El Despertar Cuántico. Junio 2011
No podemos preocuparnos y creer al mismo tiempo. La preocupación y la fe no pueden compartir el mismo espacio, el mismo tiempo, la misma frecuencia. La energía de volar por el aire con la mayor facilidad representa lo que se nos está pidiendo hacer. Se nos pide que soltemos aquello a lo que nos hemos estado aferrando con tanta fuerza y nos permitamos ir en caída libre desde una barra de luz a otra. El factor fe debe ser 100%. No se acepta nada menos, de lo contrario uno caería hondo en las arenas movedizas del miedo sin tener de dónde aferrarse y sin ayuda ni rescate.
Cuando no encuentren la solución a lo que le ocurre a su corazón, dejen que intervenga el Universo. Hagan lo que puedan y confíen en Dios, el Universo, para que haga lo que ustedes no pueden hacer. Se les pide que mantengan la paz en medio de la batalla, que anclen con certeza divina que saldrán indemnes de todo aquello que no les desea lo mejor de la vida o de la luz. Creer tan profunda y firmemente no es para los débiles de corazón, débiles de luz, o débiles de propósito. Permanezcan firmes en lo que vive en su corazón. En medio de todo el infierno desatado, conviértanse en una bendición viviente. Usen su luz y su corazón para bendecir a los demás. Bendigan a todo el que se cruce en su camino, conviértanse en la sanación y lo sagrado, en su vida, en su apariencia y en su intención.
Busquen la forma de ser una bendición. No pueden dar más de lo que da Dios. Sea lo que sea que den, en bendición, en fe, en paz, a ustedes mismos o a los demás, les será devuelto en denominaciones de culminación que sobrepasen cualquier expectativa que tengan o hayan tenido. Dejen que el deseo de su corazón los conduzca hacia un lugar que los ayudará a sortear todo lo que llegue para eludir su alma. Es hora de ponerse los zapatos rubí de la convicción. Golpeen los talones a través de todo momento y permítanles acompañarlos hacia portales de convicción mucho más grandiosos que cualquier creencia que hayan tenido en el pasado.