La Precesión de los Equinoccios
Glaciación y desglaciación. La cuenca del Mediterráneo seca. El Diluvio. Seísmos y explosiones volcánicas. De postre, el documental «La Conexión del Estrecho de Gibraltar: Las Cataratas del Atlántico»
“Todo aquí abajo ocurre como en lo alto” .
La Precesión de los Equinoccios o Gran Año, es un movimiento terrestre, provocado, porque el eje de rotación de la tierra no está fijo. Si no, que, tiende a describir de la misma manera que el eje de una peonza un círculo, para cuya realización, emplea unos 25.920 años.
Debido a este fenómeno, tiene lugar el fenómeno conocido como Grandes Meses, estos, no son otra cosa que, la división del primer periodo de tiempo, en doce periodos más pequeños, de unos 2.160 años, que, a su vez, se corresponden a las doce constelaciones zodiacales. Constelaciones, con las que entra el Sol en tránsito, una, tras otra, hasta volver a recomenzar dicho proceso. De manera, que, siempre gobierna o, nos sentimos influenciados, por la constelación que el Sol este cruzando. Pero, no se mueve el Sol, sino, la Tierra, variando gradualmente su posición, haciendo entrar al Sol en los distintos signos. A consecuencia de la nueva alineación de la tierra respecto al Sol es a lo que se debe, el gobierno, en cada momento de la constelación zodiacal ubicada detrás del Sol.
Aproximadamente cada 2160 años, ocurre un cambio de constelación. Pronto ocurrirá uno, saldremos de Piscis para entrar en Acuario.
El orden secuencial de constelaciones, en la precesión, funciona de forma inversa al orden zodiacal que empieza en Aries y termina en Piscis.
El primer hombre conocido, en la actualidad, por hacer alusión al movimiento de eje terrestre, fue un matemático y astrónomo griego llamado Hiparco, por ello, dicho movimiento, lleva su nombre.
Esta rotación, por el gran periodo de tiempo que emplea en realizarse, solo es apreciable en los cambios estelares y en la variación en los equinoccios.
Este movimiento inclinado del eje terrestre, es por tanto, el causante de las glaciaciones y desglaciaciones sufridas por el planeta. Puesto que, como es lógico, el eje, y, por tanto, la Tierra, se halle 13.000 años más cerca del Sol y trece mil años más lejos.
La última era glacial tuvo su fin al término de la era de Leo. Cuando a causa del prolongado estado de glaciación, el nivel del agua, presentada por los océanos, había descendido mínimo, unos 140m bajo los niveles de las mareas actuales.
Toda esta masa acuosa faltante, pasó a formar parte, de dantescos bloques de hielo. Llegando a cubrir más de tres veces la cantidad actual, unos ochenta millones de Km.3. Llegaron a ser las capas de hielo tan altas que incluso montañas de más de 2000 m quedaron sepultadas completamente.
Pero además de frío la glaciación es un periodo muy seco, unos 30º de latitud norte y de latitud sur. Esto provoco que el Trópico mermara hacia el Ecuador. Llegando a medir en algunas zonas solo unos pocos cientos de Kilómetros de ancho. Estas escasas zonas selváticas, constituyeron básicamente toda la vegetación existente en aquella época. Donde lo que no era hielo por lo general era terreno árido. Ocupando los desiertos cinco veces más de lo que ocupan en la actualidad. Y debido al descenso de las aguas grandes extensiones de tierra, hoy día sumergidas, se convirtieron en tierra firme, siendo muchas islas como las Azores, las cimas más altas de gigantescas masas de tierra antediluvianas.
Quedaron por tanto los continentes unidos: Iberia se unía con África por la zona del estrecho, Inglaterra e Irlanda formaban parte de la misma masa de hielo unida al continente Eurasiático, Japón y las filipinas también pertenecieron al continente, y, lo mismo, hubiera ocurrido con Australia de no haber sido por las fosas de las Filipinas, incluso el Norte de América estaba unido a Euro Asia por Berinia, esta capa de hielo se extendía uniendo además a Canadá y Groenlandia con el Ártico. De hecho incluso la zona norte de África estaba sepultada por el hielo.
Aparte muchos fueron los mares que habiendo perdido sus conexiones con los océanos, se secaron. Este fue el caso del Mediterráneo. El Mediterráneo quedo completamente seco al quedar el agua por debajo del estrecho de Gibraltar.
La mejor descripción del desolado aspecto del planeta la encontramos en el primer verso del Edda*, sobre la cosmología escandinava, reza así:
Himer o Ymer hijo de Bor es el gigante del hielo o de la escarcha, sobrenombrado Rhimthursar o Rhimthurs, “Viejo gigante del frió”, sobrenombrado Augelmer.
Himer fue el primer ser creado, nacido cuando, Muspelheim, el Mundo del Fuego, era tan brillante que abrasaba y llameaba. Lo que provocó que una parte del Ginungagap, “el Gran Abismo Abierto”, formado cuando el manantial, Hvergelmer, sito en el centro del Nilflehim, “el Mundo Nebuloso”, manaron doce ríos de agua helada, llamados, Elivagar, se convirtieron en hielo, mientras que el veneno que arrastraban se transformo en vapor, vapor, que al helarse, quedo reducido a escarcha que, se fue acumulando, hasta formar el abismó.
Imaginad lo pavoroso que debía de ser el abismo Mediterráneo, si en su punto más hondo mide aproximadamente unos 5.000m. De hecho, está comprobado que ríos como el Nilo dejaron su impronta en el suelo Mediterráneo, y es que, aún hoy, continúan sus marcas muchos kilómetros por debajo de las aguas. Marcas de su paso, que solo pudo dejar, estando el caudal del Mediterráneo seco.
Por tanto, el Abismo Abierto fue creado cuando el agua del Mediterráneo se evaporo y el vapor al ser tan ligero, fue empujado por el viento, hasta el norte, al Niflhein, donde se congelo y, cayó en forma de nieve, formando, capas y capas de gigantescos bloques de hielo. Esta, frecuente evaporación, debida en parte por la sequedad de esta época, por otra banda, era debida a la gran cantidad de lava que iba a desembocar en los océanos, lo que provoco que los cielos estuvieran perpetuamente cubiertos por espesas nubes, de forma, que, ciertamente, no había cielo sublime, y el Abismo estaba lleno de tinieblas.
Sí, lava, se decía que los ríos de veneno que manaban del Muspelheim, “el Mundo del Fuego”, que era tan caliente que llameaba como las pavesas de una fragua, se coagulaban, en su avance, hasta petrificarse. ¿Y, qué otra cosa puede ser, sino lava? Veneno, totalmente corrosivo, que devora todo a su paso. Y esto ocurrió después de innumerables inviernos, antes de que la Tierra fuese formada. Lo que hace mención a la gran cantidad de tiempo que perduraba la era glacial, unos 11.000 años, antes de la entrada en la era de Leo.
Urano, planeta regente de Acuario, la polaridad de Leo, es el planeta más magnético de todo nuestro sistema solar. Urano, por tanto, es el planeta que más magnetismo ejerce sobre la tierra, causante de rayos, huracanes, terremotos y volcanes que nos azotan. Porque, Urano, es junto a Sirio, el encargado de dar cuerda al centro centrífugo de la tierra, la dinamo interna del globo, causante de las ondas electromagnéticas que recorren nuestro planeta.
El núcleo interno de la tierra, formado por níquel y hierro y cuyo diámetro es de unos 2.740Km., está sometido a mucha presión, unas 3.800 toneladas por cm2. La presión es responsable de una temperatura de 4.000ºC., motivo de que la roca en su interior este derretida, este núcleo, se halla envuelto por otro de 2.100Km, llamado “la capa externa del núcleo”, dentro de esta capa, se generan las inmensas corrientes eléctricas causantes del campo magnético de la Tierra, debido a que el interior de la Tierra se halla en perpetuo movimiento de centrifugado, igual que una dinamo. Dicho campo magnético, dependiendo de los planetas que ejerzan más presión sobre la Tierra, se altera más o menos.
Esto es, el espacio-tiempo de Einstein, el espacio de cuatro dimensiones, es decir, la suma de las tres dimensiones del espacio geométrico, más el tiempo.
Siendo el espacio-tiempo curvo y deformable por la gravedad, para alterar el tiempo, solo hay que acelerar la velocidad centrifuga de un astro.
Así, Urano o Sirio, o ambos, en algún momento aceleraron su rotación, o quizás lo hiciera la propia Tierra, causado una gran alteración gravitacional y temporal sobre todo lo existente en el planeta. De hecho, cualquier cambio gravitacional de un astro afectaría como es lógico a los más próximos.
El dios egipcio Thot, fue el encargado de determinar la ruta que habían de tomar los astros en el cielo y los dioses gemelos Incas, Keri y Kame, obligaron al Sol y a la Luna a hacer una ruta concreta cada día.
Los Bambaras cuentan que un principio “el vacío” Fu, parió al “conocimiento”, Gla gla zo, creo el cielo, puso en orden el universo, dio un nombre a cada ser, los educó, escribió sus destinos y finalmente volvió al cielo.
“No se conocían los márgenes de los mares. El aire y el agua se confundían con la tierra, que todavía no se había solidificado… Dios, o la Naturaleza, puso fin a estos despropósitos, y separó al Cielo de la Tierra, a ésta de las aguas y al aire pesado del Cielo purísimo. Y, así, el Caos dejó de ser… una vez hecha aquella primera división, Dios redondeó la superficie de la Tierra… y así como el Cielo se hallaba dividido por cinco zonas…asimismo quedó dividido el Universo. De las cinco zonas, la de en medio quedó inhabitable por el fuego; las dos de los extremos envueltas en nieves; únicamente las centrales ofrecieron templanza a la vida…”
“Las metamorfosis”. Ovidio
Inhabitable, dándose a entender que, el cinturón de fuego que circunda la tierra, cruza por el Mediterráneo, de ahí el fuego provocado por los ríos de lava.
Así los Mayas cuentan que en una época de sequía cuando los océanos estaban más retirados cuanto más buscaban el agua más se alzaba la montaña.
““ ¡Tierra!”, dijeron, y al instante fue hecha. Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas, y al instante crecieron las montañas…”
“Abrió los odres acabados de hacer por los cíclopes, y para castigar al género humano dejó lanzarse al torrente de las aguas desde todas las cataratas del Cielo…fue rompiendo el seno de la tierra para que brotasen los chorros de los profundos manantiales. Las riadas arrastraron árboles, ganados… Mar y tierra se fundieron. No encontró márgenes el océano, y el ojo únicamente divisó agua… ¡arrastraba la corriente leones, tigres, jabalíes!…La Focia, que esta entre el Ática y la Beocia, fue en tiempos tierra ubérrima. El diluvio la convirtió en un mar. Pero en ella hay una montaña cuyas crestas afiladas rasgaban los cielos y cuyo nombre es el de Pârnaso. Sobre esta altura inaccesible casi quedó anclada la barca que conducía a Deucalión y a su esposa, únicos seres exceptuados del tremendo castigo.”
“Las metamorfosis” Ovidio
“Tiandi, el dios supremo del cielo, envió a la tierra un terrible diluvio para castigar a la humanidad… de todos los dioses de firmamento, sólo uno, llamado Gun, se apiadó del padecimiento de los humanos…bajó en seguida a la tierra y arrojó una pizca (de arcilla mágica) a las aguas. De pronto, la arcilla empezó a hincharse y a moverse bajo la superficie, y antes de pasar mucho rato pudieron verse cimas de cordilleras y montañas”.
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Nota de Soliman: de postre, el documental «La Conexión del Estrecho de Gibraltar: Las Cataratas del Atlántico»
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