3. EL MÉTODO
Descripción
El propósito
de esta parte del trabajo es plantear a la discusión, el método
que utilizamos, como se mencionó antes para el caso venezolano y
que proponemos para analizar y comparar aquellos petroglifos o
pinturas rupestres que contengan figuras astromorfas o celestes
y aquellas representaciones meteomorfas o de fenómenos
atmosféricos importantes. A su vez, en cada una de estas grandes
clasificaciones, se incluyen algunas categorías como se muestra
en la lista siguiente.
1.
ASTROMORFOS
Estrellas
Cúmulos
estelares
Constelaciones
Supernovas
Galaxia
Sol
Luna
Eclipses
Planetas
Conjunciones
Cometas
Meteoros
2.
METEOMORFOS
Arco iris
Halos lunares
o solares
Lluvia
intensa
Nubes de gran
desarrollo
Rayos de
tormentas
Rayos solares
Tornados
En la
primera clase, hemos preferido seguir un orden que partiendo de
las estrellas en general, las cuales inundan todo el espacio
nocturno cuando el firmamento está despejado, convirtiéndose en
un espectáculo impresionante. Le siguen: los Cúmulos Estelares
[14]; las
Constelaciones o figuraciones (al estilo de las de Occidente)[15];
las Supernovas; la Galaxia[16];
y luego en el ámbito del Sistema Solar: el Sol, la Luna, los
eclipses de ambos astros, los Planetas más visibles, las
conjunciones
[17]
entre Planetas o entre éstos y la Luna, los grandes Cometas y
los Meteoros.[18]
Luego
en la segunda clase, el orden seguido es simplemente alfabético
y comienza a partir del arco iris, los halos lunares o solares,
[19] la
lluvia intensa, producto de tormentas o de huracanes, las nubes
de gran desarrollo, los rayos,
[20]
asociados a las tormentas eléctricas, los rayos solares y los
tornados.[21]
Hemos excluido del análisis los huracanes, porque no obstante
ser fenómenos de extremada importancia, están asociados más al
viento fuerte y a las lluvias intensas, las tormentas eléctricas
pero no poseen (salvo en la época contemporánea mediante el uso
de fotos aéreas) una forma conocida para las etnias aborígenes.
No obstante es bueno señalar que en algunos idiomas indígenas se
conocen palabras que se refieren a los huracanes como tales.
Otra
cuestión interesante, es aquella que se refiere a si los
petroglifos y las pinturas rupestres, o el arte rupestre en
general, son una forma de escritura, entendiendo este término en
su contenido más simple: la acción y efecto de escribir. Sin
embargo, pensamos que es necesario utilizar un criterio más
preciso, dentro de la clasificación general de Sharer (1994),
vale decir, no solamente el referido al “logográfico (donde hay
morfemas y palabras)” sino más bien aquél que es identificado
como “pictográfico, donde pueden haber palabras, ideas o grupos
de palabras o de ideas, expresados por medio de elementos que,
de alguna manera, retratan o representan sus significados
asociados”
[22]para
una etnia en particular, pero que, independientemente de ello,
pueden ser objeto de análisis y comparación.
Por supuesto,
que el tema planteado, tendrá seguramente divergencias con
algunos lectores, para quienes la escritura se refiere
exclusivamente al uso de aquellos símbolos contenidos en los
alfabetos de las distintas culturas. Por nuestra parte,
consideramos que la definición que más se acerca a la realidad,
es aquella que considera al arte rupestre como una forma
particular de escritura.
Compartimos por otra parte, el criterio expresado por la
Antropóloga Lelia Delgado (1989), en cuanto a forma y contenido,
cuando expresa: “Las conexiones entre forma y contenido son
indisolubles, a tal punto que no es posible que exista fenómeno
sin esencia, ni forma sin contenido.”
[23]
Es por ello, que una interpretación de las representaciones
astronómicas (o de formas que correspondan a cualquiera otra
ciencia como biología, botánica, zoología, etc), a partir del
arte rupestre, comienza para el investigador, con una asociación
de ideas e imágenes, seguido luego un proceso de abstracción,
los cuales deben de ser de alguna forma confirmados o
completados por la etnografía, la arqueología y la antropología.
Porque, pensamos, es con el concurso de estas ciencias sociales,
que se pueden correlacionar e interpretar las posibles
expresiones contenidas en las manifestaciones del arte rupestre,
dentro de las posibles concepciones cosmogónicas o cosmológicas
de una etnia en particular. Y ello es así, por la simple razón
de que no podemos obtener las explicaciones, razones o motivos
de las figuras contenidas en un petroglifo o una pintura
rupestre, en ausencia de su o sus autores, ni del contexto del
tipo de sociedad a la cual pertenecieron, el tiempo en que
fueron realizados y mucho menos las motivaciones o necesidades
de tales expresiones gráficas para esa etnia en particular.
Lo único que
puede hacer entonces el investigador, es inferir o tratar de
interpretar una figura determinada, cuya forma no da lugar a
dudas en cuanto a su parecido con otra de la realidad, pero
tratando de confirmar a través de los estudios arqueológicos o
antropológicos de la zona, lo referente a la etnia que pudo
haber habitado la zona al momento de producir el petroglifo o la
pintura rupestre. Un problema distinto es aquel con que nos
hallamos, al tratar de interpretar y encontrarle algún
significado per se, a una forma que nos parece abstracta, según
el criterio de la civilización Occidental. Sin embargo, es bueno
citar acá otro concepto de Lelia Delgado (1989) quien expresa:
“De hecho existen formas diversas de estructurar la actividad
estética como apreciamos, por ejemplo, en las sociedades
antiguas americanas, las cuales desarrollaron lenguajes formales
que no concebían la práctica estética autónoma de otras
actividades sociales.”
Otro factor
importante, es finalmente, aquel que se refiere a las
habilidades del artesano o artista que plasmó una figura
determinada en una roca, pues en un país como Venezuela, hay
petroglifos y pinturas rupestres de un acabado casi perfecto, en
cuanto a la forma, y otros casos, sin embargo, en que las
figuras son toscas, sin mayor detalle, casi en bruto. Y allí
entran en consideración otros elementos como el sentido que pudo
tener la misma para una etnia específica en un momento
determinado de su existencia.
Creemos que
con el devenir del tiempo, algunas etnias fueron relacionando la
existencia real o imaginaria de sus héroes culturales, creando
su respectiva mitología y vinculándoles, en algunos casos a los
cuerpos estelares o a los fenómenos atmosféricos, los cuales en
muchas ocasiones se hallan representados para ellos, en figuras
o “constelaciones” celestes, como es el caso en algunas culturas
milenarias tanto de Occidente como de Oriente.
Establecida
la cuestión conceptual, planteamos que hay suficientes
evidencias como para que el enfoque desde el punto de vista de
la Aqueoastronomía, sea incluido cuando se hacen análisis
generales de las figuras del arte rupestre, en una región
geográfica en particular, ya sean petroglifos o pinturas
rupestres. Si aceptamos estas realidades desde el punto de vista
conceptual, trátase entonces de hallar un método que permita
entonces, efectuar el reconocimiento de las figuras tanto
celestes como atmosféricas en el arte rupestre.
La
metodología que proponemos entonces, debe partir de la base de
definir, un conjunto de figuras contenidas en petroglifos o
pinturas rupestres, cuya morfología aparente pueda ser asociada
a la de los cuerpos estelares y algunos fenómenos atmosféricos
importantes.
Aplicación
del Método
Pasemos a
demostrar con ejemplos, cómo aplicar el método que proponemos.
ASTROMORFOS
En el caso de
los cuerpos celestes, tendríamos:
1. Las
estrellas y los planetas, se ven a simple vista como puntos de
luz más o menos brillantes y de tamaños y colores diferentes.
Los conjuntos de estrellas como los cúmulos estelares (Pléyades
por ejemplo), o en agrupa-ciones mayores como en las
constelaciones occidentales (como la de Orión) y aún mucho
mayores como en el caso de la Vía Láctea (la Galaxia), serían
entonces, conglomerados de puntos compactos ó en determinadas
formas que pueden ser asociadas a siluetas de animales o cosas,
en el primer caso, y como largos conjuntos de puntos brillantes,
en forma de arco para la Galaxia.
2. Sol, Luna,
planetas y supernovas. Existe aquí un aspecto importante y es
que esos cuerpos celestes, siendo esferas, tal como aparecen a
ojo desnudo, son representados como discos, vale decir, con
solamente dos dimensiones. En esta categoría entrarían: el Sol
que aparecería como un círculo, con punto central o sin el, pero
con rayos; la Luna, los planetas y las supernovas, como simples
círculos. En el caso de la Luna, hay a veces representaciones de
alguna de sus fases como de la creciente o de la menguante,
dibujadas como un semi-cículo. Aquí se incluyen las conjunciones
planetarias, donde la figura sería entonces, un par o más de
círculos cercanos, más pequeños que la figura de la Luna pero
sin rayos. En el caso de los eclipses totales o parciales de Sol
o Luna, pueden aparecer repetidas las figuras de cualesquiera de
ambos astros, para denotar el suceso antes y después del eclipse
o durante el mismo o bien, la corona solar en forma de alas o
bucles que parten del disco oculto del Sol eclipsado.
3. Le siguen
otros cuerpos celestes como los cometas, cuyas figuras son una
especie de núcleo, algo difuso, que bien puede ser representado
por un círculo u otra figura, con o sin punto central, seguido
de una, dos o más colas, algunas de las cuales se despliegan en
el firmamento en forma de abanico por miles de kilómetros, como
sabemos.
4.
Los meteoros o “estrellas fugaces” y los bólidos (bolas de
fuego) los cuales, a veces, recorren miles de kilómetros sobre
el horizonte, dejando ruido y una estela de fuego
impresionantes, se parecerían en sus representaciones a los
cometas, es decir, un núcleo de fuego, seguido de una estela.
METEOMORFOS
Para los
fenómenos meteorológicos o atmosféricos tales formas serían:
1. El arco
iris, como su nombre lo indica, sería un arco sencillo, doble o
triple con o sin colores.
2. Los halos
solares o lunares, representados por una figura circular
central, y un segundo círculo concéntrico.
3. Los
grandes vientos y la lluvia intensa, asociados a los huracanes.
O a las tormentas de mucha intensidad, podrían hallarse
representados por rayas verticales o inclinadas, intermitentes o
contiguas.
4. En el caso
de las nubes de gran desarrollo vertical (Cúmulo nimbus) , las
figuras representarían el conjunto geométrico o especies de
domos, propio de estos fenómenos. Por su parte los rayos solares
estarían asociados a un círculo con rayos parciales (en forma de
semicírculo) que parte de él.
5. En cuanto
a los rayos de las tormentas eléctricas, generalmente un zig-zag
los definiría, aún cuando en otros casos, se producen rayos que
toman formas de siluetas de árboles o de arcos de gran
luminosidad.
6. Los
tornados tienen una forma inconfundible: la de grandes embudos
curvados, que como sabemos, se producen en ciertas áreas de la
región templada del hemisferio norte.
Las figuras
astromorfas o meteomorfas, descritas arriba, pueden hallarse
asociadas o no, a representaciones de animales propios de la
fauna contigua al hábitat de la etnia, así como la flora
importante para ella; a figuras de personas reales o
imaginarias, así como a casas comunales, permanentes o
temporales; cercados, senderos ó caminos; poblados, o accidentes
geográficos como ríos, lagos, montañas, cuevas, volcanes, etc.
En tal
sentido, ha habido esfuerzos dispersos en tratar de sistematizar
las figuras claves que identifiquen tanto la morfología de los
cuerpos estelares, como de los fenómenos atmosféricos y de otro
tipo. Tal es el caso de las obras de: Sujo (1975), De Valencia,
Sujo et al. (1989); A Patterson (1992) citadas en la
bibliografía que acompaña este trabajo o como la del Grupo Le
Orme dell’Uomo que opera en Valcamónica, en Italia (1996).
A título de
ejemplo del método que proponemos, mostraremos a partir del caso
venezolano, petroglifos y pinturas rupestres, donde hay figuras
estelares. Para ello, reproducimos una foto ilustrativa, su
autor y fecha, completándola con el símil correspondiente de un
petroglifo, con mención del yacimiento y ubicación del lugar,
así como el número asignado en el Primer Catálogo de Arte
Rupestre de Venezuela, incluido en la obra de De Valencia, Sujo,
et. al. ya citada y del autor de la foto. Para ello, seguiremos
el orden propuesto en la metodología precedente.
ASTROMORFOS (o representaciones de los cuerpos celestes):
Estrellas
Cúmulos
Estelares
Constelaciones
Galaxia
Sol
Luna
Eclipses
Planetas
Cometas
METEOMORFOS (o representaciones de fenómenos atmosféricos):
Arco Iris
Rayos Solares