Más de mil años de dominio y tamizado cultural cristiano en Europa han sido más que suficientes para inculcar en las mentes de los habitantes del Viejo Continente, una serie de conceptos y prejuicios erróneos sobre nuestra verdadera historia religiosa. Todo lo que se ha salido de los márgenes éticos y morales marcados por la visión cristiana del mundo terrenal y celestial, ha sido sistemáticamente borrado y eliminado de las bases culturales que dan forma y sentido a nuestra forma de mirar el pasado de Europa
Pero gracias a la incansable labor de científicos de reconocido prestigio, como Marija Gimbutas, ha sido posible adentrarnos en ese pasado oscurecido por la manipulación y la destrucción informativa de algunos intereses religiosos.
Marija Gimbutas es una inigualable e indiscutible arqueóloga cuyas revolucionarias tesis sobre el culto neolítico a la Gran Diosa Madre en Europa han sido corroboradas con el peso de las pruebas científicas conseguidas gracias a sus profundas, amplias y exhaustivas investigaciones de campo. Inicialmente, tras la aparición de este libro en el año 1974, sus teorías fueron catalogadas de simples conjeturas arqueológicas, pero el tiempo y las investigaciones realizadas por otros grupos de arqueólogos confirmarían una tras otra todas las conclusiones aquí explicadas.
Los europeos no tenemos esta forma de ver la vida porque sí. Los europeos no nos relacionamos con el medio que nos rodea ni sentimos nuestra existencia dentro del universo de esta manera porque sí. Nuestras inquietudes, nuestros objetivos, nuestro inconformismo, nuestra libertad y nuestros miedos han tenido un origen situado en un pasado cuyo nacimiento ha sido deformado y alterado culturalmente en los últimos siglos. Toda chispa intelectual y trascendente en el ser humano tiene un punto de origen, un antes y un después convertido en una revolución mental, y en el caso de Europa, este punto está situado en el Neolítico tras el nacimiento del culto a la Gran Diosa Madre.
Todo el universo simbólico que dio forma a esta religión a lo largo de los siglos está excelentemente explicado y demostrado en las páginas de este libro. El culto a la Gran Diosa Madre implica muchos más matices de lo que pueda pensar el lector, sobre todo, si el lector ha nacido dentro de la moderna cultura europea. “Diosas y Dioses de la Vieja Europa” contestará muchas preguntas que aparecen cuando nuestros ojos se fijan en el horizonte vital, revelándose con la claridad de una vela iluminando una antigua biblioteca abandonada.
Cuando la última página llegó a su fin, una pregunta me vino a la mente hace años cuando leí por primera vez esta obra: ¿Puede ser el recuerdo grabado en nuestra memoria ancestral del culto a la Gran Diosa Madre el origen del férreo culto a la Virgen María cristiana en Europa? No hay que olvidar que el culto cristiano tuvo como único eje a Cristo, pero en los últimos cinco siglos, el culto a la Virgen María se ha ido incrementando sin pausa alguna hasta convertir el cristianismo en casi un culto fervoroso a Maria. La sombra de la Gran Diosa Madre sigue estando presente, y “Diosas y Dioses de la Vieja Europa” es el mejor libro de investigación arqueológica sobre este interesante tema que jamás se haya escrito hasta el momento. Un libro con muchas relecturas aseguradas. Disfrútenlo.
