CAPÍTULO 1
No cabe duda de que la Tarschisch bíblica y la Tartessos griega son una y la misma ciudad1. Polibio, en efecto, indica Тάρσις, esto es, Tarschisch, como forma púnica del nombre de Tartessos. La expresión Μαστία Тάρσηιος, es decir, «Mastia en el reino de Tartessos», figura en el segundo tratado romano-cartaginés del año 348 a. de J. e. (PoI. 3, 24, 2); el nombre está escrito, naturalmente, en su forma púnica. Los mercenarios naturales de Tarsis y su comarca llámanse Θερίται en la inscripción de Aníbal (PoI. 3, 33, 9), es decir, igualmente en un texto de origen púnico (2). La forma Tarsis está además abonada por los traductores del Antiguo Testamento, que traducen Tarschisch por Tarsis, y por el hecho de habérsela confundido con Tarsos en Cilicia (v. cap. VII). Es curioso y extraño encontrar Tarsis empleado como nombre de persona en un epigrama funerario latino de época posterior (CIL, V, 61, 34; Bücheler, Carmina epígr. 1.309):
Lesbia quam tulerat, pulcherrima Tarsis (indicio sit amor totuis Hesperioe), El nombre indígena de la ciudad era, al parecer, Tartis, como su río. Pero los semitas lo convirtieron en Tarschisch; los focenses, o sus predecesores los cretenses, en Tartessos. El cambio de dental en silbante o viceversa ocurre en las palabras que se corresponden fonéticamente dentro del grupo de los idiomas semíticos (el hebreo dice Aschur y el arameo Athur; el hebreo dice Baschan y el arameo Batan; el hebreo dice sür -roca- y el arameo tür); pero también se verifica cuando un idioma semítico toma una palabra de una lengua extranjera. Así, por ejemplo, el griego Στράτων ( torre de S.), se convierte en hebreo en Scharschon. Esta transformación de la t de Tart en la sch semítica se explicaría perfectamente suponiendo que la dental era algo las referencias más antiguas ceceante; y esto precisamente sucedía en la lengua ibérica3, en la cual tart se pronunciaba tarz (como la th inglesa de thing). Polibio reproduce la terminación isch por -is, lo cual nos permite suponer que la forma terminal indígena era -is, pues el nombre del río en el cual estuvo Tarsis era Tertis, y el sufijo -is es un sufijo ibérico muy frecuente en Turdetania (Hispalis, Betis, Astigis, etc.)
El nombre indígena de la ciudad se ha conservado también en el de su río que en
griego se llamaba Тαρτ-ησσός, y en la tradición indígena
ΠερΚ-ης (Estéf, Biz.,
v. BaITIS) o Tertis (Livio, 28, 22; certis es evidentemente una errata de
tertis); debía sonar, pues, Tartis o Tertis4. El nombre de
Bætis,
que los romanos usaban corrientemente -y que da origen al nombre de
Bæturia5 aplicado a la comarca vecina, tiene gran afinidad con Bætulo,
en Cataluña, y Bæterrae, en la Provenza, y acaso
también en los Betasios de Bélgica; no es nombre turdetano, sino probablemente
ligur, ya que los ligures habitaron en el
Bætis
inferior, como también en aquellas otras regiones. En tal caso, quizás haya sido
Bætis el nombre más antiguo, pretartesio, y
Tartessos
el nombre más moderno, introducidos por los tartesios. Después de la destrucción
de la ciudad volvería a emplearse el nombre primitivo.
De la época anterior al destierro (586 a .de J. C.) procede también la
referencia de 1º de los Reyes, 22, 49: «Había Josaphat hecho navíos de Tarsis,
los cuales habían de ir a Ophir por oro». De la misma época es probablemente la
referencia de 1º de los Reyes, 10, 22: «porque el rey (Salomón ) tenía naves de
Tarsis en el mar con las naves de Hiram; una vez cada tres años venían las naves
de Tarsis y traían oro, plata, marfil, simios y pavos». Lo mismo puede decirse
de la referencia de Salmos, 72, 10 (hacia 650 a. de J. C) «los reyes de Tarsis y
de las islas traerán presentes; los reyes de Saba y de Seba ofrecerán dones». El gran tamaño de las naves demuestra que Tarschisch se hallaba en remota región. Confírmalo 1º de los Reyes, 10,22, al decir que las «naves de Tarsis», pertenecientes a Hiram y a Salomón, volvían a los tres años cargadas de oro, plata, marfil, simios y pavos. Estas mercancías demuestran que Tarschisch se hallaba en el camino del África Occidental, pues el marfil y los simios son productos africanos que venían, según todas las apariencias, de las costas occidentales de África, como el oro venía de la «Costa de oro», de Ufas (hoy Ife8 ). El texto de Salmos, 72, 10, demuestra que Tarschisch estaba en la dependencia de Tiro y le pagaba tributo; también que estaba situada «en las islas», en el Mediterráneo o más allá todavía.
Con estas referencias, que son las más auténticas, concuerdan bien los datos que
leemos en los libros posteriores al destierro. Estos libros, aunque más
recientes, están inspirados evidentemente en fuentes antiquísimas.
Ezequiel, 38, 12: «Seba y Dedan,
y los mercaderes de Tarsis, y todos sus... te
dirán: ¿Has venido a arrebatar despojos? ¿Has reunido tu multitud para tomar
presa, para quitar plata Y oro?...». Si, pues, Tarschisch se hallaba en el Occidente remoto, en el camino del África occidental, tenía que estar situada en la comarca del estrecho de Gibraltar. Y, en efecto, puede demostrarse que así era. Los metales, sobre todo la plata, de que habla jeremías, lO, 9, Y el estaño, aluden a España, cuya riqueza en metales es antiquísima. España proporcionaba al mundo antiguo la plata y le vendía el estaño. En 1º de Reyes, lO, 21 leemos: «Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro... no de plata; ésta en tiempo de Salomón no era de estima». Y en el versículo 27: «Y puso el rey en Jerusalem plata como piedras». Todo lo cual indica que hubo por entonces en Jerusalem grandes entradas de metal argentino.
El estaño, empero, constituye una prueba decisiva. Los tartesios traían el
estaño de la Bretaña y de las Islas Británicas, para vender lo a los mercaderes
de Oriente (v. cap. IV y VIII). Sabemos por referencias directas que los tirios
iban a tartessos para recoger plata¹º. Cuéntase que habían comprado tanta
plata, que tuvieron que sustituir las anclas de plomo por otras de plata. Este
metal debía de ser sumamente barato, como lo demuestran los remaches de plata
en los puñales hispanos de cobre¹¹. En Andalucía había también oro (Hecateo, fr.
5; Estrabón, 142, 146, 148), plomo (Hecateo, fr. 10; Estrabón, 148), hierro
(Estrabón 146). También aluden a España las piedras preciosas que tomaban su
nombre de Tarschisch y que se citan en Éxodo 28, 20 Y 39, 13. En efecto, se
trata sin duda de la crisólita (Los LXX traducen
Χρυσόλιθος), que se daba
principalmente en España¹²
Hay además un hecho que confirma la remota fecha de la fundación de
Gades y
ratifica la gran antigüedad de Tartessos. Según todas las apariencias, hubo un
pueblo oriental que, antes que los fenicios, navegó por las costas de España;
éste fue el pueblo cretense, el pueblo de Minos, la más antigua potencia
marítima del Mediterráneo. Los griegos no conservaban de Creta más que un
recuerdo fabuloso20, pero los monumentos cretenses y egipcios descubiertos
recientemente dan testimonio de aquella antiquísima nación21. Hasta en Córcega
se encuentran toponímicos cretenses22. En Cerdeña se han encontrado barras de
cobre cretenses23. En las Baleares se han descubierto vasos egeos
(«jarrones de
pico») y cabezas de toro parecidas a las de Creta. En las costas españolas del
Sudeste han sido hallados adornos orientales de marfil, turquesa, de amatista. En Falmouth de Cornualles se ha encontrado una barra de estaño26 con la forma característica de las barras de cobre cretenses, esto es, la doble cola de golondrina27. Este hecho podría ser indicio de un comercio entre Creta y Tartessos, pues los tartesios traficaban con los oestrymnios (v. cap. VIII), que navegaban a Inglaterra28. Es posible que los άστράγαλα, las barras en forma de vértebra, que cita Timeo (Diodoro, 5, 22) al hablar del estaño de Cornualles, sean las mismas que han aparecido en Inglaterra; en efecto, el astragalón, con su doble incisión, se parece algo a las barras cretenses. Hay que advertir igualmente que en las habitaciones lacustres de Suiza se han encontrado pesas que parecen corresponder a las pesas cretenses29. Una prueba más de que los cretenses navegaban a España puede encontrarse en el nombre mismo de Tartessos. La terminación en («essos» es pregriega primitiva del Asia Menor y principalmente del Asia Menor meridional. Se halla muy extendida por la región de Caria y de Creta3O. Quizá el nombre de Tartessos no proceda, pues, de los focenses, sino de los cretenses o carios31. Los nombres terminados en «essos» se extendieron por el Occidente, como lo demuestra su aparición en Sicilia (Herbessos, Telmessos). Si el nombre de Tartessos es cretense entonces había que ver si el «Tarschisch» fenicio no sería una derivación de «Tartessos» más bien que del nombre indígena.
Parece, pues, que hacia 1500 a. de
J. C. ya era Tarschisch el objetivo de los
navegantes orientales. Pero los tartesios mismos se atribuían una antigüedad
mucho mayor. Dice Estrabón, pág. 139, que se ufanaban de poseer «anales, poemas
y leyes de forma métrica, de seis mil años de antigüedad»32 . La noticia
procede de fuente indígena y fue sin duda anotada por Posidonio o Asclepíades
durante su estancia en Turdetania33.
En favor de esta conclusión hay además el hecho siguiente:
hacia 2500 a. de J.
C. era Andalucía el asiento de una antiquísima civilización que irradiaba su
influencia por el Norte y por el Este. Es esta cultura la más antigua, no sólo
de la Península Ibérica, sino de todo el Occidente. Sin duda, sería temerario
unir, sin más ni más, el nombre de Tartessos a esta cultura, que florecía mil
años antes de los viajes fenicios. Pero el hecho demuestra que en esta comarca
hubo en la más remota antigüedad una civilización, y cabe suponer que los
tartesios, edificando sobre aquella más antigua base, aprendieran muchos de sus
antecesores. NOTAS
2 La vacilación en la vocal -por
ejemplo, Τάρσις θ Θερϊταιάse da también en el nombre del río homónimo, en
Tartessos, que a veces aparece escrito forma Tertis. En fuentes posteriores
griegas y romanas encuéntrase el nombre de la ciudad escrito con u:
Turta, en Catón; Τουρδητανοί , en Polibio, 34, 9; Τουρτυτανοί, en
Artemidoro (véase mi libro Numantia, 1, 34). En relación con estos nombres se
halla el de Turtu-melis, que lleva uno de los jinetes de la Turma SaIluitana (Gatti,
BuIl. deIIa Comis., Arch. Mun. di Roma, 1909, 47). Son frecuentes los cambios de
vocal ante r (Karduchos, Kordyene, Kurdos; ursus, άρκτος; ΘερσίτηЅ, θάρσοςápKToS).
4 Así Movers, PMnizier, 2, 2, pág. 612.
5 Quizás pertenezcan a este grupo también Baes-ippo, Bess-ilus (ciudad y río al sur de Gades) y Baes-ucci, pues la forma antigua de Baet-errae era Bes-ara, y en ibérico es frecuente el cambio de t y s.
6 Los textos acerca de Tarschisch se encuentran en Gesenius: Thesaurus Vet Testamenti (1843), pág. 1315. Véase también Riehm, Handwarterbuch des bibI. Altertums (1884), 2, 1613; Guthe, BibeIwarterbuch (1913), 667. Las traducciones de los textos bíblicos que se citan siguen casi al pie de la letra la española de Cipriano de Valera.
8 V. Dahse, fin zweites Goldland Salomos, lffologie, 1911. El país de Ufas
(jeremías, 10, 9: «plata de Tarsis y oro de Ufas») es
el que hoy se llama «Ife»
en la desembocadura del Biger. (Y. Frobenius, Das unbe kannte Afrika, pág. 139).
11Schuchardt, Berl. Sitz. Ber., 1913, 745.
14 Messerschmidt, Keilschrifttexte aus Assur hist. Inhaltes (1911), Nr. 75
15 El editor leyó «Un-si-si»; pero Meissner y Unger vieron que debe leerse más bien «Tar-si-si». (D. Litt. Zeit., 1917, 410).
18 Tanto el sincronismo de Gades con Velleio 1, 2, 4, como la referencia de Timeo, que dice que Utica fue fundada, según datos fenicios, 287 años antes que Cartago (De mir.ause; 134), procedentes de fuentes indígenas. La cuenta daría, pues, el siguiente resultado: La fundación de Cartago es del año 814 (38 antes de la la olimpiada, dice Timeo en Dionisio Hal.; 1, 74), Y las excavaciones ha confirmado esta fecha. Si a 814 añadimos, pues. 287, tendremos 1101 a. de j. C. De igual modo Plinio -basándose en Timeo- saca la cuenta (N.H. 16, 216) Y halla 1178 años antes del año en que escribe. Velleio saca también la cuenta y halla que la fundación de Gades debió tener lugar en la época de la invasión dórica, esto es, hacia 1100. Mela, 3, 6, 46, Y Estrabón, 48, la sitúan poco después de la caída de Troya. Véase Meltzer, Geseh. Hist. anc. de J'Afrique du Nord(1913), 360 y ss.
19 Ed. Meyer: Geseh. der AIt., 1, 234.
20 Sobre Minos, véase Preller-Robert: Griech. Myth., '2, 1, 346.
22 Fick, Vorgrieeh. Ortsnamen, 25. Sobre ciudades «minoicas» en Sicilia, véase Rhein. Mus., 1910, 206.
23 Evans, Seripta Minoa, 96. La leyenda de que Dédalo construyó los Nuraghes sardos (De mir, ausc., 100) refleja, sin duda, la existencia de antiquísimas relaciones entre Creta y Cerdeña.
24 Evans, Scripta Minoa, 98. También el culto ibérico de los toros alude a Creta (véase Numantia, 1, 28).
30 Fick, Vorgriesch. Ortsnam, 152. En la misma Creta se encuentran Poikilassos (G. G. M. 1, 509), Gylisos (Plin. 4, 59), Amnisos (Pape, s. v.), Tylissos.
31 Lo mismo dice Movers, Phonizier, 2, 2, 612, nota 64: «La pronunciación griega de Tartessos viene probablemente de navegantes carios.» No conozco ningún ejemplo de nombres en «essos» que se hayan formado en época histórica. Sin duda, Odessos, en el Ponto, fue fundada por los milesios; pero el nombre es seguramente prehelénico, pues en esta misma región se encuentran nombres prehelénicos terminados en «essos..: Salmydessos, Kardessos, Agessos, Harpessos, Kabessos, Orgessos, Ordessos. V. Pape, Worterbuch der griech. Eigennamen.
32 ...σοφωτατοι δέ έξεταζονται τών 'Ιβήρων Οΰτοι καί γραμματική Χρώνται καί τής παλαιάς μνήυης έχουσι συγγράμματα καί ποιήματα καί νόμους έμμέτρους έξαςΧιλίων, ώς Φασί καί οί άλλοι δ'' Ιβηρες Χρώνται γραμματική ού μιά[δ']ίδέαI [... pasan por ser los más doctos de entre todos los iberos y saben de letras y tienen anales escritos, poemas y leyes en forma métrica de tiempos antiguos, según dicen, de seis mil años de antigüedad. Mas los demás iberos usan también letras, que no son todas del mismo género...]. Los manuscritos dan έτών; έπών, es una conjetura desatinada. Véase sobre esto más adelante, cap. VIII.
33 La fuente principal de que se vale Estrabón para esta parte es, sin duda, Posidonio, con quien la noticia conviene perfectamente; aparte de éste, podría pensarse también en el gramático Asclepíades de Mirlea, que enseñó en Turdetania y escribió una periégesis (descripción de un viaje) de esta comarca, que Estrabón utilizó. (Estrab., 166, (57).
34 Los indios también atribuían a sus Estados una antigüedad de 6.000 años (Arriano, Ind., 9). Los egipcios a su pintura. (Plin., 35. 15).
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