o
algo se siente, o
habite. (Un buen
equivalente en el idioma
castellano sería el
verbo "asentar," que
puede ser utilizado de
ambas formas, de manera
intransitiva: "se asentó
en un lugar" y de manera
transitiva: "asentó a
alguien en algún
lugar"). Le-yashev et
ha-daat
significa, entonces,
asentar la mente,
preparar a la mente para
recibir daat. Un
yishuv es un
asentamiento, y
yishuv ha-daat
significa el
asentamiento de la
conciencia, un marco
mental definido y
asentado.
Lo primero que se debe
hacer, para esto, es
sentarse
confortablemente. En su
comentario al versículo
primero del Libro de
Ester, los Rabinos
muestran una conexión
entre la claridad y
calma de la mente y el
estar sentado: "Y fué en
los días de Asueros ...
cuando el Rey Asueros se
sentaba en su
trono real ... en el
tercer año de su
reinado..." (Ester
1:1-3). "Porqué se nos
dice que estaba
sentado?" preguntan
los Rabies. "Significa
que ahora su mente
estaba asentada" (Meguila
2la).
Sentarse en este sentido
no significa sólo el
acto físico de descansar
el cuerpo. Sugiere el
principio de hacer un
alto en las actividades
cotidianas para poder
pensar y desentrañar los
problemas. La palabra
Hebrea que designa el
sentarse, shevet,
está conectada con la
idea de Shabat,
que es cuando hacemos
una pausa y nos
separamos de las
actividades cotidianas
para poder cultivar el
espíritu.
Bilbul Ha-Daat
El opuesto de yishuv
ha-daat es bilbul ha-daat.
Bilbul significa
confusión, turbulencia y
desorden: el estado de
bilbul ha-daat es
aquél en el cual es
imposible concentrarse
con claridad en una sola
idea, o seguir una
cadena de pensamientos.
La mente corre,
incontrolado, de una
distracción a otra. Los
pensamientos
compulsivos, las
necesidades internas,
los impulsos, los miedos
y las preocupaciones
compiten para captar
nuestra atención, en una
interminable sucesión de
distracciones externas.
También puede suceder
que se sienta tan
aplastado por el
cansancio, la dejadez y
la que la entera
conciencia parezca
enturbiada.
Bilbul ha-daat es
el equivalente mental de
Lla tensión corporal. En
un estado de tensión,
los músculos del cuerpo
contraen en exceso, más
de lo necesario para la
acción emprendida. Puede
que usted esté tratando
de hacer algo
determinado, mientras
que su cuerpo,
consciente o
inconscientemente, está
ocupado en alguna otra
cosa, algo que lo pone
en contra de usted. De
manera similar, en un
estado de bilbul ha-daat,
puede que usted esté
tratando de dirigir su
mente en una dirección,
y se encuentre
constantemente
arrastrado por otras
sendas de pensamiento,
sentimiento y deseo. El
Alma Divina busca en una
dirección, pero el Alma
Animal interfiere
constantemente.
No toda tensión es mala.
Así como la actividad
corporal requiere la
contracción de los
músculos apropiados, de
manera similar, la
actividad mental
efectiva requiere
atención y completa
dedicación de las
facultades relevantes.
La mala tensión es una
tensión excesiva, o
contraria, respecto de
lo que se necesita y
busca.
Sentarse en Calma
¿Cómo podemos liberarnos
de la tensión
innecesaria y de la
estrechez que nos impide
pensar con claridad y
actuar con determinación
en la búsqueda de
nuestros objetivos?
Es importante comprender
que la tensión corporal
y la turbulencia mental
se encuentran, la
mayoría de las veces,
profundamente enraizadas
en uno o en varios
factores físicos,
emocionales,
espirituales y
ambientales. Las
tensiones generadas por
la vida contemporánea,
las condiciones de
trabajo, y los problemas
diarios, con frecuencia
se combinan, reforzando
el conjunto de las
poderosas barreras
interiores, que se han
ido construyendo desde
la temprana niñez y a lo
largo de nuestra
educación y
experiencias. A la
larga, la única manera
de lograr una profunda y
duradera liberación, es
mediante un completo
proceso de
autocomprensión y
autotransformación.
Pero, hay un
procedimiento simple y
práctico que puede
ayudar a romper el ciclo
vicioso de la tensión y
la estrechez,
permitiendo enfrentar
las raíces más profundas
del problema. Sentarse
simplemente en una
silla, con calma y en un
estado de relajación,
puede liberar la mente y
ayudar a ponerse en
contacto con los
pensamientos, los
sentimientos y los
poderes creativos. Una a
una se aflojan las
tensiones desaparecen,
dejando un sentimiento
de profunda liberación,
claridad, elevada
sensibilidad y alerta.
Los sonidos, la vista,
los gustos, olores, y
sentimientos, se tornan
más vívidos. Se hace más
fácil el pensar,
comprender, recordar y
trabajar sobre los
problemas. Se pueden
lograr entonces nuevas
percepciones y una
creciente conciencia de
la dimensión espiritual
de la vida.
Los beneficios derivados
del sentarse en calma y
relajadamente son tan
grandes que bien vale la
pena dedicar tiempo al
aprendizaje de este
arte. Al principio,
tendrá que concentrarse
más en la técnica de la
relajación corporal,
pero una vez que la
domine podrá entrar al
estado de relajación
rápidamente y disfrutar
de los beneficios
intelectuales,
emocionales y
espirituales que ello
puede otorgar.
KRIYA YOGA