De luces y sombras

 “No importa la intensidad de la Luz, cuando el individuo es opaco siempre proyectará la oscuridad, y además creerá que la sombra es su mejor    compañera”. 

 

 Desde Murcia,  H. S. Sa´îd b. Aÿiba al Andalusí

 

Cuando una persona se hace insensible a La Luz del Conocimiento, el Noor de Allah, decimos que es opaca, refractaria, que no se deja penetrar por Esa Luz. Y la confusión, producto de su ignorancia, es semejante a la sombra que proyectan los objetos cuando no son translúcidos.

 

Como consecuencia, la fortaleza del Dunia (el mundo ilusorio, nota de Soliman) será cada vez más intensa, y el individuo en concreto acabara sintiéndose atrapado y conforme en su estado de confusión, pero no feliz. Será asiduo, en su frustración, de la famosa frase; “¡Qué le vamos a hacer!, todo el mundo está así, así es la vida”.

 

¡Falso!, ni todo el mundo está así, ni la vida es de color gris, ni hemos nacido para sufrir, sino para CONOCER y ser felices como consecuencia inmediata del Conocimiento. Es la Sabiduría la que nos conduce, felizmente, a aceptar la dinámica de nuestra transformación. Y nada se modifica sin esfuerzo.

 

El único “dolor” admisible es el causado por el esfuerzo del aprendiz en su labor de acrisolamiento, pero como siempre, tras el esfuerzo llega la gratificación.

 

No obstante  debemos de considerar que, cuando el dolor es producto de la ignorancia establecida, y se acepta como principio moral de comportamiento, es un error evitable cuando hay verdadero deseo de aprender y en ello concursa con firmeza la voluntad.

 

Pero cuando el dolor es el producto de la perversión humana ha de ser combatido, lícitamente, con los medios adecuados y en la debida proporción.

 

Aquella doctrina religiosa que nos induce a aceptar la injusticia y el daño como una prueba venida de Dios, es una falsedad que conduce al conformismo victimista y a la manipulación de las gentes. Algunos dolores son producidos por el decurso de las leyes de la Naturaleza, otros dolores vienen desde nuestra ignorancia, por efecto del ego, y otros por causa de la acción directa o indirecta de las personas y acontecimientos.

Yo suelo decir que; “Si un problema tiene solución, debes de resolverlo, por lo tanto no te preocupes por ello. Y si un problema no tiene solución alguna, podrá no gustarte, pero será estéril que te preocupes. Por ambas razones libérate del dolor y convierte tus problemas en un medio para aprender”.

 

 Decíamos antes que cuando algo es opaco impide a su través el paso de la luz y produce la sombra. Llevado como alegoría al ámbito humano sucede algo semejante.

 

Cuando Allah Se Revela en la criatura humana dotándola de la Conciencia Intelectiva, inicialmente se produce la “sombra”. Es la confusión que nace en la persona, debido a que la Conciencia del Principio Creador se halla “obstruida” a causa de la “densidad” del objeto criatural.

 

El resultado que finalmente se derive de la interacción entre “ambas naturalezas”, estará determinado por la acción entre opuestos en un mismo individuo. Es decir, la docilidad de la  naturaleza criatural ante la Naturaleza Creadora.

 

La Luz del Conocimiento Se esfuerza en retornar hacia Sí, hacia el Ágera, en tanto que la naturaleza animal, perteneciente al Dunia, se aferra con fuerza al medio único en el que puede sentir, fugazmente, la sensación de seguridad. Sabe que en el momento en el que pierda su vínculo al medio –la vida-, perderá su fugaz existencia como soporte. Si el individuo hace un uso correcto de todos los procesos de su aprendizaje conseguirá el equilibrio, de forma que “cada” naturaleza cumpla su función

 

Lo denso de la naturaleza criatural y los atractivos del Dunia son fuertes y confusos, y se oponen al equilibrio desviando la atención del individuo desde Lo Verdadero a lo aparente, pero no es mas que el efecto producido por el temor a la extinción. Mas esto es necesario, pues si no hubiera oposición no habría movimiento, y por lo tanto no podría darse la evolución, propuesta desde el Origen, hacia El Gran  Conocimiento, el descubrimiento de La Verdad Esencial, Ágera.

 

 Desde la Conciencia en la criatura El Ser Se busca, pero al principio cuenta con que Su Presencia se “alberga” en el cuerpo-ego, el nafs, y este proyecta todavía “la sombra” de la ignorancia. Debido a la naturaleza del cuerpo-nafs como primera herramienta y a su influencia poderosa en los inicios, la Conciencia, todavía oscurecida por el cuerpo-ego, se busca por comparación, y para ello utiliza dos sistemas.

 

Uno será por comparación a través de la observación, todavía superficial, de aquellas criaturas de cuya existencia tiene conocimiento.

 

El otro método de búsqueda de la Conciencia por mediación del ego, será la introducción del mito en sus creencias con el fin de resolver lo que no comprende. Es el periodo de fabricación de “ídolos”, físicos e ideológicos, a partir de lo que el ego puede comprender o desea que fuese. Esto, en según que momentos iniciales de ignorancia es útil, pero es peligroso cuando se mantiene posteriormente, ya que cristaliza el espíritu en el fraude y le impide el vuelo hacia el encuentro. De esto suele ser responsable la petrificación de algunas religiones.

 

La Conciencia, velada en sus inicios por la fortaleza del ego, verá separadas y diferenciadas todas las criaturas. Debilitado después el ego, por la acción de la Conciencia, será esta la que comience a comprender sin velos que, todo, incluido su soporte-cuerpo no son sino aspectos diversos de Una Sola Verdad. 

 

El gran salto habrá de producirse cuando la persona comprenda lo baldío del mito y, con su mirada, sea capaz de traspasar la superficialidad de lo que observa, entonces habrá encontrado el “Principio de Ritmo y Equilibrio”, Tawafuq, su progreso.

 

Cuanto mejor sea el equilibrio entre “fuerzas”, la docilidad a la acción creadora, en la persona, será más eficaz, y viceversa. Y en la medida en que esta interacción se mejora la percepción de la Conciencia también será mayor, y el individuo, bajo la dinámica de sus transformaciones, se convertirá en instrumento co-creador de su entorno. Esta es una de las formas en las que Allah, El Bendito, también actúa sobre Su creación.

 

Podríamos preguntarnos ¿y por qué este “juego” entre opuestos?. Obviamente la respuesta es; si no fuera por ello no habría movimiento, y por lo tanto no habría Creación, no existiríamos.

 

La dinámica interactiva entre opuestos, o “Principio de Ritmo y Equilibrio”, Tawafuq, será, indudablemente, la responsable del triunfo o del fracaso. Será la que determine si el individuo “despierta de su sueño”, o si se deja seducir por él de forma definitiva durante este periodo de su existencia.     

 

“Hasta que la persona no se hace capaz de eliminar su opacidad, su actitud refractaria a la influencia de la Dinámica Creadora sobre ella, y se convierte en un “Abd” -dócil a esa acción-, la Luz del Conocimiento no puede invadirla y transformarla”. 

 

Cuando los seres humanos nos dejamos modelar por el Dinamismo Creador y nos hacemos dúctiles, eliminamos la opacidad y nos hacemos como el diamante, que adquiere toda su belleza en presencia de la luz que lo penetra.

 

“Así eliminamos la confusión representada en la sombra, y la Luz de la Sabiduría, que nos confiere toda Su Belleza, a nuestro través ilumina el entorno”.

 

El ser humano, penetrado y después transformado por la Luz del Conocimiento, ha sentido la modificación de su naturaleza. Al no haber oposición de su parte se ha descubierto como Luz reflejada por La Fuente de la Luz, y más tarde habrá de descubrirse como La Fuente misma.