Los «Carneros del Mar» y la Distinción de los reyes de la Atlántida
«… los que junto al Océano habitan exageran fabulosamente, de tal modo que dicen que los reyes de la Atlántida descendientes de Neptuno (Poseidón) llevan en la cabeza cintas de los carneros machos, (que son) indicios de principado, mientras sus esposas llevan las crines de las hembras de los peces carneros (que es) su indicio de principado. …»
Por Georgeos Díaz Montexano – El Blog de sus teorías sobre la Atlántida y los códices de Platón
Claudio Eliano y la Atlántida
Claudio Eliano (1) escribió alrededor del año 200 d. C. una interesante y «sui generis» obra titulada «De Natura Animalium» (en gri. Περι Ζωων Ιδιοτητος), o sea, «De la Naturaleza de los Animales». Se compone de una colección, en XVII libros con historias variadas sobre la naturaleza, características, comportamientos, costumbres y mitos de los animales. Como puede comprobarse en la introducción de la Biblioteca clásica Loeb dicha obra es descrita como: «una interesante colección de hechos y fábulas sobre el reino animal, que invita al lector a considerar los contrastes entre el comportamiento animal y humano».
Aunque muchos aceptan que las anécdotas de Eliano sobre los animales raramente se basan en la observación directa, siendo la mayoría tomadas de otras fuentes escritas (como Plinio el Viejo), en realidad esto no es más que una de las tantas especulaciones diseminadas por la literatura textual académica, pero que carece de ninguna prueba documental ni científica. No existe ninguna prueba digna de consideración suficiente para descartar la posibilidad de que Eliano haya realizado viajes y observaciones directas. Si bien es cierto que él mismo en ocasiones afirma estar hablando por boca (o escritos de otros) no debe deducirse de ello que es así para todo el conjunto de la obra. Eliano muestra un estilo bastante científico dentro de lo esperable -teniendo en cuenta en la época en la que escribe-, dando muestra de ello en muchas ocasiones cuando usa un lenguaje dubitativo y de probabilística que podríamos llamar hasta cierto punto escéptico, aunque bien es cierto que en otras ocasiones se muestra bastante crédulo con algunas historias (quizás con aquellas que de alguna manera pudo corroborar o conocer de primera mano). En cualquier caso, y como es sabido, el trabajo de Eliano se convirtió durante la Edad Media en una de las fuentes principales para el estudio de la naturaleza y la creación de bestiarios medievales. Los códices en griego más antiguos conocidos (según el stemma de la obra actualizado) son: L = Laur. 86,7 (ss. XII-XIII), V = Parisiens. suppl. 352 (s. XIII) y P = Parisiens. 1756 (s. XIV). Para esta incursión a su cita sobre la Atlántida trabajaremos con una de las ediciones latinas más importantes y antiguas, la de Lyon, 1562, basada en la anterior de Petrus Gillius de 1533.
Sobre los reyes de la Atlántida:
«… qui ad Occeanum habitant fabulose exaggerant, ut dicant Atlantidis reges ex Neptuni semine ferre in capite arietum masculorum toenias, indicia principatus, illorumque uxores crines ferre, foeminarum piscium arietum indices principatus…» (Aeliani de Animal. De Marinis Arietibus. Liber XV. Cap. 11. Edición utilizada: Eliano, Claudio. De historia animalium libri XVII Lyon . 1562 . p. 424.)
«… los que junto al Océano habitan exageran fabulosamente, de tal modo que dicen que los reyes de la Atlántida descendientes de Neptuno (Poseidón) llevan en la cabeza cintas de los carneros machos, (que son) indicios de principado, mientras sus esposas llevan las crines de las hembras de los peces carneros (que es) su indicio de principado. …» – (Traducción metafrástica de Georgeos Díaz-Montexano, 2004).
Fragmento de De historia animalium, Liber XV. Cap. 11 con la referencia a los reyes de la Atlántida
En esta curiosa y a la vez preciosa cita, vemos como Eliano la precede de un comentario muy revelador para nuestra tesis sobre la Atlántida como un emporio Ibero-Mauretano (quizás Tartesio-Líbico o Turdetano-Tingitano), pues podría ser un indicativo del verdadero origen de la fuente, que bien podría ser algún lugar de las costas atlánticas de Andalucía. La pista la hallamos justamente en ese comentario:«…los que junto al Océano habitan exageran fabulosamente…». Desde tiempos inmemorables es proverbial la idiosincrasia de los andaluces o tartessios como gente dada a la «exageración fabulosa». Existen varios escritos medievales que así lo acreditan, y en cualquier caso, es de sobra conocido que las costumbres e idiosincrasia de los pueblos no se adquiere de la noche a la mañana. Con este comentario Eliano nos podría estar ofreciendo una preciosa pista sobre el origen andaluz, probablemente gaditano, de la cita sobre los reyes de la Atlántida. Sea como fuere, no cabe duda alguna de que Eliano nos está hablando de que la información proviene de gente que habita junto a las costas del Océano atlántico, y si bien podría estar refiriéndose a los mauretanos, ese comentario que señala el carácter de estas gentes como dados a la «exageración fabulosa», más bien parece apuntar a los gaditanos, o andaluces habitantes de las riberas del mar atlántico.
Una vez determinado el posible origen de la fuente como gaditano o turdetano, o en cualquier caso, según el mismo Eliano de gente que «habitaba junto al Océano», pasemos ahora a la cita en cuestión. Como hemos visto la referencia alude sencillamente a unas costumbres que tenía los reyes de la Atlántida, descendientes de Poseidón (que para los romanos es Neptuno), de ceñirse la cabeza los hombres de origen regio o principesco con cintas hechas del animal conocido como carnero de mar, y las mujeres con las crines de las hembras del mismo animal.
Lo revelador de la cita -con independencia de que Eliano parezca dudar de la veracidad de la misma- es que estamos ante otra referencia a la Atlántida de Poseidón, externa a Platón, y que -según Eliano- tiene su origen en tradiciones o leyendas de marineros habitantes de las costas del Océano atlántico, o sea de una fuente ajena a Platón que sin dudas ofrece un espaldarazo al carácter de «historia verdadera» (Alêthino Logon), sostenido por Platón, en el sentido de que no era una fábula o ficción ni un mito creado por él o por Solón, como afirma Platón en sus dos célebres diálogos.
Los Carneros del Mar. Animales sagrados de los Atlantes
En la época en que escribe Eliano Gadira era la ciudad más importante de las costas del Océano Atlántico, y varios autores de renombre -anteriores y contemporáneos- aluden frecuentemente en sus escritos historias igualmente fabulosas y exageradas con escenario en las costas de Gades o Cádiz, sobre pulpos y murenas gigantes, tritones (hombres marinos hijos de Poseidón) que «fueron vistos», entre otras especies reales, extrañas y monstruos marinos variados, no existiendo prácticamente nada escrito -semejante- sobre las costas atlánticas de Mauretania. De hecho, esta misma especie del «Carnero de Mar» es descrita por Plinio en las costas del Océano atlántico de la parte de Europa (Historia Natural. Plinio el Viejo; 9.4), y no olvidemos que es Plinio precisamente una de las principales fuentes (sino la más) usadas por Eliano.
En cuanto a este enigmático «Carnero de Mar», los autores modernos no se ponen de acuerdo en su identificación. Este extraño animal es descrito por Plinio como una especie de monstruo marino muypeligroso para la navegación, algunos piensan que era un tipo de delfín conocido como «bootskopf», que tiene encima del ojo un punto blanco, encorvado de una manera similar al cuerno de un carnero, otros sin embargo creen que era un tipo de Orca, y por último tenemos los testimonios de Juba y Pausanias de que el «Carnero de Mar» tenía grandes dientes o colmillos, lo que hace sospechar estemos ante un tipo de León Marino, Morsa, o cualquier otra foca gigante, quizás se trate de una especie ya extinguida incluso. No obstante, la hipótesis con mayor éxito es la de que se trata de la orca (Orcinus orca), también conocida como orca común, ballena asesina, gladiador, orca gladiador, espartón, y bufeo de mascarilla, y que desde tiempos inmemorables frecuenta las costas Atlánticas y en especial las del estrecho de Gibraltar y Golfo de Cádiz. Esta hipótesis se sustenta fundamentalmente en la cita de Plinio (Historia Natural. Plinio el Viejo; 9.4) quien dice de este «Carnero de Mar» que en realidad solo tenía una mancha blanca como representación de un cuerno (2), y la orca presenta precisamente esas manchas blancas en el lugar donde deberían estar los cuernos, o sea, justo detrás de los ojos.
Orca (Orcinus orca) fotografía frente a las costas de Tarifa (http://www.whalewatchtarifa.net/)
Pero a pesar de todas estas propuestas, no debemos olvidar el detalle señalado por Eliano de que estos «Carneros» a los que llama ‘Piscis’ (o sea, peces) tenían crines, o sea, cabellera o melena (lit. «pelaje en la cabeza»), pero hasta donde sabemos, ningún pez presenta crines de ningún tipo ni nada que se le parezca, sólo algunas especies de las familias Otariidae, Phocidae y Odobenidae presentan cierto tipo de pelaje aunque nunca abundante. En cualquier caso, este detalle sobre las crines de estos carneros marinos usados como distinción por los reyes de la Atlántida, unido al de los dientes o colmillos indicados por Juba y Pausanias, refuerza la idea de que estemos ante una especie (posiblemente ya extinguida), más cercana a los leones marinos, focas, pero sobre todo a las morsas, pues son estas las únicas especies marinas que además de notables colmillos presentan cierto pelaje. Sí algo sí tenemos claro es que el «Carnero de Mar» que describe Plinio y que con toda probabilidad parece ser la Orca no es el mismo «Carnero del Mar» de Eliano, más semejante a una morsa.
Morsa atlántica (Odobenus rosmarus rosmarus)
Aceptando pues a estos mamíferos marinos de las familias de los Odobenidae como los que más se acercan a la descripción de Eliano, es decir, como los mejores candidatos para el «Carnero» de mar de los reyes Atlantes, según Eliano, esto nos plantea otra cuestión no menos interesante. El punto de hábitat más cercano -en la actualidad- de estas especies marinas, en especial de la Morsa atlántica (Odobenus rosmarus rosmarus), que es la que más se acerca a las descripciones de Juba, Pausanias y Eliano, se encuentra en las costas de Groenlandia; si la identificación es correcta (como parece), y estamos ante esta misma especie marina, u otra subespecie quizás extinta, entonces podemos pensar que en los tiempos antiguos, al menos desde Pausanias hasta Eliano, era posible que estos animales fueran capaces de acercarse hasta las costas atlánticas europeas cercanas al estrecho de Gibraltar, puesto que todas las fuentes anteriores a Eliano identifican las regiones de los pueblos Atlantes con las costas occidentales atlánticas de Europa (desde Iberia hasta quizás las Islas Británicas, Irlanda y Escocia, según se deduce de Diodoro Sículo) y Marruecos, pero esto supondría aceptar también que en dicha época el clima de las costa de Iberia y Marruecos occidental era entonces considerablemente más frío que en la actualidad. En cualquier caso, la tradición que recoge Eliano sobre la costumbre de los reyes y reinas de la Atlántida de usar la piel y el pelaje de estos «Carneros de Mar», o quizás Morsas, no implicaría necesariamente que estos animales descendieran hasta latitudes más cálidas como las costas de Iberia y Marruecos sino que los Atlantes eran capaces de alcanzar en sus navegaciones latitudes más frías como podrían ser las costas de Groenlandia o Noruega, dos de los puntos del Atlántico usados como hábitat natural por esta especie desde hace muchos miles de años.
Por otra parte, no debemos olvidar que el mismo Eliano, en su capítulo sobre los «Carneros de Mar», los describe también como un peligro para la navegación en el estrecho existente entre Cerdeña y Córcega, donde llegaban a formar grandes torbellinos. En esta cita, Eliano se acerca más a la descripción de Plinio y parece estar refiriéndose mas bien a un tipo de cetáceo, o a un gran delfín como podría ser la misma orca.
Sabemos por Avieno, que los antiguos marinos tartessios eran capaces de llegar hasta las costas de los mares del norte de Europa, y no existen motivos suficientes para descartar estos hechos, máxime ahora que recién hemos conocido la noticia de que estudios genéticos realizados sobre poblaciones de las islas Británicas e Irlanda demuestran que sus más antiguos ancestros, de hace más de 6000 años, se remontan a antiguos marineros o pescadores provenientes de la península ibérica, lo que demuestra la gran capacidad que ya tenían los habitantes de las costas Atlántica de Iberia en aquellas fechas tan tempranas. En otro artículo analizaremos en profundidad las diversas pruebas científicas (arqueológicas, escriptológicas y genéticas) que demuestran la existencia en la península ibérica de una civilización bastante desarrollada -más propia de las civilizaciones marítimas de la Edad del Bronce- en época tan antiguas como finales del Paleolítico y principios del Neolítico, cuando la mayoría de las culturas de la tierra aún no habían salido de la Edad de Piedra.
Recapitulando: como decíamos al principio, lo revelador de la cita -con independencia de que Eliano parezca dudar de la veracidad de la misma- es que estamos ante otra referencia a la Atlántida de Poseidón, externa a Platón, y que -según Eliano- tiene su origen en tradiciones o leyendas de marineros habitantes de las costas del Océano atlántico, y esto mire como se mire, y puesto que no se puede demostrar de ningún modo que Eliano se haya inspirado en Platón para inventarse esta cita, se trata pues de una fuente ajena a Platón que permite corroborar, al menos, que existían tradiciones en las costas atlánticas del Océano sobre la Atlántida como un imperio o reino gobernado por reyes que se creían descendientes del dios de las aguas Poseidón, tal y como describe Platón en el Timeo y en el Critias, lo que ofrece un espaldarazo al carácter de «historia verdadera» (Alêthino Logon), sostenido por Platón, en el sentido de que no era una fábula o ficción ni un mito creado por él o por Solón, como afirma Platón en sus dos célebres diálogos. Para que después sigan diciendo los pseudoescépticos y fundacientíficos, antiatlantistas y demás enemigos de Platón, que no existen fuentes primarias o documentos históricos ajenos a Platón que hablen de la Atlántida. Sigo esperando -con paciencia- que algún día sean capaces de entonar un sincero y sentido «mea culpa»… Creo que tendré que sentarme…
1– Claudio Eliano o Claudius Ælianus (c. 175 – c. 235), nacido en Praeneste; autor y profesor de retórica romano que floreció durante el gobierno de Septimio Severo (entre el 172-211 d.C.). Saber más sobre Claudio Eliano.
2– «… grassatur aries ut latro et nunc grandiorum navium in salo stantium occultatus umbra, si quem nandi voluptas invitet, expectat, nunc elato extra aquam capite piscantium cumbas speculatur occultusque adnatans mergit. ..» (Historia Natural. Plinio el Viejo; 9.4)