Decreto de la Diosa Divina
En nombre de la Presencia de la DIOSA en mí
y la de todas las MUJERES DEL MUNDO,
Invoco en este Círculo a la MADRE DIVINA,
a la Madre Tierra: GAIA, GEA, IXCHEL,
COATLICUE, TONANTZIN TLALI, AMALURRA…
A todas las DIOSAS de todo el Mundo y de todas las Tradiciones:
ISIS, ATHOR, PALAS ATENEA, ARTEMISA, ERA, VESTA, TARA, DANA, IEMANYA, LASHMI, DURGA,
SARASWATI, KALI, MERÚ, CINTEOTL….
Las Vírgenes:
DE GUADALUPE, DE LOURDES, DE FATIMA, DEL ROSARIO, DE MONSERRAT, DE LOS REMEDIOS, DE LAS
MERCEDES, DEL PILAR, DE LA CANDELARIA, DE BEGOÑA, DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN, DE LA DIVINA
MISERICORDIA…
A las Maestras Ascendidas:
LADY ROWENA, LADY NADA, LADY PORTIA, KUAN YIN, MADRE MARIA, ASTREA, MARIA MAGDALENA…
A las 7 poderosas Arcangelinas:
AMADA FÉ, CRISTAL, CLARIDAD, ESPERANZA,
MARIA, AURORA Y AMATISTA.
Amadas Angelinas:
MITZURI Y NIRISHA y a todas las angelinas guardianes de esta Humanidad.
A LA VIDA SAGRADA DEL:
FUEGO, AGUA, AIRE Y TIERRA.
(X3)
En nombre de la Presencia de la DIOS en Nah Kin
Respiramos con el aliento sintiendo como el poderoso manto de las Diosas desciende sobre nosotras y nuestro corazón radiante de luz, de mística comunión se expande, se expande, se expande.
Somos transportadas por la magia de la luz del corazón de la madre, a un espacio, a un bosque precioso, lleno de árboles que destellan luz, sus hojas son destellos radiantes, verdes esmeralda, las flores que ahí hay, son flores de cristal radiante luminosas, es el espacio donde co-crea la Diosa, donde el espíritu elemental de la tierra se vive, se siente y se percibe en su sublime grandeza, en su gran belleza, la atmósfera pura cargada de vida, nos hace sentir la poderosa vida moviéndose dentro de nosotras, sientan y absorban, donde esta nuestra consciencia está la totalidad de nuestra energía.
Todas hemos llegado a este encuentro revestidas con nuestra vestidura de luz infinitamente bellas, vamos a percibir que la que está aquí es la Diosa radiante que hemos estado visualizando, sintiendo y co-creando con ella, estos días.
Todas somos bellas, jóvenes, alegres, radiantes, sabias, justas, somos Diosas de abundancia, somos Diosas de amor, y al formar este círculo empieza a haber una conexión que activa un movimiento en espiral que se eleva a altísimas alturas dimensionales, respiramos con todo nuestro sentimiento y amor para ir activando más y más esta corriente de luz, que como un cono radiante se eleva hasta el propio corazón de la Diosa, la madre eterna, la madre divina, la madre de todos, la que fue en un principio, la que es ahora y la que será por siempre, a la que honramos y veneramos, a la que sentimos en nuestro ser, a la que nos ha hecho Diosas.
¡¡Respiren con más amor, aún más!! Desde la consciencia despierta de la Diosa que son y en nuestra íntima oración le expresamos a la madre:
¡¡Estamos aquí, tus hijas, abiertas totalmente de mente y corazón para recibir tu luz y tu bendición, tu sabia guía!! Permítenos co-crear con tu existencia el espacio de luz y vida para este planeta tierra, para esta humanidad y todos los elementos vitales que aquí se desarrollan, que la vida florezca de una manera gloriosa aquí en la tierra, que todos los úteros divinos como Diosas en este momento se unifiquen. Todas somos una formando el gran útero divino en conexión profunda con el Espíritu de la Madre divina, formamos aquí en la tierra el receptáculo sagrado, el útero que como una flor abierta esta lista a captar, a recibir y a su vez emanar la vibración trascendental del amor sublime, desde el centro de nuestra intuición, desde el centro de nuestra percepción extrasensorial captamos la vibración de la Madre que tocan nuestros seres, que desciende como la luz y nos envuelve y nos penetra en su totalidad, transmitiéndonos sus propias cualidades:
“Amadas hijas, este es el tiempo de recuperar la condición limpia y libre que las haga ser el botón florido que se abre generoso a compartir la esencia sublime que perfuma su ser, ¡Ábranse para dejar destilar su aroma de una manera suave y sublime, dulce y diáfana!, ¡Corra de nuevo el amor de la Diosa por toda la faz de la tierra perfumando la existencia de todos los seres, llevando la gracia divina a través de su sonrisa llena de resplandor divino!, ¡Caminen alegres, besando con sus pies a la madre tierra, su gentil caminar acaricia a la madre, y le hacen sentir que ustedes están vivamente, conscientes de la comunión con ella, suelten toda sensación de tensión, todo aquello que les cree un estado de fuerza, de choque interior!, la sublime esencia de la Diosa es suave, tersa, acaricia y con su sola presencia sana, porque Vds. son la flama de la luz, colocada en el centro de la existencia, la luz que brilla, la luz que con su suavidad prodiga calor a su entorno, caminen sueltas, seguras de que todos los seres de luz están con ustedes. Por su capacidad de captar y percibir los reinos superiores, las Esencias Maestras las han tomado como vehículo de expresión de la sabiduría eternal, sabiduría que han de compartir, que han de vivir, que han de sentir y sostener todo el tiempo mi intención solo con la presencia amorosa de su ser, cada una de ustedes será guiada en su espacio, su medio, para que expresen desde el acorde singular de su ser, la armónica celestial que estamos compartiendo con cada una. ¡Confíen, mantengan una actitud de pecho abierto, de respiración profunda, de íntimo contacto!, así estaremos emanando en Vds. toda la claridad de conciencia, el conocimiento que requieran y la fortaleza para mantenerse centradas en su sagrada misión, lleven alto, muy alto la dignidad de ser mujeres de luz, mujeres de consciencia divina, madres preciosas, seres sublimes, las flores del corazón de Dios que se colocaron aquí en la tierra para traer belleza infinita, siéntanse en esa dignidad que da la convicción de ser seres generados desde el espíritu, en conexión con ese espíritu y cooperando con el plan divino, para que esta tierra sea sanada, para que todas las limitaciones fabricadas por la mente sean borradas limpiadas y se mantenga el propósito puro de crear una humanidad constructiva, positiva, cooperativa entre todos los seres. Y en particular, amadas hijas, les recomiendo a todos los niños del mundo, a esos espíritus que están llegando con tanta sabiduría y que ahora están en todas partes, necesitando madres de amor, madres de sabiduría, todos los hijos de la tierra son sus hijos, porque en este gran útero espiritual, todas hemos gestado esta humanidad, cada uno de esos hijos, son sus hijos, en cuerpo, en alma y en espíritu. ¡Abrácenlos, envuélvanlos en sus oraciones, cúbranlos con la paz de su mente, cooperen para que crezcan sanos, felices, conscientes de su luz, rieguen esa semillita que hemos puesto, la semilla de la esperanza viene de cada niño que nace, sin distinción de sus padres, sin distinción de clases, sin distinción de nacionalidad, los niños son la semilla de la esperanza de la Madre. y cooperen con todas las mujeres que están gestando, sin preguntar nunca su condición, el porque, una madre que gesta, es una esperanza viva de la madre, de que esta humanidad ha de ser salvada, siéntanla como parte de ustedes mismas en la responsabilidad sublime de llevar la gestación a feliz término, todas somos un solo útero, todas somos una sola presencia, no hay diferencias en nuestro útero, todas somos las madres de esta humanidad, todos los hijos nos pertenecen, porque nos unen el vínculo más profundo y verdadero que es el amor, el amor que sentimos por todos los seres. ¡Amen, amen y cuando crean que están amando mucho, sientan y amen más, aún más!, son capaces de amar en la totalidad, son capaces de sentir la pulsación del universo en su propia presencia, porque son Diosas de amor, Diosas que sienten, perciben, respiran al universo entero, en todos sus aspectos, en todos sus niveles, son Diosas de vida, y dondequiera que ustedes estén, la vida está siendo apoyada, la vida florece. ¡Este es su compromiso!, y les encomiendo a los hombres, para que sean las maestras que le enseñen el camino del amor, de la ternura, de la suavidad, les encomiendo a los hombres, para que retornen a la consciencia de su verdadera luz, que cesen las luchas, que cesen los juegos de poder, la competencia, que lleva a un hombre a luchar con otro hombre, a una nación a luchar a otra nación. ¡Que los patrones masculinizados de lucha, competitividad, egoísmo sean lavados! por la presencia de la Diosa que comparte con dulzura, la comprensión la cooperación, el amor mutuo entre todos los seres encarnados para el bien común.
Oremos para que todas las mujeres reciban este mensaje en este momento a lo largo de toda la faz de la tierra que esto que les estoy transmitiendo a ustedes sea transmitido a todas las mujeres nacidas y por nacer, que se extienda este mensaje redentor. Sientan como este círculo se va expandiendo, expandiendo, expandiendo, besando en la frente a todas las mujeres, vamos Diosas abrazando a todas las mujeres del mundo, en un trabajo multiplicador del bien, en una misión Divina de llevar esa sensación de ser los agentes activos que traen la medicina al mundo, somos las mujeres de poder, del poder místico, del poder divino, del poder del amor, somos mujeres luz y estamos compartiendo la luz con todos los seres, imantamos al planeta tierra con esa presencia, siente como viaja la consciencia de tu ser, trabajando con miles y miles de mujeres, dignificando su papel de Diosas, dignificado su papel de madres, llevándoles el mensaje de que somos libres en el espíritu y que desde esa libertad espiritual podemos vivir con dignidad, abundancia y amor en la tierra, dejen correr las lagrimas del perdón, conmuevan su ser. La madre se sensibiliza en Vds., Nos abraza haciendo que el fluir de sus lagrimas lave ya todo el dolor del mundo, que el fluir de sus lagrimas sea ya la alegría de la Diosa viendo a sus hijas, redimidas, liberadas y de nuevo en el nivel amoroso, soberano que verdaderamente le corresponde, co-creamos con nuestros sentimientos luminosos, ¡dejen que sus sentimientos se expresen, se expandan, así trabaja la Diosa, así las vírgenes lloran, pero lloran lagrimas de luz, de redención y de perdón, seamos esas vírgenes, seamos esas madres, llevemos con nuestras lagrimas ese rocío celestial que calma todo dolor, que limpia todas las heridas, que sane el desamor, la separatividad, las lagrimas de la madre son lagrimas que unifican, que purifican, que bendicen, que sanan, que traen alegría a nuestros corazones.
Somos un solo ser en el amor, nuestro gran útero se siente fecundo, nuestro gran útero se siente maternal y acuna a todos los seres, hombres y mujeres; los abraza, esas lagrimas se convierten en ese líquido de vida, el liquido amniótico, es saladito porque es el llanto, el llanto de amor, el llanto que envuelve, el llanto que abraza, que susurra canciones de cuna, que le dice a toda la humanidad, ¡cálmate, el dolor ya ha pasado! sosiégate, porque ya el tiempo de la lucha ya ha pasado, y con nuestro ser de amor arrullamos, acunamos a esta nueva humanidad, una humanidad que todavía está aprendiendo el amor, pero que ese es el camino, esa es la respuesta que ya todos estamos buscando, la madre le susurra al oído a de toda esta humanidad, el amor es la única respuesta, el amor es la única respuesta, el amor es la única respuesta.
Acunen, abracen, esta la humanidad aquí, recién nacidita, está todavía tan pequeña, está gestando ese poder que había olvidado, y ahora por la acción amorosa de la madre, está regresando, todas juntas, todas cooperando, todas juntas en un mismo útero divino, todas somos necesitadas, las grandes y las chicas, todas las mujeres son una sola mujer, todas las mujeres son las madres gestoras de esta humanidad, y estamos dándole con toda la fuerza de nuestro amor, nuestra convicción de que solo la luz de Dios salva.
Agradecemos a los corazones de toda esta humanidad por habernos escuchado, por haber entrado al útero de la madre, por estar aquí con nosotros, y desde el corazón sublime de la madre, recibimos la gratitud amadas hijas, pilares de mi corazón en la tierra, les agradezco su presencia, su convicción y su amor hacia la luz, las reconozco como a mí misma, mantengan viva la llama del amor, el estandarte más sublime, elévenlo siempre, vívanlo, siéntanlo.
La Diosa en nosotras ha hablado, su mensaje ha sido claro, su trabajo fecundo y su amor generoso, lo que ella nos ha dado hoy, es lo que nos dará siempre. Recordemos su mensaje, que se quede ya presente en todos nuestros pensamientos, que sature todas nuestras actitudes, para que las actitudes estén en santa comunión con su mensaje, que llenen nuestro hablar, nuestro mirar, nuestro tocar, para que sean las manos de la Diosa, aquí en la tierra, ella nos ha tocado, ha tocado en nuestros corazones, la fibra más profunda de nuestro ser, y su toque es divino, nos ha transfigurado, nos ha redimido, y ha puesto en claro nuestra misión, con todo el amor de nuestro corazón, le vamos a decir:
¡Gracias Madre!
¡Gracias Madre!
¡Gracias Madre!