¿Descubiertas las primigenias Columnas de Herakles?

Las Columnas del Cielo = Puerta del Cielo = Puerta de Gades = Torre de Babel = Torres de Kronos = Torres Byrgos = Columnas de Hérkules/ Íkaro / Bako / Breogán / Brigareo…, ¡DESCUBIERTAS!

 

 
 

Jorge María Ribero-Meneses

Como ya dictaba el sentido común, todos esos enclaves míticos enumerados en el epígrafe del presente escrito fueron el MISMO y su inmensa celebridad se explica por el hecho de que existía la religiosa y dogmática convicción de que solamente desde ellos podía ascenderse al Cielo, al Más Allá, al Mundo de Ultratumba en el que moraban los Dioses y los Inmortales. Y de ahí el que ya sea en forma de tales columnas, ya de torres, de árboles o de simples colinas, aparezcan flanqueando a HÉRKULES en innumerables escudos de la COSTA CANTÁBRICA junto a la que se yerguen y en la que, como resulta obvio e inevitable, han dejado más profunda, acrisolada e imperecedera memoria.
 
 

Como multitud de remotos testimonios históricos documentan, aquellas legendarias COLUMNAS o COLINAS son las mismas que precedían a la ISLA ATLÁNTIDA, a modo de Umbral o de Pórtico. Y al hablar de la Isla Atlántida no estamos hablando de ninguna fábula como la que las mentes más enanas e ignorantes le atribuyen a Platón, sino que nos estamos refiriendo a uno de los innumerables nombres a los que respondiera la CUNA DE LA HUMANIDAD y de la CIVILIZACIÓN, también conocida, en las tradiciones hebreas, como el Paraíso Terrenal. De ahí, justamente, el que las COLUMNAS en cuestión se convirtiesen en el símbolo más sagrado de la Antigüedad, reconocible aún en el hecho de que, dando fe de cuál fuera su verdadera ubicación, sigan viéndose reproducidas todavía hoy, flanqueando y custodiando el Escudo de ESPAÑA.

Una de esas dos COLUMNAS/COLINAS es la que, recorrida en ESPIRAL por una supuesta Serpiente, constituye el núcleo fundamental del mito del Jardín del Edén o del Paraíso… Y esa misma, además, sigue teniendo destacada y cotidiana presencia en el mundo contemporáneo, a través del símbolo de la moneda de los Estados Unidos de Norteamérica, el dólar: $. Es bien conocido que los creadores del símbolo con el que reconocemos a la moneda norteamericana, creada a raíz de la independencia respecto a Gran Bretaña, se limitaron a calcar el diseño de una de las Columnas de Hérkules que enmarcan y flanquean al Escudo de España… El mismo diseño que remedan todas aquellas esculturas de divinidades grecolatinas que aparecen enteramente rodeadas por un ofidio que serpentea en torno a ellas.

En mi Trilogía de la Atlántida y antes del descubrimiento de mi tercer hijo, Balodia, en Google-Earth, ya manifiesto mi certeza de que el modelo común de los zigurats babilónicos (escalonados), de la más antigua pirámide egipcia (la de Sakarah, también escalonada), de lo que se conserva de las pirámides de Canarias (igualmente escalonadas) y de las de Centroamérica, todas ellas también escalonadas, se encuentra sin el menor género de dudas en el ámbito del Archipiélago de AZTALLANTA o ATLÁNTIDA, hundido frente a los Picos de EUROPA en el denominado ORIENTE DE ASTURIAS.
 
 
 

Las fotografías que sin necesidad de realizar exploración submarina alguna y haciendo un brillantísimo uso de esa herramienta prodigiosa que es la visión aérea del globo terrestre, difundida a través de Google-Earth, ha obtenido mi hijo Bladimir Ribero-Meneses Sanz, muestran con absoluta nitidez y con una contundencia demoledora, cómo las DOS COLINAS/COLUMNAS DE HÉRKULES o de BASKO = BAKO que preceden y flanquean a la Isla ATLANTIDA, presentan como perfil unas laderas manifiestamente ESCALONADAS que están proclamando a gritos su condición de modelo y referente de lo que los descendientes de los supervivientes del cataclismo de la Atlántida, RECREARON MILENIOS MÁS TARDE a lo largo y ancho del planeta.

Ocioso es decir que la Naturaleza no ha podido modelar ese perfil escalonado y absolutamente regular, que recorre las laderas de las dos ISLAS que servían de PÓRTICO para la ISLA MADRE en la que tuvo su CUNA LA HUMANIDAD. Ni en los fondos marinos, ni tampoco en la superficie de todo el planeta puede encontrarse nada parecido, salvedad hecha de las laderas de aquellos montes que han sido aterrazados por el ser humano con el fin de darles un aprovechamiento agrícola. En la Península Ibérica y, a imagen y semejanza de ésta, en las Islas Canarias, existen multitud de montes de esa naturaleza, modelados todos ellos por la mano del hombre.

La simple presencia de esos perfiles escalonados o aterrazados en esos montes submarinos vecinos de la mole de 4.500 metros del hundido KATXUTXO, acredita y homologa a éste, de manera categórica, como la ISLA PRINCIPAL del ARCHIPIÉLAGO DE LA ATLÁNTIDA, claramente reconocible en las fotografías aéreas que mi hijo Balodia ha obtenido en estos días pasados en Google-Earth, exactamente medio año después de que viera la luz mi TRILOGÍA DE LA ATLÁNTIDA. Obra monumental que, al igual que todos aquellos que la han leído, tengo por única, sin precedentes e irrepetible y que sólo a seis meses vista de su publicación, me asombro de haber podido realizar en sólo medio año y, por si fuera poco, recién salido de mi segunda operación a corazón abierto.
Las tres islas reflejadas en la heráldica cantábrica

Ya resultaba absolutamente obvio merced al testimonio aportado por los historiadores antiguos, pero desde ahora y además de con esa evidencia, poseemos la prueba física rotunda e incontestable de que las COLUMNAS/COLINAS de Hérkules existieron realmente, hallándose sumergidas hoy bajo el mar como la propia Isla Madre a la que guardaban a modo de guardianes o centinelas… Sí, desde ahora poseemos la prueba incontrovertible de que las celebérrimas COLUMNAS permanecen hundidas frente a LLANES, en la Costa de Asturias, precediendo a la ISLA sumergida de KAZTALLA = AZTALLANTA = ATLANTIS = KATXUTXO, identificada por mí como tal en Marzo 2008 y protagonista de mi TRILOGÍA DE LA ATLÁNTIDA, publicada en el mes de Diciembre de ese mismo año. Obra en la que, entre otros millares de datos ineditos, aporto los testimonios de dos pesos pesados de la Historia Antigua, Heródoto y Aristóteles, inequívocos al localizar la verdadera ubicación de las Columnas de Hérkules en el NORTE DE ESPAÑA.
 
 
Las mismas islas hundidas en el Beato de Santander 

Las DOS COLUMNAS DEL CIELO estaban consagradas al SOL y a la LUNA, supuestos progenitores de nuestra especie y creadores de la Vida y, debido a ello, las dos únicas divinidades adoradas por nuestros antepasados… Deidades de las que son meros remedos o réplicas todos los Dioses, Patriarcas o Profetas antes los que, todavía hoy, permanece postrada la Humanidad. Lo que tiene todo que ver con el hecho de que la memoria de aquellos dos Hitos cruciales, emerja incluso en las monumentales pirámides escalonadas del SOL y de la LUNA que presiden la Ciudad Sagrada azteka de Teotihuakán…

Aunque ignorante de que dichas Islas eran las propias COLUMNAS DE HÉRKULES que, por espacio de decenas de miles de años señalaron el Extremo de la Tierra o Final del Mundo Conocido, un antiguo erudito español, Ignacio López de Ayala, las documenta en su Historia de Gibraltar:

Las islas de Juno y de la Luna que estaban situadas entre las Columnas de Hérkules de Kalpe y Abila, SE HUNDIERON EN EL MAR.

Las pesquisas en Google-Earth del tercero de mis ocho hijos, han permitido localizar esas dos Islas cruciales, reconocibles bajo la superficie marina por las incisivas y fidelísimas fotografías de la Tierra, obtenidas vía satélite y servidas a todo el planeta a través de esa formidable herramienta de investigación que es la citada Google-Earth. Una de esas fotografías (véase foto 1) nos permite ver con claridad cómo dos Islas de contorno circular se alzan como centinelas entre la Costa asturiana y la mancha estirada e intensa que dibuja la Isla sumergida del Katxutxo, con sus 4.500 metros de altitud y sus cerca de 60 kilómetros de extensión. Y conviene resaltar el hecho de que la Isla en cuestión, por lo que se refiere a la impresionante meseta con la que se remata, tiene una inequívoca forma de cuerno que viene a coincidir con la que los autores antiguos le reconocen a la Isla de HESPÉRIDA. Nombre este último que es el más importante y generalizado de cuantos designaron a las Islas Atlantes. Y de ahí el que un historiador antiguo, Dionisio Periegeta, se refiera a ellas en estos categóricos e inequívocos términos:

Las Islas Hespéridas, patria del estaño, eran habitadas por la rica nación de los nobles IBEROS…

Palabras concluyentes que podemos completar con estas otras que nos legara Máximo de Tiro:

El monte ATLAS estaba situado en HESPERIA, vasta tierra rodeada por el mar cuyos habitantes profesan culto a ATLAS. Es una montaña altísima y horadada.

Aquella Isla de HESPÉRIDA es la misma a la que los Judíos, que se sabían originarios de ella, recordaban con el nombre calcado de SEPHARAD que, por extensión, acabaron dando al conjunto de la Península Ibérica. Y de ahí, de ese HESPÉRIDA = SEPHARAD, se desprendería el nombre del PARADISO o Paraíso Terrenal, siendo ésta la razón por la que el nombre hebreo de éste es nada menos que… ¡PHARDES! Y de ahí todos los Pardes, Pardeza, Parada, Prades, Fardetes, Frades y formas afines de la Toponimia española, así como, por cierto, el nombre de los célebres Jardines del Prater vienés…

Como HESPÉRIDA = Atlántida y el PARADISO fueron exactamente el mismo lugar, de ahí el que Diego de Valera, en su Coronica de España abreviada publicada en Burgos en 1487, escriba lo que sigue:

Según dice Beda, es tan alto el lugar donde el Paraíso está que parece igualar con el cielo lunar.

Testimonio que se ve refrendado por estas palabras, mucho más minuciosas, de San Efrén:

El Paraíso estaba más encumbrado que todos los sitios excelsos y los hombres, antes de la inundación universal, tenían sus habitaciones entre el Paraíso y el Océano. Los hijos de Seth, elevados Gigantes, habitaban en la cumbre de aquella región.

Si los Griegos denominaron HESPERIA a HISPANIA fue por la misma razón por la que los Hebreos se decantaron por el nombre de SEPHARAD, variante de HESPÉRIDA. Coherentemente, los Judíos, al igual que los Griegos, se sabían originarios de una ISLA ATLÁNTICA y OCCIDENTAL. La misma que habría de determinar el que fuera hesperos el nombre helénico para denominar al OCCIDENTE. Lo que nos remite al origen del término castellano ESPERANZA, que entronca con todo lo ya esbozado respecto a la ubicación del PARAISO en esas misma Islas Occidentales a las que peregrinaban las gentes de la Antigüedad al final de sus vidas, convencidos de que sólo desde ellas podían alcanzar el Paraíso Celestial y morar eternamente, por ende, junto a los Dioses a los que adoraban. Todo lo cual constituye el precedente obvio del actual y modernísimo CAMINO DE SANTIAGO, que fue un invento medieval de los poderosos prelados gallegos para recrear y capitalizar aquella remota y reverenciadísima Ruta de Peregrinación que desde todas las regiones del Mundo Antiguo conducía hasta las Columnas del Cielo de la Isla Primigenia o Atlántida. Como invento fue, igualmente, la iniciativa de los epíscopos aragoneses fabulando una supuesta aparición de la Virgen María al propio Santiago = Sant´Yago en una gruta de Zaragoza, fruto de la cual sería la erección del Santuario de la Virgen del PILAR… Y obsérvese cómo en este caso, ya el propio nombre de esta Basílica prueba que se trata de una simple réplica de las COLUMNAS DEL CIELO… Los políticos de hogaño se inventan Juegos Olímpicos o Exposiciones Universales para atraer visitantes y riqueza… Los clérigos de antaño se inventaban milagros y prodigios divinos con ese mismo objetivo…
 
 

Nuestros antepasados peregrinaban a las Columnas del Cielo porque creían firmemente que sus almas volarían al Cielo desde ellas. Para lo cual era imprescindible que todos aquellos millares de peregrinos, la mayoría de edad avanzada, enfermos, tullidos o lisiados, que llegaban hasta ellas, pudieran ver materializado su ideal y su sueño de llegar a ascender hasta la cumbre de aquellos dos Hitos que habrían de servirles de plataforma desde la que ascender hasta el Más Allá… ¿Cómo conseguir esto cuando las Columnas/Colinas en cuestión superaban los mil metros de altitud? A miles de años luz de la invención de los funiculares, la única vía que podía permitir la ascensión hasta esas dos anheladas metas de las peregrinaciones de antaño, pasaba por la construcción de una rampa que, serpenteando en espiral en torno a aquellas dos Columnas/Colinas, arrancase en la base de las mismas y concluyese en su cumbre, permitiendo el tránsito de caminantes y, también, de caballerías e incluso de carros que hicieran mucho más cómoda aún la subida hasta ese auténtico fielato o aduana del Cielo cuya custodia, como sabemos, le estaba encomendada a San Pedro… Por eso San Pedro tiene nombre de Piedra, en tanto que idealización que es de aquellas dos Columnas pétreas…

Nuestros antepasados de la Prehistoria cantábrica eran lo bastante inteligentes como para no malgastar su tiempo y sus energías en obras faraónicas que no tuvieran una finalidad netamente utilitaria y práctica. Trazar una rampa para ascender a la cumbre de una montaña, forjando hace 20, 50 ó 70 mil años el precedente de las carreteras actuales, era una obra que, realizada a golpe de escoplo y martillo, requería un trabajo titánico, pero que estaba justificada porque era del más alto interés para todo el conjunto de la sociedad de la época… Sin embargo, haber escalonado dos montañas simplemente porque quedaba bonito, habría sido una monumental estupidez. Tan estúpido como lo fue el hecho de erigir unas pirámides colosales, con un altísimo coste material y humano, simplemente para que sirvieran de tumba para el Rey/Faraón de turno… Y hago notar que el propio carácter funerario de las pirámides egipcias acredita que eran hijas de estas

Colinas/Columnas del Cielo que hoy permanecen bajo el mar en la Costa Asturiana y que permitieron a nuestros antepasados ascender hasta el punto en el que se consumaba el final de sus vidas, incinerándose o, por lo común, precipitándose hasta el mar en caída libre y a tumba abierta…

Así, de este modo, hemos llegado hasta el porqué de esos enigmáticos escalones que tanta perplejidad causaron a mi hijo cuando los descubrió hace tres o cuatro días y que tanto desconcierto han creado en mí mismo, persuadido de que no podían ser tales escalones. Sencillamente, porque resulta irracional e idiota construir una escalera para ascender a una montaña…, salvo que esa supuesta escalera, en esa forma o como simple rampa, trepe hasta la cima serpenteando y trazando una espiral en torno a ella. Que es lo lógico e inteligente y lo que, de hecho, sabemos hicieron quienes construyeron las pirámides egipcias. O lo que se supone que hicieron los quiméricos artífices de aquella Torre de BABEL que, ahora lo descubrimos, no fue tal Torre sino aquellas dos COLUMNAS DEL CIELO… Por lo mismo que su supuesta destrucción no fue tal sino que, simplemente, se sumieron en las aguas del Occéano… ¡Cuántos cuentos tártaros nos han vendido como verdades históricas, dogmáticas e incontestables…!

 
 
 

Obsérvese: HESPERIA >> ESPIRAL. Es decir, que la propia Hesperia dio nombre a la rampa en ESPIRAL que hacía factible el acceso hasta la cima de las Columnas/Colinas del Cielo y que, entérense bien señores historiadores, es la misma que sirvió de inspiración para las columnas salomónicas, en espiral, que sirven de elocuente marco o de pórtico para los altares en los que se venera a las deidades cristianas… Y es que si en los altares se representa el Paraíso Celeste, en las columnas salomónicas que les preceden, pervive la memoria de las celebérrimas Columnas que conducían hasta aquél…

No son, pues, escalones, los que distinguimos en el perímetro de las dos Islas sumergidas que preceden a la Isla Atlántida, sino el perfil de aquella rampa que las recorría en su integridad y que, contemplada en visión lateral, ofrece la apariencia de grandes escalones. Y precisamente por ello, los pueblos de la Antigüedad que desde América hasta Asia pasando por África y Europa, conservaban grabados o pinturas de aquellas dos COLINAS cruciales, las recrearon en forma de pirámides, torres o zigurats escalonados como los que perviven en Asia, en Egipto, en Centroamérica o en las Canarias… Todo lo cual resulta asombroso y fascinantísimo y viene a probar, una vez más, cómo la Humanidad se ha mostrado inquebrantablemente fiel a su origen común, por mucho que la ignorancia que ha existido y existe sobre ese origen, haya contribuido a reinterpretarlos y a confundirlos hasta extremos inauditos.

Algunos angelitos esculpidos en la Catedral de Burgos, incontestable Santa Sede o Catedral Primada de la Religión Cristiana, portan en sus manos una reproducción de las Columnas del Cielo en las que podemos reconocer, aún, la ESPIRAL que las recorría en toda su extensión y altura… Gracias a eso yo sabía que habían existido. Ahora y gracias al celo investigador de uno de mis ocho hijos, no sólo sabemos que existen sino que podemos reconocerlas, imponentes y bajo el mar, a tiro de piedra de la Costa Asturiana… Todo lo cual ha venido a ocurrir cuando se cumple un cuarto de siglo del inicio de mis investigaciones respecto a la génesis cantábrica de la Humanidad y de la Civilización… Un curioso y providencial regalo y espaldarazo del Destino…

¿Se entiende ahora cuál es el porqué de todos aquellos petroglifos galaicos y estelas cantábricas y celtibéricas que presentan ESPIRALES inscritas en su círculos? Espirales que en algunos casos, como el de la santanderina Estela de Zurita, toman la forma de círculos concéntricos que encierran una CRUZ en forma de hélice en su parte central, en su interior… Obviamente, la CRUZ se corresponde con la meseta central con que se rematan las célebres y sacrosantas Columnas del Cielo, profusamente representadas también en los Beatos medievales cántabro-castellanos que, invariablemente, suelen representarlas coronadas por la figura del Cordero Místico, en inequívoca referencia a Cristo… Léase, nuevamente, a la CRUZ.

¿Se entiende por qué Cristo ha sido identificado, ya desde la Prehistoria Cantábrica, como el Dios de la Muerte o el Dios del Final de la Tierra que acogía y redimía a las almas de los difuntos, conduciéndolas hasta el Cielo? ¿O es que, al igual que la homonimia Hesperia > espiral, no resulta escandalosamente reveladora la propia analogía de los términos Hesperia > espiral > EXPIRAR…? Porque, para decirlo en dos palabras, nuestros antepasados acudían en masa a EXPIRAR en las mesetas con las que se coronan las ESPIRALES que circuyen las Columnas de HESPERIA… Y por eso las Columnas de Hérkules respondieron a los nombres de KALEPAS o KALPES que no son sino lecturas corruptas de su verdadero nombre, KALBARIAS, raíz a su vez del nombre del Monte CALVARIO en el que las tradiciones cristianas localizan el episodio de la Muerte de CRISTO… Lo que permite comprender por qué existe una casi insular Sierra del KALBARIO frente por frente de las Columnas y de la Isla Atlántida, allí donde desemboca ese cantábrico e idílico Río Nansa al que el más antiguo mapa de España conocido (el de Ptolomeo, que data del siglo II) denomina NELOS… ¡Nada menos que el nombre helénico del río NILO! ¿Se entiende el porqué de la levantina CALPE, que cuenta también con el Peñón insular correspondiente, denominado Ifac? ¿Se entiende por qué el primer y genuino Monte CALBARIO hubo de ser, necesariamente, una ISLA?

¿Qué dirán ahora los cantabricoescépticos y los atlantófobos que me vienen denigrando de forma anónima y cobarde desde hace veinticinco años, como implacable castigo por haber cometido el nefando delito de descubrir la Cuna de la Humanidad?

Porque a diferencia de todas las teorías al uso sobre la ubicación de la Atlántida, mis tesis se sustentan sobre una obra de investigación exhaustiva, colosal y concluyente, que ha ido siempre por delante de los descubrimientos que ya la refrendan y que no ha podido ni podrá ser rectificada ni rebatida jamás. Pero amén de eso y, desde ahora, mis tesis cuentan con el respaldo demoledor de las pruebas custodiadas hoy por las aguas del Occéano y que, merced a esa preciosa salvaguarda no han sido víctimas ni de la saña de las Legiones de Roma, empeñadas en borrar toda huella de la grandeza y de la primogenitura histórica de IBERIA ni, tampoco, de la cerril inquina inquisitorial de las clericales legiones del Vaticano, no menos entretenidas, por espacio de dos mil años, en la tarea de cargarse hasta el más mínimo rastro de los gloriosos vestigios de aquellos tiempos en los que el Paganismo y la Idolatría imperaban en el NORTE DE ESPAÑA…

Roma, en su doble y funesta versión imperial y vaticana ha borrado del mapa hasta la más insignificante huella de la Primogenitura histórica de las Costas Cantábricas…, pero con lo que nunca contaron los mamarrachos que han consumado esa concienzuda y estulta labor de tabla rasa…, es con que los fondos del Occéano iban a conservar para la posteridad y hasta el fin de los tiempos, las mejores pruebas de esa gloriosísima Prehistoria Cantábrica que con tanto celo se ha tratado de enterrar. Como tampoco contaron con que algunas cuevas utilizadas en esa época iban a legarnos inapreciables evidencias arqueológicas de aquel no tan remoto período histórico, sin lugar a dudas el más prolífico y brillante que ha conocido la Humanidad…

Las arteras mentes de los capitostes romanos se olvidaron de los fondos occeánicos, inaccesibles para ellos, lo mismo que se les pasaron por alto las protectoras tinieblas de nuestras cuevas con Arte Parietal o Rupestre… Y se olvidaron también de que ciertas cosas que destruyeron y que dejaron enterradas para siempre…, iban a acabar apareciendo milenios más tarde… Pero, sobre todo, se olvidaron de las palabras, que en su doble versión de los nombres geográficos y de los términos del lenguaje común, son las que hace exactamente un cuarto de siglo me permitieron descubrir la CUNA CANTÁBRICA de la Humanidad, situada en el entorno inmediato de los Picos de EUROPA y proyectada más tarde hacia toda la Costa Cantábrica… Por eso todos los estudios de Biología Molecular fundados en el ADN (tampoco contaron con esto las aviesas mentes romanas y vaticanas…), iban a acabar demostrando a partir del año 1994 (diez años después de que yo hiciese mi descubrimiento) que las raíces genéticas de la Humanidad se hunden en el Cantábrico Central y Oriental, desde ASTURIAS hasta GUIPÚZKOA e incluyendo a BIZKAYA, que es el verdadero nombre de aquella a la que aberrante y fraudulentamente hoy llaman Cantabria…

Se les han puesto las cosas difíciles a las aviesas y arteras mentes romanas, así como a todas sus ramificaciones académicas, extendidas a todo lo largo y ancho del planeta… Sí, mentes como las de aquellos biólogos y geólogos españoles y hasta norteamericanos que, tras tener noticia vía Internet de mi descubrimiento de la Atlántida en aguas asturianas, han querido aducir que la impresionante mole del Katxutxo que jamás se les había pasado por la cabeza que pudiera haber sido una ISLA, no se había hundido hace en torno a 12.000 años como yo afirmo, sino hace ¡20 millones de años! Objeción con la que, obviamente, destruían toda mi tesis por su base, al resultar aberrante y disparatado que la Atlántida hubiera podido hundirse en tan alejadísima fecha. Así es la Ciencia de pacotilla que hoy impera en el ámbito de las denominadas Ciencias Humanísticas y a la que tántos Premios Nobel y Príncipe de Asturias se concede todos los años… Unos geólogos y biólogos a los que mortifica profundamente que yo haya sido capaz de ver lo que ellos ni han olido siquiera, intentan desautorizar mi descubrimiento sin realizar investigación alguna y apelando tan solo a la omnímoda autoridad de sus nombres y de las poltronas que ocupan… ¿Se han molestado en realizar alguna excavación en el sumergido Katxutxo que avale esa disparatada datación de los 20 millones de años con la que han intentado enmudecerme? ¡Por supuesto que no!

¿Qué dirán ahora esos mismos científicos a la vista de esas dos colinas íntegramente LABRADAS que sirven de pórtico para el Katxutxo? ¿Pretenderán también que fueron labradas por los marcianos hace «» veinte millones de años «»? ¡Qué vergüenza, señores! Debería caérseles a ustedes la cara de vergüenza por ser tan cretinos… y, lo que es mucho más grave, tan bellacos. Y es que ustedes tienen de científicos lo mismo que Popeye de galán metrosexual…

¿Qué dirán también todos aquellos descubridores de supuestas Atlántidas que han fundado todas sus elucubraciones e hipótesis en la existencia de algunas poblaciones costeras anegadas en el desenlace de la última glaciación o, también, en el hallazgo de ciertas piedras que evidencian haber sido modeladas por la mano del hombre? Porque, en el caso que nos ocupa, no estamos hablando de unas simples piedras sospechosas encontradas en los fondos marinos y que vaya usted a saber de dónde pueden proceder, sino de dos montes enteramente ESCULPIDOS por la mano del hombre y cuyas alturas superan incluso ¡el MILLAR de METROS! Una prueba irrefragable, que basta por sí sola para demostrar que el hundimiento de la ATLÁNTIDA es una realidad histórica y no una ficción ingeniada por Platón como una legión de cretinos ha venido objetando, prepotentemente, desde hace siglos…

Resulta obvio e incontrovertible que dos montes submarinos enteramente esculpidos o labrados por el ser humano, tuvieron que encontrarse un día emergidos en la superficie terrestre… De otro modo, esa labor de LABRA regularísima y meticulosa habría resultado imposible… Y a este hecho debemos sumar otro no menos importante y revelador. Porque es evidente e indiscutible que la Civilización que fue capaz de acometer tan titánica obra, no tenía nada que envidiar en nivel de desarrollo y en grandeza a aquella civilización egipcia que, descendiente y heredera de la Atlántida, erigió las pirámides que han sido valoradas hasta hoy como primeras obras colosales y magistrales creadas por el ser humano. Un mérito que, desde este momento, deberán ceder a sus modelos y precedentes sumergidos en las aguas del Cantábrico y que se hundieron algo así como 8 ó 9 mil años ANTES de que las pirámides egipcias fueran construidas…

Y es que toda la Historia Antigua que hasta ahora se nos ha enseñado, deberá ser reescrita a partir del monumental descubrimento realizado por mi hijo Balodia en los días postreros de este mes de Junio del año 2009. Descubrimiento que, dada su colosal trascendencia, he querido difundir de inmediato vía Internet, glosado con estas intensas y emocionadas páginas…

Si todavía queda algo de inteligencia en este desquiciado mundo que hoy nos rodea, confío en que no tardará en surgir alguna persona o Institución pública o privada no inquisitorial que se ofrezca para realizar una urgente exploración submarina del KATXUTXO y de sus islas submarinas vecinas, con el fin de corroborar cuanto antecede y de aportarnos muchos más datos sobre ésas y otras evidencias no menos monumentales que el hoy sumergido Archipiélago de la ATLÁNTIDA nos reserva y que confirmarán a éste como la CUNA INCONTROVERTIBLE DE LA HUMANIDAD INTELIGENTE O SAPIENS. Porque es más que evidente que los biólogos a sueldo del Estado que están estudiando la flora y la fauna del colosal Katxutxo, nos están escamoteando informaciones preciosas, por razones que en este Imperio de la Envidia que es España, resultan fáciles de deducir… Pero entorpecer y obstaculizar la difusión universal de este colosal descubrimiento (sin lugar a dudas, el mayor de la Historia), es una actitud pequeña y misérrima cuando todo este asunto tiene tal magnitud que garantiza la gloria de la inmortalidad para todos aquellos que estamos interviniendo en él, de una u otra forma. Lo que desde hoy incluye a mi hijo Bladimir, aportando su monumental grano de arena al haber sido capaz de ver lo que a todos les había pasado inadvertido. Mi más encendida ENHORABUENA a él, pues, por esta primera gran contribución suya a la CIENCIA con mayúsculas y digna de tal nombre, en la seguridad de que su fino olfato, su pasión por la Historia y su condición de sabueso investigador, riguroso y de la mejor casta, habrán de producir nuevos y valiosos frutos de los que todos nos beneficiaremos. Porque nada honra y acredita más a un hombre que el hecho de conseguir atrapar algo de CONOCIMIENTO de las brumas de ignorancia, de amnesia, de apatía, de gregarismo y de estupidez en las que se encuentra sumergido el conjunto de la Humanidad, preocupado sólo por vivir lo mejor posible y, por memeces como las que copan los espacios de entretenimiento y de Información de buena parte de los pomposamente denominados medios de comunicación del planeta, vehículos de propagación de basura y de idiotez a los que cuadraría muchísimo mejor el nombre de medios de manipulación… y de idiotización. Con lo que la tan cacareada libertad de la sociedad contemporánea ha quedado reducida a la posibilidad de elegir entre unos cretinos que nos manipulan de una manera… y otros memos que nos manipulan de la contraria… Ésa es la cruda realidad del mundo contemporáneo, ajeno a descubrimientos de esta magnitud, que por una parte desenmascaran todas las mentiras que se nos han enseñado…, y por otra demuestran que en un mundo no tan remoto (que pereció por causa de un desastre natural hace en torno a 12.000 años), existió una Humanidad verdaderamente grande e inteligente, de la que nosotros no somos sino una patética y burda caricatura..

Uno de aquellos seres excepcionales, que por su perfección e inteligencia hoy se nos antojarían auténticos marcianos, fue el que pintó los monumentales e irrepetibles bisontes de ALTAMIRA o los no menos extraordinarios caballos de las también cantábricas grutas de Ribadesella y de Candamo, en Asturias, o de EKAIN en la guipuzkoana Zestona, lindando con Zumaya… Aquellos seres sí que fueron realmente LIBRES y, además, INTELIGENTES… ¡Qué pena que se extinguieran…!
 
El Archipiélago atlante frente a Llanes (Asturias – España), en Google-Earth. (Descubrimiento realizado por D. Vladimir Rivero Sanz)
 
 Ubicación y detalle de la zona de “El Cachucho” o banco “Le Danois”

Se pueden apreciar, entre otros detalles, dos montañas de altura similar (sus cimas están a unos 300m  bajo el nivel del mar, El Cachucho está a -450m) situadas entre dicho banco y la costa, que no aparecen en los mapas “oficiales” realizados, en la denominada “cuenca interna”, por investigadores españoles durante los últimos 30 años. Según el relato de Platón son las dos “columnillas” que forman la “puerta” de Atlantis. Ambas tienen sus peculiaridades como pueden apreciar en las imágenes que siguen, todas obtenidas de Google-Air. Aunque aparecen como picos montañosos, ambas montañas son amesetadas y, ambas también encierran una sorpresa mayúsculaapreciable a simple vista con dicho programa.