Mensaje 01/11/2009

Siempre es  mejor  una vibración en cadena de almas que un decreto de la mente.

Mas allá de cualquier dogma o credo, doctrina o convicción.

Ese es el verdadero cambio que la humanidad debe hacer en esta «nueva era».

Dejar de pensar para fluir desde el alma y corazón.

Si el alma no vibra en sintonía a la frecuencia de vibración del alma de la tierra y al no estar al unísono, el alma no se eleva, no trasciende ni cambia.

Por eso los decretos u oraciones desde la mente ya no tienen ni tendrán más resultado o respuesta.

Solo los que fluyan desde el alma e irradien desde ella el amor, heredaran el nuevo tiempo y dimensión planetaria.

Los Seres humanos de superficie al no darle el valor o no escuchar, no entiende realmente lo que sucede, ni lo que se pretende, ayudar a las conciencias desde los maestros y hermanos mayores, tanto cósmicos como intraterrenos.

Todo fue irradiado para que se fluya correctamente en armoniosa ascensión álmica con sumo Amor irradiado por décadas según el tiempo de superficie.

En los ochenta llego la gran comunicación masiva.

En los noventa fue la llamada interna.

En los dos mil la toma de conciencia, despertar y desarrollo interior.

En la década que comienza muy pronto, será la definición y decisión de donde se ubicara cada uno, sobre qué tomara partido y que hará cada uno con sus vidas y qué brindarán al planeta y hacia los demás.

O vivirás tu karma generado por ti, mientras la vibración espiritual baja te permita seguir estando encarnado, o vivirás la plenitud y con plenitud el alma, desarrollando y expresando a través de la materia la misma, de manera cristalina y autentica, interaccionando con el medio en completa dicha y comunión, vibrando los corazones en amor al unísono en completa armonía.

«Y será separado el trigo de la cizaña” dice uno de los libros sagrados de superficie.

Se debe dejar de ser «único» para ser unicidad, dejar de ser «yo soy» para ser «somos todos uno», dejar de ser una experiencia personal espiritual, para ser espíritus en esta experiencia material divididos por la carne, pero siendo uno.

La mejor virtud, mas allá del método adquirido e implementado para trazar en la vida, es siempre con humildad y ansias de expansión y crecimiento, seguir aprendiendo y permitir que lo nuevo ingrese y se adopte en lugar de los medios que nos permitieron llegar hasta aquí, pues los requerimientos son otros y las energías son otras.

Todo es vibración, la diferencia o discordancia es desde donde uno transmite o recepciona, según la frecuencia vibratoria en que uno se manifiesta. 

Según la tecnología que se maneja en superficie hay un ejemplo claro, en el éter hay muchas ondas de radios que, según la que sintonices, escuchas y disfrutas.

Algunas en amplitud modulada y otras en frecuencia modulada para hablar entre otras pero sobre estas por ser las más conocidas según su frecuencia puedes entablar contacto con esas emisoras y apreciar según el dial personal lo que cada una transmite. 

Con las almas y dimensiones es exactamente lo mismo. Con nosotros también.

Nadie vino solo a este mundo ni está solo en el camino.

No hay glóbulo blanco fuera de ninguna vena integrado a los demás glóbulos de la organización; manifiesta que forma parte de otro ser mucho más grande en concepción o exista sin la pulsación del corazón del mismo.

Así lo somos del Padre Creador Dios también.

Todos somos uno.