La Atlántida, la última heredera de un antiguo legado
El legado del conocimiento es la base de las civilizaciones, la capacidad de plasmar ese conocimiento en registros escritos marca un hito en el desarrollo de la misma.
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Juan Jose Rodriguez Sanchez <juan.jose.rodriguez.sanchez@gmail.com>
El legado del conocimiento es la base de las civilizaciones, la capacidad de plasmar ese conocimiento en registros escritos marca un hito en el desarrollo de la misma.Se llega a un desarrollo de la cooperación entre individuos gracias a bien una necesidad extrema o gracias a tener cubiertas las necesidades básicas. En la actualidad la especialización amenaza nuestra civilización tal y como la conocemos debido a los retos que nos presenta el cambio climático y a la falta de estrategias adaptativas, buscaremos las evidencias de que este hecho ya pudo ocurrir en el pasado con una civilización global que debido a un cataclismo perdió su capacidad de legar el conocimiento de una forma generalizada, permaneciendo una parte del mismo en forma de mitos y quedando evidencias en restos de escritura, construcciones y costumbres.
Desarrollo
El conocimiento es la herramienta más poderosa de la humanidad, nuestra civilización es tan prospera gracias a la capacidad de legar el conocimiento acumulado por las anteriores generaciones.
La actual base de la civilización es la acumulación del conocimiento, en prácticamente todas las disciplinas humanas dependemos de las bases que han ido acumulando las generaciones anteriores. Desde el Renacimiento el conocimiento y los saberes han sido puestos a disposición del gran público. La fundación de las universidades y la universalización de la imprenta, constituyen toda una revolución del conocimiento, el hecho de poder disponer de ese saber por parte del público en general consigue que se universalice y que se empiece a ampliar. La investigación y el libre acceso provoca que poco a poco todos los campos del saber comiencen a salir adelante, y tras una pléyade de magos y alquimistas el método científico se impone para finalmente llegar al punto en el que hoy estamos pero, cuanto mayores son los avances y la especialización, también mayores son los riesgos.
Las ciencias punteras están en manos de una élite de personas que sólo ellos pueden manejar, todo ese saber es el que hoy día nos proporciona los avances en las diferentes ramas de la ciencia, ese grado de especialización es enorme.
Solo con los enlaces existentes a través de Internet la ciencia ha podido ir a un ritmo mucho mayor en los últimos 10 años que en los 30 anteriores, estamos ante un crecimiento exponencial basado en la interconexión de millones de personas alrededor del mundo abarcando infinidad de temas, la concentración del conocimiento está hoy por hoy más que en las bibliotecas en millones de ordenadores alrededor del mundo. Sólo un corte en esta red de información distribuida y al menos una ralentización tendría lugar
Imaginen que una gran destrucción sobreviene sobre nuestra civilización, una destrucción tal que llegase al punto crítico en el cual se desmoronase la sociedad global actual, un cataclismo natural, un cataclismo provocado por una gran guerra o un cataclismo económico, por qué no, incluso los tres enlazados, si esta destrucción de nuestro tejido industrial, nuestras infraestructuras, fuentes de energía, ocurriese de un modo lo suficientemente rápido, probablemente en más de dos generaciones nada tendría sentido. La concepción del mundo actual para nuestros descendientes se convertiría en una leyenda que se transmitiría por las generaciones siguientes a la nuestra, que no conocerían el esplendor de lo que hoy tenemos, esplendor que sería añorado hasta que por falta de una conexión directa se convertiría en un mito
Lo que nos identifica en términos de sociedad avanzada está basado en la cooperación entre los individuos, esta cooperación supone la creación de unas redes o sistemas de distribución que consiguen mantenernos con unos niveles de confort hasta ahora desconocidos. Simplemente para generar electricidad se requieren unos conocimientos de ingeniería tanto a nivel de redes de distribución como de grandes infraestructuras de generación de la misma, esto es una constante en prácticamente todos los campos de la ciencia
¿Podrían ustedes decir a ciencia cierta que podrían tener las habilidades necesarias para sobrevivir? Peor aún, ¿que transmitirían a las generaciones posteriores? , ¿Y todo el saber que hasta entonces nos hacía prácticamente omnipotentes?
Es precisamente esa especialización la que nos hace tan potentes y a la vez tan frágiles, dependemos totalmente de la sociedad, somos seres dependientes de las cadenas de distribución, de la economía, de toda una serie de enlaces que han de ir unidos para mantener nuestra tan querida civilización tecnológica. En el caso de que tuviéramos que regresar simplemente al punto que estábamos hace 100 años tecnológicamente hablando, esta civilización no se podría sostener, entre otras causas simplemente por la masa poblacional que hoy tenemos.
De igual modo ocurriría con todo lo que hay montado en los saberes del hombre, no hay quien abarque todas las disciplinas a nivel puntero a un tiempo, ni tan siquiera a un nivel básico, hoy en día es inconcebible un Leonardo da Vinci, él dominaba las artes y las ciencias, pocas personas el mundo son capaces de dominar una rama completa del conocimiento científico en todo caso, y la ciencia es un todo, un todo que depende de la colmena, de la red de personas que alrededor del mundo la ponen de pie, la vertebran y la hacen avanzar. En el caso de que esa red se desmoronase, ¿que forma seria la mejor de tratar de conservar el conocimiento?
Parece bastante intuitivo que parte de ese saber permanecería, tendrían acceso a él ciertas castas de iniciados que se organizarían de una manera hermética como forma de supervivencia de ese propio saber.
Por tanto no parece ser posible que se perdiera todo de forma inmediata en el caso de un cataclismo es muy probable que por un tiempo pequeños grupos mantendrían una limitada capacidad técnica, pero finalmente todo se vendría abajo, ya que no habría ingenieros, físicos, matemáticos, etc. Nuestra sociedad tecnológica finalmente, se habría venido abajo.
En el dialogo de Platón “Timeo”, ya Critias al narrarle la historia de cómo los sacerdotes de Sais le contaron a Solón la historia de los hechos que ocurrieron 9000 años antes de su época, da una justificación acerca de por qué las castas de los sacerdotes son separadas de las castas de los guerreros y del resto de la sociedad, ¿pueden ser esas castas la forma que toma el intento de hacer pervivir la sabiduría? Desde luego en nuestra sociedad actual no tienen algún sentido, pero, ¿y en un momento de fragilidad en la estructura de la misma?
En un fragmento del Timeo, se argumenta como en Atenas se han dado diversas destrucciones por fuego y agua, además de otras menores, y que no ha pervivido rastro alguno de los hechos pasados ya que los que sobrevivieron ignoraron la escritura por muchas generaciones.
Las civilizaciones no tienen un punto en el cual simplemente se extinguen, existe un proceso crítico mediante el cual un hecho determinado va provocando el declive de la misma. Este declive no es algo instantáneo sino que ocurre de forma gradual y podría ser que el proceso no lleve a la extinción de la civilización, sino a la disolución de la misma. Desde luego que uno de los factores determinantes sería el no poder transmitir el conocimiento.
Las tecnologías empleadas en el pasado en las construcciones alrededor del mundo nos acercan a las evidencias de un esplendor que esta narrado en los mitos y en las leyendas, desde el Zep Tepi de los Egipcios, pasando por el Satya Yuga hindú, la Edad de Oro griega, en muchos puntos del planeta se narra que en la antigüedad hubo un tiempo en el cual había abundancia y los hombres comenzaban a aprender y desarrollar su conocimiento amparados por otras entidades que les abonaban el terreno. ¿Podrían ser estas entidades lejos de ser seres procedentes de ignotos y lejanos puntos en nuestro universo, el recuerdo de miembros de una cultura global desarrollada?
La cronología expresada por Diodoro Siculo compilador de muy diversas fuentes antiguas entre ellas Manetón, nos remonta hasta unos 11.500 años, es esta la cronología que nos habla de la fundación de Atenas y de los hechos que ocurrieron antes del Diluvio Universal, algo que hoy por hoy confunde el mito con la realidad. También los mapas de la antigüedad que nos trae D. Goerlitz entre los que se encuentra el Mapa de Piri Reis nos remontan a un conocimiento mucho más antiguo de lo que nos imaginamos.
Esta claro que cambios terribles ocurrieron en el clima al final de la última glaciación, la glaciación de Wurm, unos cambios tales que dejaron su huella en la memoria de los pueblos, algo tan traumático que quedo grabado en la memoria global del mundo, algo que se puede sentir que existió y ocurrió dolorosamente pero que es tan lejano en el tiempo que no podemos recordar y queda en el plano de los mitos y las leyendas.
El hecho de que en el pasado han existido catástrofes naturales en forma de cambios climáticos bruscos ha quedado más que constatado por los científicos en los últimos años. En los límites del holoceno, es decir, tras la ultima glaciación al menos tres episodios de cambio climático brusco han tenido lugar, el más drástico, el Dryas joven sumió al planeta en un periodo de algo más de mil años de frio similar al de época glacial cambiando la tendencia que se produjo con el final de la ultima glaciación. Este episodio variando según los autores tuvo lugar desde el 10.800 a.C hasta el 9.500 a.C que tuvo fin.
Este fenómeno debe su nombre al Dryas octopetala, una flor ártica que tuvo una expansión en ese periodo de tiempo que quedó reflejado por las muestras de su polen que aparecen por diferentes zonas del Hemisferio Norte
Además de este en el 6200 a.C aproximadamente hubo otro episodio, no tan agudo ni tan largo, pero que ocurrió también de forma brusca, estudios actuales así lo corroboran, parece ser que hay motivos más que suficientes para que en la memoria colectiva quedase el rastro de todos estos cataclismos, que fueron lo suficientemente bruscos para que los viviera una sóla generación que fuera capaz de contrastar los cambios.
Según estos estudios en estos episodios en tan sólo 20 años el paisaje pudo cambiar de forma radical de un clima cálido a otro extremadamente frio, la causante parece ser que fue la corriente termohalina, cambios en la formación de aguas profundas en el Atlántico Norte pudieron provocar según la teoría más aceptada, defendida por David Battisti, un corte repentino en la citada circulación termohalina del océano o al menos una reducción lo suficientemente significativa para afectar en las temperaturas de todo el hemisferio norte.
Si bien se tiene la certeza del cambio en las temperaturas, no quedan tan claros los efectos secundarios que pudo haber a consecuencia de estos cambios, como tempestades, cambios del nivel del mar, cambios de presión sobre la corteza terrestre a causa de los hielos, etc, parece ser que trajo asociada una sequía severa en todo el Mediterráneo lo que no está totalmente aceptado, pero lo que si que parece claro es el hecho de que un fenómeno que al menos alcanzó el hemisferio norte en las fechas que nos emplaza Platón tuvo lugar.
Es solo una hipótesis, pero por qué no pudo ocurrir así, hace unos 11.500 años aproximadamente, la última de las colonias de la civilización madre, la Atlántida, se encuentra cara a cara con la destrucción, un cataclismo capaz de destruir su capital, base de su orgulloso imperio en un solo día y una noche.
Tras el desastre, algunos atlantes supervivientes van junto con su mermado poder y conocimiento hacia tierras más benévolas, quizá hacia tierras en las cuales no se sientan extraños, quizá hacia tierras en las cuales ya habían sembrado su conocimiento, quizá, entre otros lugares, hacia Egipto donde el Nilo les serviría como sustentador de su precaria situación.
Aquí es donde se realizan las hazañas tecnológicas más fascinantes de la antigüedad. Es por su permanencia por lo que lo sabemos, son los antiguos griegos los que beben de estas fuentes y los que fundan nuestra actual cultura occidental, pero, ¿y si esas construcciones milenarias son anteriores a la cronología establecida?, un ejemplo de posibles evidencias, que por ser el más impresionante no es ni con mucho el más aceptado, los geólogos datan la erosión de la esfinge en unos periodos mucho más lejanos a lo que está actualmente establecido, además afirman que la erosión pudo producirse por el agua, a este respecto un historiador árabe Abu’l-Rihan elBiruni afirma en sus crónicas que las pirámides tenían en su revestimiento marcas de erosión causadas en tiempos del Diluvio
Fíjense, aproximadamente hacia el año 290 a.C se hizo un experimento por los recién llegados a Egipto Ptolomeos a pesar de que en la antigüedad existieron más bibliotecas, como en China, Cartago, etc., esta es la que goza de mayor difusión en su tiempo, al menos para lo que nosotros conocemos de la Historia. Se concentró el saber y el conocimiento en un lugar, en el cual se daría libertad para consultarlo y desarrollarlo a los pensantes de la época, pues bien, gracias a este experimento llamado la Biblioteca de Alejandría se produjo el más importante avance científico hasta 1600 años después
Euclides que desarrolló su geometría, Apolonio de Pérgamo con el desarrollo de las secciones cónicas, Herón de Alejandría que fue autor de la obra autómata en la que entre otras cosas inventó las cajas de engranajes, Galeno que fue el padre de la actual medicina, y así un largo etcétera, pero lo más intrigante es que en la mayoría de los casos de lo poco que nos ha podido llegar, se hace referencia a que se consultaban saberes más antiguos de ignota procedencia que estos sabios desarrollaban, si bien para las obras de ingeniería hoy por hoy se han querido atribuir incluso a la casualidad, no se admite el mismo extremo en estos conocimientos.
Pero hay evidencias de conocimientos avanzados más antiguos alrededor del mundo, en astronomía que van desde Stonehenge datado por el 3100 a.C hasta Évora en Portugal con su Cromleque dos almendres datado su comienzo en el sexto milenio antes de cristo, Alfred Watkins defendió la existencia de las líneas Ley, que suponen el alineamiento de monumentos a miles de kilómetros de distancia sobre monumentos que han sido reconstruidos sobre otros anteriores, o bien como algunos asistentes a esta conferencia han defendido acerca de mapas antiguos, mapas que describían tierras que no serían descubiertas oficialmente hasta muchos siglos después.
Son todas las tradiciones antiguas, aquellas en las que su procedencia se pierde en la niebla de las leyendas, las más potentes. Todo mito antiguo tiene un poso de verdad tan cierto en sus líneas maestras como falso en sus detalles, son las leyendas, en sus orígenes, la forma de supervivencia de un saber ancestral. Las mitologías acerca del origen de los tiempos son similares en muchos casos en puntos diferentes alrededor del mundo, en muchas de ellas se narran las destrucciones sucesivas de la humanidad a lo largo de diferentes ciclos que se han ido sucediendo.
¿Pero que es lo que nos queda de todo esto? Restos inconexos no reconocidos, casos únicos que aunque suponen una anomalía sobre la teoría establecida no son lo suficientemente potentes para cambiar la teoría oficialmente aceptada, la unión de todos estos restos inconexos, orientándolos a ver esa evidencia les daría la fuerza suficiente para cambiar esa cronología.
Pondré varios ejemplos, y ahora me centraré en España, se habla de el sacrificio de toros en la antigua cultura Atlante, pues bien, si por la intensidad de la misma se pudiese definir la cercanía del origen y la pervivencia de una tradición (más o menos afortunada en los tiempos actuales), sin duda alguna España quedaría definida por este aspecto como descendiente de la cultura de la Atlántida, ya que aún pervive ese culto al sacrificio del toro en las actuales corridas que se celebran por toda nuestra geografía, y esto es algo que puede remontarse más allá de la Edad del Bronce, aunque los restos que nos confirman dicha antigüedad se hallan en Creta, en la antigua civilización minoica. En la Península Ibérica tenemos algunos grabados de cabezas de toros en cuevas y pinturas rupestres, a pesar de que el origen de las corridas de toros actuales se remonte tan sólo hasta finales del siglo XVII, hay una tradición mucho más antigua que se pierde en la noche de los tiempos, aquí tendríamos que realizar una arqueología de la costumbre, como algunos investigadores reivindican, probablemente los resultados serían más sorprendentes de lo que nos podamos imaginar en un primer momento..
Pero hay mucho más en España, sobre todo en el Sur de España. En Jaén podemos hallar el yacimiento de Marroquíes Bajos, una obra maestra del Neolítico, sin igual en sus alrededores, nos presenta un yacimiento de anillos concéntricos separados por canales de agua de unas dimensiones similares a las que nos narraba Platón.
Este yacimiento ya ha sido puesto de relieve por otros investigadores como Luis Lucena Canales, Díaz Montexano, etc., el diseño guarda un parecido bastante similar al descrito por Platón, lástima que en su ubicación y en su cronología no ocurra lo mismo. Pues bien, este enclave se encuentra hoy bajo la presión urbanística que constituye una ciudad en expansión, en otros lugares sencillamente no hay protección alguna.
O cerámicas encontradas por las cercanías de este último reconocidas también por Diaz Montexano que en la actualidad se hallan en el Museo Arqueológico de Madrid en las que aparecen dibujados anillos concéntricos atravesados en uno de sus extremos por una línea a modo de canal, igual que Poseidonis, que unía estos con el exterior,
O las pinturas rupestres de la “Cueva de la Batanera”, en la cual aparecen pinturas similares a las de las cerámicas que anteriormente referimos, hay que hablar de la pintura con círculos concéntricos y canal, lástima que estas sean mucho posteriores en el tiempo a la cronología de Platón el 2500 a.C, estas pinturas están ubicadas en un abrigo rocoso al aire libre y fueron descubiertas en el año 1783, al estar las mismas dibujadas en un contexto esquemático no existe una explicación simbólica de las mismas, aunque esta claro que algo muy significativo se quería representar. En este caso las pinturas que representan círculos concéntricos se han identificado con símbolos solares, lo más destacado son cuatro figuras que parecen sentarse alrededor del mismo en una actitud de adoración.
López Cárdenas su descubridor en tan lejanas fechas identificó esta simbología con la cultura egipcia y fenicia de forma equivocada, en los años 60 los estudios realizados por Pilar Acosta los identifica con símbolos religiosos, que no dejan de tener su valor por lo mismo ya que parece ser que esas formas de círculos concéntricos resultaban en esas fechas lo suficientemente evocadoras como para rendirles algún tipo de culto.
En Torrecampo, provincia de Córdoba duermen el sueño de los justos una serie de esculturas que fueron rescatadas de la explotación de las minas de Rio Tinto en Huelva, más en concreto de la zona conocida como el Llano de los Tesoros. En 1974 en las proximidades del desaparecido Cerro Salomón tendría lugar este hallazgo, cuando las máquinas que arrancaban el mineral de la montaña destaparon al parecer la cubierta de una cueva que había estado sellada durante miles de años, en el interior aparecieron restos de huesos, cerámicas y una serie de esculturas que representaban a diversas razas. Tras dar la orden por parte de la compañía minera de deshacerse de todo lo allí encontrado y tras poder conservar por parte de algunos trabajadores algunas de ellas, finalmente es el Ingeniero de Minas Esteban Márquez Triguero el que consigue trasladarlas a la Casa Museo Posada del Moro de Torrecampo.
Eso que aún hoy permanece en los fondos del museo propiedad de la fundación PRASA, de confirmarse sería un hallazgo revolucionario, estas esculturas representan figuras de tipo semita, negroide, egipciante, ibérico, neanderthaloide, etc, una especie de museo de representación de razas de las que en el tiempo en el que el tristemente desaparecido Esteban Márquez Triguero databa esas esculturas no podía existir, unos 10.000 años.
El profesor titular de Prospección e Investigación Minera de la Universidad de Córdoba Antonio Daza Sánchez en el estudio de su pátina de recubrimiento exterior mediante microscopio electrónico llega a la conclusión de que estas esculturas han debido de permanecer enterradas por miles de años, pero actuales estudios que a fecha de envío de esta aportación se están realizando, los cuales me ha comunicado vía telefónica el actual director del museo D. Juan Bautista Carpio Dueñas indican lo contrario, ya que según él mismo me confirma estos estudios revelan que las marcas del tallado de las esculturas parecen reflejar de forma inequívoca el empleo de elementos mecánicos. Sea como sea habrá que permanecer atento al desarrollo de los estudios que de estas esculturas se están realizando y profundizar más en la veracidad de las fuentes de esta historia.
La epigrafía ibérica y la tartessica, recordemos que Tartessos según todos los indicios se encontraba en la zona sur- suroeste de la Península Ibérica, son muy similares y por que no, pueden ser derivación de los signos geométricos empleados en la España prehistórica, a pesar de que en la actualidad se considera derivada del líbico, cretense o fenicio, aquí cabe tener en cuanta los interesantes hallazgos realizados por la profesora de la UNED Ana Mª Vázquez Hoys acerca de unas piezas expuestas en el museo de Huelva , allí desde la segunda mitad del siglo pasado se encuentran expuestas dos piezas singulares, un pulidor de flechas y una nevecita, halladas en el yacimiento de San Bartolomé de la Torre y de la Zarcita, ambos en la provincia de Huelva.
La historia va siendo reescrita según van apareciendo nuevas piezas del rompecabezas, los que lo intentan suelen ser apartados de la doctrina oficial, Ana Mª Vázquez Hoys defiende que las escrituras de la península ibérica son anteriores a las fenicias.
Las piezas redescubiertas en el museo de Huelva por parte de esta profesora, presentan signos de escritura del 4000 a.C, aparecen dos tipos de escritura, que ella ha denominado lineal 1 y lineal 2 de Huelva, los signos grabados en esos útiles fueron documentados como escritura de forma original, el problema es que fueron ignorados desde entonces. Ella defiende que los fenicios están relacionados con los que realizaron estos signos escritos, ya que entre otras evidencias en su libro las golondrinas de Tartessos, se aprecia que los signos de Huelva son similares a los sudlusitanos, extendidos por toda la zona suroeste de la peninsula ibérica aparecen más de 8 signos (p 241) que coinciden con los signos fenicios, por lo que estos serían con mucho posteriores a la cultura original cuyo epicentro según ella se situaría en la cultura de Los Millares.
Ya Gomez Moreno en los años 60 relacionó el Lineal B con el sudlusitano, proponiendo un origen del sudlusitano desde las escrituras del Egeo, puede ser que a raíz de estos descubrimientos por la fecha en la que están datados haya que dar una vuelta al enfoque de este profesor español.
Las escrituras de sumer son del 3200 a.c, son comprensibles y estan traducidas, en Europa desde el 7500 a.c se tiene constancia de signos lineales que luego podrían haber pasado al lineal A y B minoico, las de Huelva pueden ser del 4000 a.c, pero desde el 23.000 aparecen la X la Y o la M en contextos de cuevas por toda Europa
Ahora bien, con estos hallazgos, ¿no es cierto que habría que reflexionar acerca de los orígenes de la escritura? El hecho de que una cultura avance se debe en gran parte como hemos tratado de defender a lo largo de esta exposición al legado del conocimiento, es la escritura por tanto un gran avance en ese campo para poder conseguir ese objetivo.
Estrabón lo relataba en su libro III dedicado al territorio de la actual peninsula ibérica, los turdetanos que el consideraba el mas culto pueblo de los iberos y del cual afirmaba que poseían leyes en verso con más de 6000 años de antigüedad desde su época. ¿Pueden ser estos signos la evidencia de que al menos existe la posibilidad de que pudo existir una transmisión de cierto conocimiento con esa cronología?
En Andalucía también, más en concreto a caballo entre Punta Umbría en Huelva y Sevilla nos encontramos con una persona cuya historia es apasionante, su nombre es Manuel Riquelme Castaño, al cual tuve la oportunidad de conocer en el mes de Octubre de 2008 en un viaje a Huelva para conocer in situ en el museo de Huelva las piezas que hemos descrito.
Manuel Riquelme es un Ingeniero de Minas ya retirado, ha impartido clases en la Universidad Politécnica de La Rábida en Huelva por más de 30 años en la asignatura de prospección Geofísica, en la carrera de Ingenieros Técnicos de Minas. Su relación con la arqueología comienza en el año de 1979, al hacer un examen práctico de fin de curso a sus alumnos en Isla Saltés, un enclave que Schulten, Juan Fernández Amador de los Ríos y otros ya afirmaban que era Tartéssico, de esta prospección y otras posteriores se extrajeron resultados que pusieron de manifiesto la existencia de la ciudad islámica de Isla Saltés, además de numerosos vestigios de una factoría romana de salazones.
Desde este momento, y utilizando distintos sistemas geofísicos de investigación realiza prospecciones en más de 40 yacimientos con diversos sistemas geofísicos de prospección, en los 12 años posteriores a este primer acercamiento.
Pasados unos años, y utilizando un sistema que el mismo ha desarrollado denominado como prospección biofísica, ha conseguido detectar numerosos yacimientos, si bien este método aun no esta aceptado por la ciencia oficial, el método científico establece como uno de sus pilares la reproducibilidad, y este profesor con su método ha descubierto y sigue descubriendo multitud de enclaves antiguos de los que no se tenia noticia alguna.
Este profesor de 78 años, infatigable, actualmente finalizando sus estudios de arqueología por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, defiende haber localizado un enclave atlante en Punta Umbría, en el paraje de la peguera, a unos 8 metros y medio de profundidad, sólo esperando a que se realice una cata arqueológica. Si consideramos las columnas de Hércules cerca del estrecho de Gibraltar, el mismo Platón sitúa la Atlántida por esa zona, Schulten, Wirckboldt, Khune, Diaz Montexano y tantos y tantos otros la sitúan en el mismo área de influencia próxima, además el profesor Riquelme afirma que los asentamientos han sido reutilizados por las culturas posteriores, aquí están las primeras explotaciones mineras de la antigüedad, fabricas de salazones, una cercanía al mar junto a un gran río, los cuales recordemos que son las grandes autopistas de la antigüedad,así pues del mismo modo que el Nilo o el Indo fueron cuna de grandes civilizaciones, por qué no pudo ser el hoy Guadalquivir, Betis para los romanos, Tertis en la antigüedad
¿Es la misma Andalucía comenzando por su denominación una reminiscencia del nombre de Atlántida? La teoría que la hacia descender de Vandalia, por ser tierra de vándalos hoy han quedado prácticamente desechada. Una versión del significado de al-Andalus nos la da A. Medina en el artículo «La identidad andaluza» que edita la Yama’a Islámica de al-Andalus, que nos dice que Andalus es una palabra de origen beréber y viene a significar «tierra labrada y surcada por ríos o por un gran río».
Similitudes las tenemos muy cercanas, los montes Atlas en Marruecos o el océano Atlántico, es la única zona que tiene aun topónimos como Gadira u Olissipo términos que nos pone sobre la mesa Platón al narrar el mito, términos que se corresponden con Cádiz y Lisboa
Pero en el asunto atlante no hay que buscar una exclusividad delimitada por el territorio, el Sr. Jaime Manusevich la sitúa en Israel, Jim Allen en los andes con un nutrido cúmulo de datos evidencia que existió algo mucho mas antiguo por aquella zona, Diaz Montexano, Kuhne, Wickboldt, Collina Girard la situan en el sur de la Península Ibérica, pero hay más teorías, tantas como queramos identificar con el hasta hoy mito de la Atlántida, ello ha quedado constatado en la fase de exposición de la conferencia de la que forma parte esta contribución.
Esta claro que aún hay que seguir buscando, que las nuevas piezas hay que irlas encajando y que la maquinaria de la ciencia oficial se alimenta de evidencias arrolladoras, evidencias que finalmente pueden conseguir hacer saltar el filtro del conocimiento que obstruye todo aquello que supone una anomalía revolucionaria.
Posibles pirámides en Bosnia que según hallazgos recientes parecen tener más credibilidad, debido a la aparición de una cerámica descubierta por un grupo de trabajo perteneciente a una de las grandes detractoras de esta teoría, o los hallazgos de Perú en fechas cercanas, que nos hablan del descubrimiento por parte de un grupo de científicos italianos de lo que parecen ser pirámides similares en forma a las egipcias en la zona de Nazca e Ica, esto aún está por constatar pero el estudio preliminar así lo refleja. Son muchas las evidencias que nos pueden guiar hacia una Historia diferente, otro ejemplo de que la Historia puede cambiar de forma radical nos lo demuestra el descubrimiento de la ciudadela de Caral, remontando hasta el 3.000 a.C. las culturas del Perú, en tiempos con culturas como la mesopotámica o la egipcia. Identidades entre lugares distantes del mundo como la escritura de las tablillas Rongo Rongo en Pascua y la escritura de las culturas del Valle del Indo, los hallazgos de Paulina Zelitsky en Cuba o las ruinas de Yonagumi en Japón.
Aún así la mayoría de las teorías que se proponen a partir de algunas evidencias se ven rechazadas por un fenómeno que es conocido como el hiato poblacional, existen etapas en las que no existen restos de asentamientos humanos en las fechas que estamos proponiendo y en los lugares señalados, pero ¿como buscar?, ¿donde? Ejemplos de desapariciones de ciudades los tenemos a 15 siglos vista, por ejemplo el puerto Egipcio y toda la ciudad de Herakleion la mayor de intercambio entre Grecia y Egipto en la antigüedad se supone que fue desaparecida por una catástrofe natural hace 1500 años y hasta el año 2000 no volvió a haber evidencias de su existencia gracias a Franck Goddio y a su equipo, hay que tener en cuenta que las basculaciones de la costa provocan cambios en pocos centenares de años
Muchas teorías que se nos presentan en este congreso apuntan en la misma dirección, existe un anacronismo claro entre las cronologías oficiales y los datos empíricos, afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias, pruebas que sean capaces de sobrepasar el filtro del conocimiento que las retiene, la mejor forma de poder superar dicho filtro debería ser presentando de una forma unificada todo el cúmulo de evidencias que nos indican que algo anterior existió a las cronologías oficiales, lo único necesario es que se aúnen los esfuerzos sacando a la luz todas las anomalías en lugar de tratar de llevarlos cada uno de nosotros al nuestro.
En el pasado escritores con teorías mas o menos fantásticas ya lo propusieron de otro modo, hoy es la ciencia a la que le corresponde ese paso, el hecho de no sabernos únicos y aceptar que en el pasado pudo existir otra civilización Global nos daría la perspectiva suficiente para poder tener esa humildad que nos falta y poder superar esa arrogancia que nos caracteriza.
¿Es capciosa la ciencia al no aceptar estas anomalías? No lo creemos así, simplemente el hecho de cambiar los paradigmas establecidos supone un esfuerzo tan grande que previamente han de quedar reducidos al absurdo para que esos hechos puedan ser aceptados, no puede ser de otro modo, ya que la Ciencia ha de tomar unas bases como sólidas para poder fomentar su desarrollo, otro caso es el que supone que esas bases sean falsas, en ese caso habría que replantear el edificio entero.
Ana Mª Vázquez Hoys así lo defiende, “para aprender hay que desaprender”, esta claro que no pueden convivir las evidencias mayoritarias que sustentan una tesis con un unicuum que las contradiga, por lo tanto la solución en lugar de encontrar todas las piezas es para la ciencia cuando menos ignorar el unicuum.
Parece ser que las pruebas nos van indicando que algo debió existir en la antigüedad, esto viene determinado por el cúmulo de pruebas que aparecen alrededor del mundo, en España, tenemos la arquitectura que Platón nos describía en Jaén, si bien varios miles de años más tarde de lo que él nos indica, pero también antes de que él lo narrase, tenemos la escritura según las evidencias de las piezas del museo de Huelva parece ser que se debería retrasar en varios miles de años a la teoría actualmente aceptada, y finalmente tenemos la posibilidad de comprobar que efectivamente hay restos de la Atlántida en Punta Umbría según nos indica el profesor Riquelme. Si queremos realmente desvelar este misterio, no debería suponer ningún problema el explorar esta posibilidad mediante una prospección de la zona por georadar.
Así pues desde mi punto de vista la Atlántida supone para el pensamiento occidental el paradigma de lo perdido y lo anhelado, pero a la vez debería ser la imagen de lo que podría volver a ocurrir, la importancia de reconocer que en el pasado pudo existir una civilización global debería suponer un revulsivo para nuestra sociedad, demostrando este extremo, seríamos capaces de apreciar la fragilidad de las sociedades creadas por el ser humano, dándonos así la humildad necesaria para reorientar nuestro desarrollo, así como las relaciones entre nosotros y de nosotros con nuestro entorno.
Está bastante claro que algo terrible sucedió hace unos 11.500 años, es bastante probable que fuese una catástrofe natural la que sucediese y ante de la imposibilidad de poder explicarlo las generaciones venideras lo achacaron como una venganza de los dioses ante lo que quedó en el mito como la arrogante actitud de este pueblo, es bastante correcto afirmar que tenían un conocimiento sólido, unas reglas, unas leyes que se difuminaron por la debilidad que representa al ser humano fuera de una sociedad organizada, ya que todo lo que el cerebro humano almacena es debido a la experiencia. Es lo efímero del ser humano lo que nos debería hacer reflexionar ante la forma en la que nos enfrentamos al mundo, para poder conocer mejor nuestro pasado y afrontar en mejores condiciones nuestro futuro
Pero desgraciadamente esto es un anhelo de lo que debería ser, en la realidad el ser humano ha cambiado de paradigma en los casos extremos, no frente a las pequeñas realidades, es ahí precisamente cuando ha podido dar grandes vuelcos al devenir de la historia.
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Construyamos arcas 1976 Fonck Sievekings O. Editorial Cruz del Sur
En busca de la edad de Oro 2000 Sierra J. Circulo de lectores
La Atlántida 1999 Barceló C. Edimat Libros
The ages of Gaia 1988 Lovelock J. Publicacoes Europa – America
Historias Malditas y ocultas de la historia 2008 Fernandez Garcia F.J Ediciones Corona Borealis
Una breve historia de casi todo 2003 Bill Bryson Circulo de lectores
Tertulias de las 4C del programa radiofonico “La Rosa de los Vientos”
Programas de “El Ultimo Peldaño” de Onda Regional de Murcia
Prospección biofísica aplicada a la arqueología Manuel Riquelme Castaño 2006