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Paleoantropologia .
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ESPECIAL "EL HOMBRE DE ORCE" EN TARTESSOS.INFO

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LOS PRIMEROS HABITANTES DE EUROPA
 
 
Los homínidos de Gran Dolina
Los yacimientos de  la Sierra de Atapuerca

La edad de los fósiles estaría entre 780.000 años y prácticamente un millón de años.

Juan Luis Arsuaga
DURANTE la campaña de excavación correspondiente al año 1993 se inició un sondeo en la secuencia estratigráfica del yacimiento de Gran Dolina (TD). Este sondeo, que en algunos puntos de la secuencia alcanza un máximo de 6 metros cuadrados, llegó hasta el nivel 6 (TD6) en la campaña de 1994. Una de las capas de este nivel proporcionó un rico conjunto arqueológico-paleontológico que, además de abundantes restos de micro y macromamíferos, incluía 100 instrumentos líticos y 30 restos humanos fósiles. Durante la campaña de 1995 esta capa aportó otros 54 restos fósiles al registro de homínidos y más piezas talladas. El análisis paleomagnético de los sedimentos de TD indican un cambio de polaridad en el nivel TD7: las muestras tomadas en el intervalo TD1-TD7 tienen polaridad inversa y las muestras de TD8-TD11 presentan polaridad normal (la secuencia se numera de abajo a arriba).

Pleistoceno inferior 
La presencia de Mimomys (Cromeromys) savini en TD3, TD4, TD5, TD6 y TD8 y los resultados de  las dataciones radiométricas realizadas directamente por ESR sobre fósiles de los diferentes niveles, sugiere que el cambio de polaridad de TD7 corresponde a la inversión Matuyama-Brunhes (en TD1, TD2, TD7 y TD9 no se han obtenido restos fósiles de micromamíferos). Por consiguiente, la ocupación humana en TD6 ocurrió durante el Pleistoceno inferior, es decir, en el cron Matuyama, hace más de 780.000 años, pero posiblemente después del subcron Jaramillo. La edad de los fósiles estaría por tanto entre 780.000 años y prácticamente un millón de años.
 La lista de fósiles humanos de TD6 incluye un fragmento de cuerpo mandibular del lado derecho con la serie molar in situ, una gran parte de un esqueleto facial con varios dientes, un extenso fragmento de hueso frontal, otros restos craneales más pequeños, dientes aislados y numerosos restos de esqueleto postcraneal (huesos largos, clavículas, vértebras, costillas, etc.). Los fósiles están muy fragmentados como consecuencia de los procesos antrópicos de carnicería que se deducen del estudio tafonómico del conjunto óseo. Sin embargo, los agentes tafonómicos que actuaron después del enterramiento de los restos probablemente no fueron muy destructivos.
Seis individuos
El análisis de los dientes, aislados o incluidos en maxilares y mandíbulas indica un número mínimo de seis individuos. El homínido 1 está definido por el fragmento mandibular anteriormente citado, un pequeño resto de maxilar con el canino y el tercer premolar in situ, así como por once dientes aislados. El estado de desarrollo de las raíces del segundo y tercer molares es equivalente al de los adolescentes actuales de unos 13-14 años. El homínido 2 se ha identificado por un fragmento de maxilar que conserva el canino y el primer molar deciduo. La imagen radiográfica muestra el estado de desarrollo de la corona de los incisivos y el canino permanentes, que sería equivalente a la de un niño actual de entre 3 y 4 años de edad. El homínido 3 está representado por un maxilar con varios dientes in situ. El estado de erupción del canino, premolares y segundo molar indica que este individuo murió cuando tenía entre 10 y 12 años, siempre siguiendo los estándares correspondientes a las poblaciones actuales. Dos incisivos inferiores izquierdos representan la evidencia de sendos individuos adultos en la colección de restos humanos de TD6. El desgaste de estos dientes sugiere que los homínidos 4 y 5 fallecieron probablemente antes de los 20 años. Hay por último un sexto individuo infantil de 3 o 4 años representado por un germen de incisivo superior izquierdo.
Nueva especie
El conjunto de características craneales, mandibulares y dentales de los restos de la Gran Dolina nos han llevado a asignar estos fósiles a una nueva especie de homínido, Homo antecessor, que sería el último antepasado común de nuestra especie (Homo sapiens) y de las poblaciones europeas del Pleistoceno medio (Homo heidelbergensis) que evolucionaron hacia los neandertales (Homo neanderthalensis).
 Debido a su estado de fragmentación, son muy pocos los caracteres del esqueleto postcraneal que pueden ser evaluados filogenéticamente, pero en todo caso no contradicen los resultados del análisis de los restos craneales y dentales. La clavícula ATD6-50 comparte muchos rasgos con los neandertales y con los homínidos de la Sima de los Huesos; por lo tanto está morfología parece la primitiva y los neandertales la habrían conservado. La gran longitud absoluta del radio ATD6-43 puede ser indicador de un índice braquial alto en Homo antecessor y unas proporciones corporales más similares a Homo ergaster y a los humanos modernos que a los neandertales. La estatura de Homo antecessor puede ser estimada a partir de la longitud de una clavícula y un radio. 
Los resultados son de 174,5 y 172,5 cm respectivamente. Esta estatura es similar a la estimada en algunos individuos de la Sima de los Huesos y superior a la media de los neandertales de Europa occidental.
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Juan Luis Arsuaga: codirector del Proyecto Atapuerca y profesor de Paleoantropología en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido merecedor del Premio Principe de Asturias por los trabajos en Atapuerca. Autor de numerosos artículos científicos y algunos libros de divulgación como ‘La especie elegida’ y ‘El collar del Neandertal’.