«Yo soy un Hijo de la Tierra. Largos fueron mis años… Yo me acuesto por la tarde; y renazco a la vida por la mañana, según los Ritmos milenarios del Tiempo. Yo soy un Hijo de la Tierra. Yo le permanezco fiel. Ora muero, ora renazco a la Vida. He aquí que florezco otra vez y que me renuevo, según los Ritmos milenarios del Tiempo.» Libro de los Muertos
LA OUROBOROS
Esta es la ejemplificación de la reencarnación, siempre un ciclo que tiene su principio y que vuelve a renacer. Sin principio y sin fin, seria la forma de interpretarlo.
LOS RITMOS DEL SOL
Para nuestra mente es sin principio y sin fin, para los Dioses tiene un principio y un final. Y veremos como El hace para que esto funcione. El texto nos habla de esa serpiente que se muerde la cola, en ese círculo sin fin de la eternidad y el ciclo de las reencarnaciones. Luego dice «ora muero, ora renazco a la vida…» ¿y adonde? Al mundo, porque sabemos que donde hay vida, hay muerte. Al mencionar «Los Ritmos milenarios del Tiempo», habla de los que marca el Sol, que hoy llamamos ciclos. Los ciclos de Ra, Amen-Ra, como lo llamaban los egipcios.
¿Porque habla de esto? El Sol es el astro central del sistema planetario, y en base a sus ritmos y a sus ciclos, cumple un movimiento de transformación para él mismo inclusive, y es quien regula, por ser dador de vida, a través de sus ciclos la reencarnación. Todos vivimos por el Sol desde lo material, también vivimos y tenemos la posibilidad de estar acá, porque estamos inmersos dentro del aura de la Tierra, y el aura de la Tierra se nutre del aura del Sol, y así de igual modo, nosotros nos nutrimos de ambos.
Pero si el Sol no existiera, no existiría absolutamente nada. Sería un sistema planetario muerto, oscuro, como los que hay en algunas partes del cosmos. Entonces, el ciclo solar es de 11000 años, que se reparten en cuatro de acuerdo a los mundos y a las regiones del Universo, y en base a sus números, nosotros comprendemos los ciclos de la reencarnación. Un alma puede reencarnar cada 11 años, cada 110 años, cada 1100 años y cada 11000 años. Nada es rígido en la creación, y esto es la base del comportamiento dentro de la reencarnación de las almas. Sin embargo, también hay situaciones que están reguladas por esta ley, en números intermedios.
Imaginen un alma que necesite progresar muchísimo, un alma que está atrasada en su evolución, porque no ha entendido el mensaje, porque se ha castigado y se ha destruido a sí misma, y a todo su entorno con el comportamiento que tuvo. ¿Que necesita? Tiempo, luego no hay ley injusta desde los Cielos hacia nosotros. Ese alma va a reencarnar un poco más rápido, del comportamiento usual dentro de la reencarnación de las almas. De pronto, va a reencarnar antes de los primeros once años, después de haber abandonado su cuerpo, quizás a los tres años u once meses, vuelve a encarnar, porque está muy atrasada. Pero pongamos los otros extremos también.
Un alma brillantísima, y que se ha transformado en un Sol, que ha crecido tanto que es injusto que este en el cielo, cumpliendo una cantidad de labores, si, porque nada es estático, aun los Cielos son dinámicos, y todos tienen algo que hacer, los que tienen que aprender y los que tienen que enseñar.
Pero ¿dónde está el trabajo más arduo? es acá y seria un desperdicio que ese alma tan brillante este allí. Por eso reencarna más rápido, es necesario, la humanidad lo necesita. Necesita gente para servir, para ayudar a que los demás se conozcan a sí mismos, y poner luz, a medida que borra las tinieblas.