Autor:
Guillermo Piquero
LAS PIEZAS DEL ROMPECABEZAS
“El testimonio de los
heterodoxos ha sido siempre muy difícil. Muchos han sido expulsados o
perseguidos y otros han tenido que ceder y cambiarse de bando. En todos los
tiempos ha sido necesaria la fuerza de Sísifo para levantar el peso de la
independencia intelectual, y muchos no han podido resistir. El intelectual
desinteresado, que no sirve a intereses poderosos, que dice y escribe lo que
cree, es un modelo difícil de encontrar, desplazado, muchas veces incomprendido,
ignorado o silenciado”.Gregorio Peces-Barba.
Josu Naberan,
quien en su libro “La vuelta de Sugaar” nos sumerge en aquel
universo igualitario de “la Vieja Europa” y lo contrapone como alternativa al
modelo capitalista actual. Además sugiere que el re-descubrimiento de aquellas
culturas primitivas es fundamental para recuperar la identidad perdida que aún
perdura en el inconsciente colectivo vasco, el último pueblo indígena de
Occidente.
Casilda
Rodrigañez,
quién en su libro “El asalto al Hades” y según sus propias
palabras, realiza “una propuesta de recuperar la vida que quedo prohibida y
excluida del orden patriarcal. Los mitólogos inventaron el Hades para desterrar
esa vida que no debía saberse ni imaginarse; las manzanas y la serpiente,
símbolos del placer que impulsa la vida, fueron conquistadas y destruidas por
Hércules, arquetipo del nuevo ser humano patriarcal, que instituye la
superioridad masculina y sustituye el principio del placer por el de la fuerza
física”.
Francisca
Martín Cano,
que en sus
múltiples y diversas páginas-web y en su libro “Las claves astronómicas
del arte y la religión”, realiza una detallada y revolucionaria
descripción de aquellas sociedades matrifocales con el fin de demostrar el
grandísimo conocimiento astronómico de aquellos pueblos y como ese conocimiento
estaba estrechamente relacionado con sus mitos y sus representaciones
artísticas. Demuestra como la mayor parte del arte neolítico mundial, está
inundado de metáforas astronómicas que a su vez se relacionan con la
agricultura.
Ignacio Abellá,
que en esa auténtica obra maestra que es “La magia de los árboles”
nos transmite “un mensaje de los árboles para los hombres; día a día hemos
ido descifrando el significado de las diferentes costumbres y leyendas, de los
susurros del viento entre las hojas; de los sentimientos que todos compartimos
desde nuestras respectivas religiones, tradiciones, culturas..., hacia los
árboles”.
Jorge Mª
Ribero-Meneses
que a través de sus innumerables libros y artículos lleva veinte años
reivindicando contra viento y marea que los pueblos de la Cornisa Cantábrica y
su lengua originaria, el euskera, son la matriz desde donde se puebla Europa y
el Mediterráneo. Esta teoría le ha valido la persecución y el descrédito de la
comunidad científica durante años. Sólo ahora, que a través de la genética se
está llegando a las mismas conclusiones a las que llego él hace dos décadas con
la “arqueolingüistica” y el estudio de la toponímia, parece que empieza a ser
¿reconocido?
Antonio Arnáiz
Villena
y Jorge Alonso García que en
sus diferentes libros realizados para la Universidad Complutense de Madrid
traducen los textos (en su mayor parte funerarios) supervivientes de las
culturas más antiguas de la humanidad. Lo novedoso es que lo hacen desde el
euskera antiguo, la única lengua preindoeuropea que sobrevive en el continente.
Además, elaboran una serie de comparaciones entre los vocablos de estas
diferentes culturas que permiten descartar las simples coincidencias casuales
dada la inmensísima similitud lingüística entre ellos. En el lenguaje funerario
de estos pueblos aparecen siempre referencias a la diosa neolítica a la que en
general denominan como “ama”.
Francisco
Berlanga García,
qué supo
pensar por si mismo y despojarse de lo pre-establecido al escribir el libro
“Apellidos Iberoeuskérikos”. Un sencillo método de desciframiento
etimológico con el que conocer el verdadero significado que esconden los
topónimos y apellidos Iberoeuskérikos.
Jakue Pascual
y Alberto Peñalva,
quienes en su
libro “El juguete de Mari” nos acercan a la primitiva cosmovisión
montañesa a través de las pistas que aquel pasado ha dejado en nuestro
presente: el euskera y la mitología “vasca”.
Imanol Mújica,
al que ya es hora de reconocer los estudios lingüísticos y antropológicos que
desarrolla en sus libros “Lingüística baska” y “Iainkoa”.
Baltasar de
Echave,
al que le estaremos eternamente agradecidos por salvaguardar la memoria de
nuestro pueblo.
Y también:
Terence Mckena, Jose Gómez Fernandez, Louis Pauwels y Jacques
Bergier, Alfontso Martinez Lizarduikoa, Mircea Eliade, Andrés Ortiz-Oses, Pedro
de Astarloa, Félix Zubiaga, Eutimio Martino, Manuel Pereda de la Reguera,
y otro@s much@s...
Y como no, la
arqueóloga lituana
Marija
Gimbutas,
quién hizo saltar la chispa que encendió el fuego.
NOTA:
Este trabajo ha sido elaborado sin en el consentimiento previo de las personas
anteriormente citadas. No obstante, espero que no se enfaden.
Lógicamente echarás en falta
bastantes autores que a tu juicio son importantes. Seguro que lo son; pero estos
han sido los mimbres de los que he dispuesto para elaborar el cesto.
Selecciones la cresta de la simiente.
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