INDICE
Las glaciaciones condicionan la
habitabilidad planetaria. Efectos globales.
La división final del Mioceno,
en el piso "Messiniense”; entre 6 mill. a y 5 mill. a., presentó problemas
en la década de 1960, para su redefinición y la interpretación de sus
secuencias estratigráficas. En esta década fue objeto de estudios profundos
y diversos en el marco de programas de la Comisión Internacional
Estratigráfica (ICS) y del Programa Internacional de Correlación Geológica.
Se estudiaron numerosos yacimientos de mamíferos fósiles en España y otras
regiones, con importantes novedades; entre ellas, diversos intercambios
intercontinentales, que añaden cuestiones de interés, además de obligar a la
correlación entre la estratigrafía basada en series marinas y la
bioestratigrafía continental. A las singularidades de estas series se añade
el descubrimiento reciente de homínidos fósiles con indicios de bipedia.
Como dijimos, en este período de tiempo se produjeron graves eventos
paleogeográficos, geodinámicos, paleoambientales y paleoclimáticos, que
plantean nuevas líneas de investigación. Comienza esta nueva etapa de
remodelación de la Tierra con cuatro series de episodios glaciares, de los
que ya se está cuestionando que fueron ocho. Debido a que una gran parte del
mar se ha congelado el nivel de las aguas disminuyó considerablemente
dejando al descubierto partes de la plataforma continental marina. Al
disminuir el nivel de los mares y océanos, las lluvias también disminuyeron
en todo el planeta, por tanto, a pesar de que el clima es muy frío las
lluvias, al contrario de la lógica, disminuyeron.
Figura nº 8- Representación de
los casquetes polares en las glaciaciones.
Fuente: Antón Uriarte Cantolla
, 2003
Antón Uriarte Cantolla publicó
en el año 2003 el libro dedicado a la climatología: Historia del Clima de la
Tierra, 2003, que divulga de forma magistral, como en el dibujo anterior, la
extensión de los casquetes glaciares en el hemisferio norte, durante los
períodos glaciares. En la figura de Uriarte se ve la extensión de los mantos
de hielo Laurentino y Finoescandinavo en el hemisferio norte durante el
Ultimo Máximo Glacial, hace 22.000 años.
Figura nº 9- Representación
circumpolar atmosférico, en las glaciaciones.
Fuente: Antón Uriarte Cantolla
, 2003
Se aprecia la circulación
marina superficial en el Atlántico (líneas blancas) y el frente oceánico
polar (línea roja), donde llegaban los icebergs antes de derretirse. Es
posible que al comienzo de la glaciación hubiese existido un manto de hielo
sobre los mares de Barents y KaraA medida que masas de aire muy frío
superficial (en punteado blanco) son expulsadas hacia el sur desde el manto
Laurentino y desde la región ártica, se crean flujos de retorno por sus
bordes orientales (líneas rojas), que llevan hacia el norte aire cálido y
húmedo, el cual suministra abundante nieve a los mantos de hielo. En la
costa norteamericana del Pacífico, el relieve de las Rocosas (en marrón)
facilita este retorno .
Figura nº 10- Unión de los continentes Asia y América, en las glaciaciones.
Fuente: Antón Uriarte Cantolla
, 2003
El descenso del nivel del mar
hizo que la región de Beringia, entre Siberia y Alaska, quedase emergida
durante la Ultima Glaciación, uniéndose los continentes de América y de
Asia.
Figura nº 11- Extensión de la
banquisa polar en las glaciaciones.
Fuente: Antón Uriarte Cantolla
, 2003
El norte Europa, en el Último
Máximo Glacial. quedaba cubierto por los mantos de hielo Finoescandinavo y
Británico. Las tierras emergidas en el Mar del Norte y en el canal de la
Mancha unían Francia con Inglaterra. El estrecho de Gibraltar conectaba
fácilmente Andalucía con Marruecos al reducirse sensiblemente la distancia
entre ambos.
Figura nº 12- Teoría de la desecación del Mar Negro en las glaciaciones.
Fuente: Antón Uriarte Cantolla
, 2003
Existen algunas pruebas de que
hace aproximadamente 5.500 años se produjo un período de enfriamiento y de
aridificación del clima en el sur de Europa, de tal forma que el nivel de
las aguas del Mar Negro bajó, y además perdió el contacto con el Mar
Mediterráneo, convirtiéndose en un gran lago hundido de agua dulce. Es
posible que, hace unos 5.000 años debido a este proceso de desecación, el
Mar Negro quedara aislado del Mediterráneo y se convirtiese en un lago (azul
oscuro). Posteriormente, y de forma brusca, se abrió de nuevo la
comunicación con el Mediterráneo a través del Bósforo y las aguas anegaron
una gran extensión (azul claro) de las costas de aquel efímero lago,
provocando una inundación catastrófica. El estrecho del Bósforo forma parte
del territorio afectado por el cinturón de sismos que se generan con el
desplazamiento de la placa de Anatolia. En este lugar de Turquía se han
producido en nuestros días trágicos terremotos, que ocasionan el movimiento
de las fallas locales. La falla que atraviesa el Bósforo pudo poner en
contacto nuevamente el mar Negro con el Mediterráneo. Tras una ligera subida
del nivel del Mediterráneo hizo que de nuevo se abriese por el Bósforo una
grieta de contacto entre los dos mares. Al estar la superficie del
Mediterráneo muy por encima del nivel del Mar Negro, la erosión hizo que la
grieta se convirtiese pronto en una enorme cascada de agua salada. Esto
explicaría la aparición súbita de moluscos halófilos en los sedimentos del
Mar Negro correspondientes a esa fecha. Un torrente de agua, semejante a 200
veces las cataratas del Niágara, se vertió durante 1.000 días sobre aquel
lago, haciendo que su nivel se elevase 150 metros. Durante este episodio, el
ritmo de subida fue de 15 centímetros por día e hizo que la línea de costa
se retrasase diariamente en algunos lugares centenares de metros. Se ha
especulado que el mito del diluvio universal radique en aquella catástrofe
natural y que aquella gran inundación impulsase la expansión de la
agricultura hacia Europa Central, motivada por la emigración de los pueblos
que habitaban las riberas del lago. Recientemente, el oceanógrafo Robert
Ballard, utilizando robots submarinos, ha encontrado indicios de anteriores
habitaciones humanas en aquellas zonas recubiertas hoy por las aguas del Mar
Negro. Este acontecimiento se confirma con el descubrimiento de estructuras
portuarias y muelles marinos sumergidos en las aguas del mar Negro. Entre
las fases de glaciación y deshielo pasaron, de forma intercalada, períodos
de clima benigno y parecido al actual. Durante estas fases los hielos de los
casquetes glaciares se retiraron a latitudes septentrionales. En el nuevo
espacio se adaptaron nuevos tipos de vegetación y con ella diferente fauna y
los primeros habitantes de Europa y del planeta Tierra.
Cuando regresaba otro ciclo
glacial, todos los seres emigraban a regiones más cálidas al sur, en la
ribera del Mediterráneo, que fue el refugio de la fauna y los primeros
pobladores de Europa. La fauna de estas regiones se representó en las
bóvedas de las cuevas de Altamira, Lasceau, Niaux y en las estepas de
Tassilli, etc. Hay que tener en cuenta que, durante las glaciaciones las
variaciones climáticas se acentuaron, en la Tierra, con la aparición y
acumulación de miles de metros cúbicos de hielo, -agua dulce-, en un gran
casquete glaciar de miles de metros de espesor, que llegaba hasta cerca los
47º de latitud en el hemisferio norte, entre el Canal de La Mancha y París.
Las condiciones climáticas de las glaciaciones fueron los principales
agentes erosivos que remodelaron las cumbres montañosas de las cordilleras
de Europa, América y Asia. Este fenómeno de la formación del agua en hielo
produjo una enorme merma de masa de agua en los océanos y mares, dando como
resultado, en unos casos: el retroceso de la línea de costa en los mares y
océanos; y en otros, un intrusismo marino en los continentes.
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