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LOS PRIMEROS
HABITANTES DE EUROPA
El
significado del Valle de Orce
En ningún otro
lugar de Europa existe una secuencia
estratigráfica tan completa
El hombre
se originó en un paisaje estepario de clima
cálido.
GERHARD BOSINSKI
EN los
últimos 10 años han cambiado drásticamente
nuestras suposiciones acerca de la historia más
antigua de la humanidad. Al principio la opinión
científica defendía que nuestros antepasados
vivieron únicamente en África y que no llegaron
a Eurasia hasta hace más o menos 1 millón de
años. No obstante, las excavaciones llevadas a
cabo por un equipo de trabajo georgiano-alemán
en Dmanisi, al sudeste del gran Cáucaso han
sacado a la luz que el hombre vivió en esta
región hace 1’75 millones de años. Los cráneos
hallados junto con artefactos líticos y material
óseo faunístico indican que se trata de una
forma arcaica de Homo erectus Homo ergaster-,
hasta ahora sólo conocida en el este de África.
El hombre se
originó en un paisaje estepario de clima cálido. Los
antecesores del hombre existieron especialmente en
Africa los representantes del género
Australopithecus- que caminaban erguidos. Sin
embargo, los hallazgos permiten plantearse para el
origen del hombre una región más amplia que se
extiende hasta el sur de Eurasia.
Tecnología
Físicamente
nuestros antepasados no llamaban mucho la atención.
Lo decisivo fue su tecnología. En el sentido de
Charles Darwin los primeros artefactos fueron un
importante elemento de la “lucha por la
supervivencia”. Los agudos bordes de las lascas de
piedra permitían al hombre cortar trozos de carne de
los cadáveres de los animales grandes. De esta
manera, el ser humano pudo incluir la caza mayor en
su dieta alimenticia. Dichos cuchillos de piedra
existieron desde hace unos 2’5 millones de años. A
partir de este momento empieza, según la definición
clásica, la historia del hombre.
Durante más
de 1’5 millones de años, es decir, durante más de la
mitad de nuestra historia, el hombre vivió en las
estepas de clima cálido. Allí él era parte de la
naturaleza que le rodeaba. Estas condiciones
climáticas se dieron también en ciertos puntos de
Europa como son los Alpes o los Pirineos. Un ejemplo
importante en este contexto es la cuenca de
Guadix-Baza, en el sur de España. En la antigüedad
en esta zona se encontraba un lago. A orillas de
este gran lago vivían animales y algo más tarde
también seres humanos. En los sedimentos depositados
en las orillas se ha conservado la historia de más
de un millón de años, al modo de un archivo
inigualable. En ningún otro lugar de Europa existe
una secuencia estratigráfica tan completa. Ni
siquiera los famosos yacimientos del este de Africa
en la garganta de Olduwai y en el lago Rodolfo (Lake
Turkana) tuvieron una duración más larga que ésta ni
un registro más completo.
La
presencia humana
Hace 1’3
millones de años surge la presencia del ser humano a
orillas de dicho lago. En el yacimiento de Barranco
León 5 existen, aparte de huesos y dientes de
diferentes animales, también artefactos líticos
producidos por el hombre. Se trata normalmente de
simples lascas con bordes cortantes. Además, se ha
encontrado una serie de trozos de dolomía mal
conservados, que pudieron ser utensilios para
trabajos rudimentarios. En el yacimiento de Fuente
Nueva 3, de edad similar, fueron igualmente hallados
numerosos huesos de antiguos elefantes,
rinocerontes, hipopótamos, caballos, ciervos y
bóvidos (Mammuthus meridionalis, Stephanorthinus
etruscus, Hippopotamus antiqus, Equus altidens,
Megaloceros solilhacus, Ceruvus, Bos) junto a
animales carnívoros (Megantercon whitei). Entre los
materiales óseos se encontraron lascas de sílex con
bordes cortantes. En este lugar el ser humano era
parte de una comunidad de grandes mamíferos
compuesta por ungulados (elefantes, caballos,
bóvidos) y peligrosos carnívoros (felinos de dientes
de sable, hienas).
La pregunta
sobre el lugar de donde llegaron estos seres humanos
es comparable a la pregunta sobre el origen de la
humanidad. La fauna mencionada arriba es conocida en
el sur de Europa desde hace más de 2 millones de
años. Así pues, es probable que el hombre formara
parte de este biotopo desde el principio. Por esta
razón son de esperar indicios más antiguos de
presencia humana en la región de Orce.
En el
ecosistema
Aún queda por
aclarar qué papel jugaba el hombre en este
ecosistema. ¿Pertenecía al grupo de las especies
carnívoras y cazaba, o se aprovechaba, como
carroñero, de las presas cazadas por otros
animales?. Sea como fuere, en aquella época el
hombre aún no abandonó la estepa cálida, que había
sido su lugar de origen. Sin la posesión de abrigo y
fuego, aún no era capaz de adaptarse a las zonas
climáticas más frías de las altas montañas europeas
(Pirineos, Alpes, Cáucaso).
Gerhard Bosinski: director del Museo Schloss
Monrepos, en Neuwied (Alemania). Ha realizado
numerosas investigaciones en el Paleolítico
alemán, pero además ha trabajado activamente en
Europa oriental y Asia. Ha participado en los
estudios de Dmanisi y también
de
‘Ubeidiya.
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