TARTESSOS

 
                                                     

EL MITO DE HÉRCULES, GERIÓN Y HADES,

SU VINCULO CON LA GEOGRAFÍA DE TARTESSOS

 

  FRANCISCO JOSE BARRAGAN DE LA ROSA

   

 

 

PARTE I: ANTECEDENTES

 

2) La vida tras la muerte según las creencias griegas 

 La región de los muertos ha sido emplazada de manera común por los pueblos mediterráneos en el extremo occidental de este mar, es decir en Andalucía. Esto tiene una clara asociación con el hecho de que el Sol, astro rey, declina por el oeste perdiéndose en el océano Atlántico. Los pueblos antiguos interpretaban este hecho como que el Sol iba a visitar el mundo subterráneo, el mundo de los muertos. Este viaje el Sol lo hacía navegando diariamente en una barca que surcaba la inmensidad del cielo durante el día y la inmensidad del Océano por la noche. Los griegos en concreto a la región cercana a donde va a morir el Sol, y acuden las almas tras la muerte le llamaban Hades y sitúan en ella a sus dioses infernales. Las almas de los mortales cuando pasaban al reino de Hades, tras un juicio iban a una caverna infernal junto a un lago que también penetraba en el mundo subterráneo, el Tártaro (que algunos han asociado a Tart-essos) donde pervivían sometidos a castigos, o iban a un paraíso, el vergel de la abundancia, los Campos Elíseos, morada reservada a las almas virtuosas y protegida por la diosa de la fecundidad Demeter

Cabe pensar que los mitos del más allá, dioses y personajes fueron trasladados de Oriente a Occidente en la medida que los marinos griegos iban conociendo las regiones más occidentales del Mediterráneo, dándole a los nombres de sus personajes mitológicos a accidentes geográficos. Pero también cabe pensar lo contrario, es decir que los topónimos que tienen los nombres y accidentes geográficos de esas regiones fueran incorporados a la mitología griega.

 

El mundo de los muertos Hades, estaba en un sitio desconocido y remoto cercano al reino de Océano ( = Atlántico). En sus proximidades había cuatro ríos que eran Aqueronte o Estige, como brazo principal, Cocito, Flegetonte y Lete, todos confluían en la laguna Estigia.

Para hacernos una idea recogemos unos párrafos de la Odisea de Homero:

<<  Cuando me había hartado de llorar y de agitarme [Odiseo, le dije a Circe:...]

" ¿y quién iba a conducirme en este viaje? Porque a la mansión de Hades nunca ha llegado nadie en negra nave."

Así dije, y al punto me contestó la divina [ Circe:.....] : “Odiseo rico en ardides, no sientas necesidad de guía en tu nave. Coloca el mástil, extiende las blancas velas y siéntate. El soplo de Bóreas la llevará, y cuando hayas atravesado el Océano y llegues a las planas riberas y al bosque de Perséfone -esbeltos álamos negros y estériles cañaverales-, amarra la nave allí mismo, sobre el Océano de profundas corrientes, y dirígete a la espaciosa morada de Hades. Hay un lugar donde desembocan en el Aqueronte el Piriflegetón y el Kotyto, difluentes de la laguna Estigia, y una roca en la confluencia de los dos sonoros ríos. Acércate allí, héroe -así te lo aconsejo-, y, cavando un hoyo como de un codo por cada lado, haz una libación en honor de todos los muertos,[.......] aparte de esto, sólo a Tiresias le sacrificarás [...] un carnero y una borrega negra, de cara hacia el Erebo; y vuélvete para dirigirte a las corrientes del río, donde se acercarán muchas almas de difuntos. Entonces ordena a tus compañeros que desuellen las víctimas que yacen en tierra atravesadas por el agudo bronce, que las quemen después de desollarlas y que supliquen a los dioses, al tremendo Hades y a la terrible Perséfone.[ a]. Entonces llegará el adivino [Tiresias a responder al oráculo que tanto te preocupa, él] te señalará el viaje, la longitud del camino y el regreso, para que marches sobre el ponto lleno de peces."

Durante todo el día estuvieron extendidas las velas en su viaje a través del ponto.

Y Helios se sumergió, y todos los caminos se llenaron de sombras. Entonces llegó nuestra nave a los confines de Océano de profundas corrientes, donde está el pueblo y la ciudad de los hombres Cimerios cubiertos por la oscuridad y la niebla. Nunca Helios, el brillante, los mira desde arriba con sus rayos, ni cuando va al cielo estrellado ni cuando de nuevo se vuelve a la tierra desde el cielo, sino que la noche se extiende sombría sobre estos desgraciados mortales. Llegados allí, arrastramos nuestra nave, sacamos los ganados y nos pusimos en camino cerca de la corriente de Océano, hasta que llegamos al lugar que nos había indicado Circe>>

Tiresias era un célebre adivino ciego cuya alma permanece en el Hades, pero que gracias a un don excepcional de Perséfone no ha perdido su memoria de la vida y aún más importante, puede predecir el futuro a Odiseo. El viento Boreas es el viento del norte, raro en estas latitudes, que se precisa esperar para poder introducirse en el Golfo Tartésico una vez superado el Estrecho Tartésico. Odiseo no necesitaba penetrar en el Hades, sino simplemente llegar a sus inmediaciones para obtener el oráculo.

El reino del Hades tenía su entrada al otro lado del río Aqueronte o laguna Estigia de aguas pestilentes (Aestigis es la actual Ecija de donde fluye el Guadalquivir). Sin embargo, las almas no conocían el camino de entrada, ni disponía de medios para atravesar el río Estige o la laguna Estígea. Tal como está descrito en la Odisea, se trataba de una marisma nauseabunda en que el río se remansaba, un lugar pantanoso con márgenes fangosas y cubiertas de cañaverales, con aguas estancadas, corruptas y humeantes. Para poder cruzar la laguna, el alma de los muertos tenían que pagar una moneda al barquero Caronte (= Caureonte ) y este además les ponía como condición beber las aguas de la laguna (aguas letales o del olvido, que le permitían olvidar su vida pasada y con ello eliminar la añoranza) . Caronte era un viejo que sólo los ayudaba a cruzar el río con su barca, si los familiares ponían la moneda de pago en la boca de los muertos cuando los enterraban. Si estos no eran sepultados, no celebraban los ritos sepulcrales adecuadamente o no pagaban la moneda, sus almas estaban condenadas a vagar por las aguas de la Laguna Estigia (= Lago Ligur) durante cien años. Caronte era hijo de la Noche ( el ocaso que se da en el oeste cuando el sol se sepulta en las aguas) y de Erebo (=laguna Erebea situada en la región del río Tinto por Avieno).

Una vez que tras el pasaje de barca las almas llegaban a la otra orilla en la puerta del Hades se encontraban un perro monstruoso con tres cabezas y con cola de serpiente llamado Cerbero (= Torre de Cerbero), que dejaba entrar a todo el mundo siempre que estuviera muerto pero no dejaba salir a nadie. Seguidamente pasaban a una sala donde tres jueces decidían donde iban a parar los muertos: los buenos iban a los campos Elíseos mientras que los criminales y pecadores eran lanzados al Erebo o Tártaro, allí las ánimas eran sometidas a duros castigos.

Hades (Plutón para los romanos) tenía su palacio en algún lugar del reino. Al palacio nada más podía entrar Hades y su mujer Perséfone (también conocidas como Proserpina o Coré). Persefóne era hija de Zeus y de Demeter (diosa de la agricultura), la diosa Ceres de los romanos (= Cestero o estero de Ceres). Hades raptó para casarse a Perséfone, y una vez introducida en su reino oculto, no podría salir nunca. Demeter (Ceres para los romanos) que vivía es su reino cercano al del dios Hades, angustiada empezó a echar de menos a su hija, incitó a Zeus como padre de la misma a una contienda con Hades para recuperarla. Pero Hades y Zeus llegaron a un pacto : Perséfone sólo tenía que ir una parte del año al Hades y el resto de tiempo la dejaba que estuviera con Demeter, que así estaría contenta. Estos viajes de Perséfone entre el Hades y los Campos Elíseos se relacionaban con las épocas del año en que al bajar al infierno Demeter como diosa de la fertilidad, por dolor y venganza dejaba la tierra estéril (otoño-invierno) y cuando con su hija subía a la tierra devolvía la fertilidad a los campos (primavera-verano). Por esta razón se considera a Demeter y Perséfone como diosas con autoridad en los infiernos.

El dios Hades, el “invisible”, dominador del arte de los metales, era llamado también Plutón, que significaba “el rico”, aludiendo a las riquezas inagotables de metales de la tierra. La entrada a su reino estaba justamente en el extremo de Occidente pues guardaba intimidad con Helios ( el dios Sol como fuente inagotables de fuego y calor), ya que Hades debía usar de su energía cuando el sol pasaba al mundo subterráneo y así poder obtener y forjar los metales a partir de los minerales. A Hades se le atribuye haber forjado una hoz para Demeter o Ceres, diosa de la fertilidad y los cereales, cuyo palacio era vecino al suyo. Esta diosa supo darle gran utilidad a ese regalo y por demás se valía del trabajo de forja de Hades para obtener otras herramientas también muy precisas en la agricultura.