El Despertar Cuántico. Junio 2011
Me desplazo y cambio conforme los vientos soplan a través de mí y hacia mí. Cambio con cada nacimiento. Cambio con cada muerte. Cambio cuando los Cielos expresan emoción y se ungen a sí mismos. Mi temperatura cambia con mis emociones, el latido de mi corazón cambia con cada pensamiento. Son el cambio estacional de Dios. A medida que las moléculas a nivel cuántico reescriben las reglas, la vida despliega alas donde no las había para poder volar a nuevas alturas.
Los objetos aparecen y desaparecen desde el crepúsculo al alba, confundiendo el esquema de la mente. La comodidad en lo que era familiar ya no le sienta al alma ni la aquieta. El fluir libremente sin forma ni destino es un aspecto maravilloso de convertirse en un Dios en pañales. La caída libre en cualquiera o en todas las posibilidades no es para pusilánimes. Las posibilidades se reacomodan en nanosegundos a la vez, cambiando bases y resultados simultáneamente. Aún está por verse lo que saldrá del agujero de gusano personal, pero se lo espera con ansias.
Perder el pasado y desconectarse del ahora ofrece oportunidades que tienen que aceptarse. La nueva era, la vieja era, toda era se hace innecesaria cuando la humanidad da un giro de 180 grados hacia la reconexión. Las líneas entre humanos se sienten frágiles y tensas como el cordón umbilical que necesita que lo corten a último momento en el parto. Verse a uno mismo en los demás se ha vuelto doloroso y ahora la mayoría desvía la mirada para no ver. La unicidad parece minúscula en tanto la humanidad sopla y resopla y tira abajo la ilusión.
El tiempo y el clima se reescriben según estas nuevas leyes de creación. Cada puerta los lleva a otra autopista del ser. Las partes fracturadas de la evolución humana ahora buscan reunirse con sus contrapartes. Ustedes están tan ocupados recogiendo los fragmentos de sí mismos que no ven que lo mismo le está pasando a todo el que vive en su calle o su planeta. La humanidad ha pedido más en todos los niveles y así será. A cada persona se la conduce a todas las fases de Adán y Eva. El plano original ahora está adornado de rosa y posibilidades. Quién soy yo es la canción del alma mientras todos cantamos una nueva tonada. Para convertirse en su verdadera presencia, es necesario flotar libremente fuera del planeta si aún buscan caminar en las estrellas. Las realidades son desafiadas en un combate mano a mano documentado y en armas. El tiempo se apresura sin decir adiós siquiera a medida que las opciones se ajustan a la medida y se las acorta.