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LOS PRIMEROS
HABITANTES DE EUROPA
Revalorizar la comarca de Orce
La presencia humana constante ha dejado
un rico patrimonio que debe ser recuperado
Se trata de la
ocupación del hombre más antigua de la península Ibérica
PASCUAL RIVAS
La cuenca de Guadix-Baza
constituye una región natural mucho más amplia que la
extensión que comprenden sus actuales comarcas. Abarca
aproximadamente la zona comprendida entre las Sierras de la
Sagra, Castril y del Pozo (Cazorla en sentido amplio) por el
Norte, por los Montes Orientales de Granada, Sierra Arana, y
Sierras de Huétor y de la Alfaguara por el Oeste; por Sierra
Nevada y Sierra de Baza por el Sur, y por las Sierras de Orce
y María por el Este. La región está por ello resguardada y
sufre, o disfruta, según el gusto de cada cual, de un clima
mucho más árido que las zonas circundantes, que ha marcado su
historia medioambiental, geológica, geográfica y en el último
millón y pico de años la humana, prehistórica e histórica.
La historia geológica más
importante corresponde a dos etapas fundamentales: el desarrollo
del gran lago durante millones de años y el drenaje de la cuenca
hacia el Guadalquivir por el Guadiana menor. La primera dio
lugar a planicies donde sea instalaron sabanas y bosques, según
las épocas, en las que, integradas con las faunas africanas y
orientales, estaban los pobladores europeos más antiguos, de los
conocidos hasta la fecha. Desde esa época, hace al menos 1,1
millones de años, la habitación humana de la zona parece haber
sido prácticamente constante. La segunda etapa comienza hace
unos 100.000 años y es la responsable de las ‘hoyas’ y de los
valles donde hoy se sitúan los cultivos más rentables y las
poblaciones más extensas, base de la historia desde la
instalación de la agricultura. Todo este conjunto de hechos son
la base de uno de los patrimonios naturales, históricos y
culturales más desconcertantes de Europa, que llevó a denominar
a la región como Nuestras raíces, pensando en lo andaluz, pero
también en lo peninsular y en lo europeo. A los estudios
paleontológicos, paleoantropológicos e históricos corresponde
desentrañar la historia concreta de cada momento y a ello se han
dedicado y se dedican con ahínco un gran número de
investigadores, con resultados muy estimables que se irán
completando en el futuro.
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Invertir tendencias
En la época más reciente,
las condiciones medioambientales de la región se han vuelto en
su contra y han atenazado su desarrollo económico,
convirtiéndola en una de las regiones con menor renta de Europa.
Parece llegado el momento de invertir la tendencia y que la
historia y la ecología devuelvan a la región lo que le han
hurtado. Hay que poner en valor el patrimonio e iniciar la
promoción de un desarrollo basado en él. Desde hace pocos años,
con la creación de la Comisión Internacional para el Estudio de
la Región y para desarrollar esta idea se organizaron los
trabajos y se inició la promoción de dos tipos de
investigaciones: la científica del patrimonio y la económica de
cómo aprovecharlo para mejorar el nivel de vida de la zona.
Con esta nueva
perspectiva se planteó estudiar primero los yacimientos de mayor
singularidad. Los indicios sobre la presencia humana en la zona
en épocas muy tempranas de la historia de la ocupación de Europa
ya se indicó en los años setenta en el yacimiento de Cúllar
Baza, que actualmente se data de hace unos 600.000 años y ha
sido por ello durante años el registro de la actividad humana
conocido más antiguo de la Península y probablemente de Europa.
Veinte años después el estudio sistemático del yacimiento de
Orce, Venta Micena, llevó a la hipótesis de una Humanidad
europea de al menos 1,3 millones de años. Los restos humanos de
este yacimiento, sin embargo, no han sido aceptados como tales,
sin reservas, por la mayor parte de la comunidad científica. Sus
investigadores utilizaron todos los vericuetos de la
Administración para mantener el trabajo.
El yacimiento de Venta
Micena es excepcional en dos aspectos: por un lado, es de una
riqueza inusitada y representativo de una comunidad de animales
probablemente de origen africano y oriental. De otra forma, no
hay pruebas fehacientes de que el hombre hubiera llegado a esta
parte de Europa, pero si lo hubiese hecho lo encontraríamos
perfectamente integrado con los organismos representados en
Venta Micena. Por el momento, no parece que estuviera, pero
tendría su sitio.
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Sílex
Sietes años después, en
la región, en un lugar diferente pero próximo, Fuente Nueva, las
obras para instalar un poste eléctrico sacaron a la luz piezas
de sílex de gran interés, de origen humano y una antigüedad
aproximada de 1,1 millones de años. Lo que parece ser el mismo
nivel ha proporcionado restos de actividad humana, equivalentes,
en Barranco León, que confirma la que por ahora es la ocupación
humana más antigua de Europa, seguida y casi coetánea de la
hallada este año en Atapuerca con un carácter similar y
manifiestamente anterior que los primeros restos humanos de ese
yacimiento.
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Esperar
La ciencia ha servido ya
los datos básicos y suficientes, no hay que esperar nuevos
hallazgos espectaculares y poco repetibles como los ya clásicos,
más modernos, de las cuevas burgalesas, que permitieron conocer
las características del hombre que vivió en la región y que sin
duda era similar al que habitó en la cuenca de Guadix-Baza. Lo
hallado en los últimos años ha abierto un nuevo camino que deja,
por ahora, de lado las controversias del pasado. Es suficiente
para hacer de la región de Orce un hito en la historia de la
Humanidad. Con ello las investigaciones geológicas y
paleontológicas están en marcha y es posible poner en valor lo
mucho ya conocido a través de los proyectos de desarrollo que en
su día solicitó la Junta de Andalucía; los asesores de la
Comisión Internacional ya lo indicaron así el año pasado, es la
hora de crear los instrumentos administrativos y económicos para
ello. Pero hay que avanzar, se han integrado en la Comisión
nuevos miembros, especialistas en arqueología y prehistoria. A
ellos corresponde el impulso y la propuesta de nuevas
investigaciones y preparación para el desarrollo del rico
patrimonio que abarca desde el Neolítico a la actualidad.
Después de tres años de andadura parece que la creación de un
proyecto diferenciado de la Consejería de Cultura para la región
de Guadix-Baza fue un acierto, a la sociedad llegan ya aires de
promesas futuras que sustituyen los antiguos de polémica.
Pascual Rivas:
catedrático de Paleontología de la Universidad de Granada,
presidente de la Sociedad Española de Paleontología y
presidente de la Comisión Asesora Internacional de la Cuenca
de Guadix-Baza.
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