Retorno A-Malla
Para replantear el sentido de la vida. Tomo 1. Guillermo Hernández Barbosa (Noche Galáctica Azul)
LIBRERIA E-ANDALUS
2 TOMOS
© Ituci Siglo XXI – http://www.ituci.es
© Guillermo Hernández Barbosa
ISBN-13: 978-84-937491-3-2
Queridos amigos y amigas en España.
Recibid mi fraternal saludo desde Colombia, en la intención de sentiros más compenetrados con vuestro propio camino interior y en lo colectivo, mucho más despiertos y activos; los tiempos lo ameritan y lo exigen, somos de verdad privilegiados de formar parte de la escena misma de los acontecimientos planetarios. Ya son dos años de no ir por vuestras tierras y ciudades, donde me hicisteis sentir como en casa, eso se agradece y se guarda con satisfacción en el corazón.
Todos sabéis que el motivo principal que durante diez giras me llevó a España, fue el de compartir el sentir y el conocimiento ancestral y universal legado desde América; en su momento fue la manera adecuada; más cada circunstancia propicia otros modos de relación e intercambio, así que ante la decisión de no estar más en presencia entre vosotros, enfoqué el esfuerzo en la preparación de una obra que recopilara buena parte de lo que a través de muchos años de estudio y reflexión he podido esclarecer, siempre de la mano y guía del instructivo maya, en especial de sus precisiones matemáticas aplicadas a los ciclos de Tiempo evolutivo. El resultado: “RETORNO A-MALLA, para replantear el sentido de la vida”; con la inapreciable ayuda de mi amigo José Navajas y de su equipo editorial Ituci en Sevilla, quienes han tenido la paciencia y perseverancia ante una propuesta poco rentable desde el punto de vista comercial en esto de la industria editorial. Durante todo el tiempo estuve enfocado en este propósito, pero cuando los resultados dependen del estudio, del análisis, de la observación e interpretación de las señales con la lente de un código de conocimientos poco usual como el maya y no de la imaginación o la creatividad, nunca sabemos cuándo podremos dar por concluido un ciclo de preparación; así que en compensación por siete años de espera desde mi anterior libro, lanzo la casi totalidad del arsenal argumental que he reunido y discernido durante mucho tiempo, el suficiente como para plasmar una entrega sustanciosa, cuajada de información, analítica, profunda en muchos aspectos, reveladora en otros, demoledora con la mentira y la impostura en muchos pasajes, pero lo más interesante, el esclarecimiento de los principales axiomas e instructivos maya, convertidos en enigmas tras el ocultamiento y la tergiversación sistemática.
Es para mí una alegría poder ofreceros esta obra que estoy seguro os impactará fuertemente, si os dais la oportunidad de leer con atención cada párrafo, cada página, cada nota a pié de página. Este no es un libro pasa-tiempo, es un libro de texto para ser leído y releído y que al final entrega algo que jamás ha sido demostrado por ningún estudioso de lo maya: la decodificación paso a paso de la dinámica electro-magnética de las manchas solares, deducido del Códice maya de mayor contenido, parte del cual aún no descifrado y en especial sus implicaciones al cierre de un ciclo básico de nuestro sol respecto de otros soles, es decir, ahora.
NOTA EDITORIAL
Tiene en sus manos un libro excelente, pero a la vez, el resultado de la más dispendiosa labor entre los libros editados hasta ahora por nuestra editorial, Ituci Siglo XXI.
Guillermo (el autor) es colombiano y ha dedicado casi toda su vida para que ahora podamos conocer el fruto de sus investigaciones y sus trascendentes conclusiones. Agradecemos que haya confiado en nosotros para editar Retorno A-Malla. Gracias Guillermo.
Rosario ha tratado de uniformar el texto escrito por un colombiano (Guillermo) de formación tecnológica, para que resultara comprensible y agradable a todos los que hablamos español. Ha sido un gran esfuerzo, por lo que pedimos a usted lector, la tolerancia necesaria ante lo que le pueda parecer una disonancia lingüistica dependiendo del lugar donde haya aprendido esta lengua. Gracias Rosario.
Oscar ha maquetado buena parte de los libros de esta editorial. En ninguno antes, he notado su esfuerzo y dedicación tanto como en este. Gracias Oscar.
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Dedicado a mi segunda hija: Ada Luz, Noche Espectral Azul.
Quien con su nacimiento motivó un fuerte impulso para que también vieran la luz estas páginas largamente soñadas y pensadas.
El Agradecimiento de corazón a tantas personas que en diferentes países han estimulado mi actividad trashumante, quienes habrán de disculparme no nombrarles, no tanto por resultar extenso el listado, sino por temor a olvidar mencionar a alguna de ellas. Vuestro apoyo significó la permanencia en esta dedicación, de la cual estuve próximo a claudicar.
También mi reconocimiento a aquellas personas que considerándose afectadas en sus convicciones e intereses por mis aseveraciones, se convirtieron en contradictores, pues su postura fue acicate para estudiar más y más, e incluso, en ocasiones abrirme a otros horizontes donde se nutrió con argumentos lo que antes eran corazonadas; por ello les honro y no les olvido.
A los maestros y entidades que no vemos, pero que están ahí del otro lado del velo, ayudándonos según nos dispongamos a abrir puertas y archivos: Gracias por Ser y Estar ahí de manera permanente. Sin su ayuda, nada de esto se removería.
ÍNDICE
Tomo Uno
Prefacio. 13
A manera de introducción. 19
Capítulo 1. 31
-Situación actual de la evolución humana 31
-Tránsito hacia la última fase de evolución humana terrenal. 37
Capítulo 2. 49
-La sabia ciencia Maya está de retorno. 49
–¿Qué induce a concebir el retorno de lo Maya? 67
Capítulo 3. 85
-¿En qué radica la capacidad de atracción de lo maya? 85
– Maya, un estado de conciencia. 93
-¿Quiénes son los maya? 104
– Lo maya y el manto de la vida. 120
Capítulo 4. 131
-Dimensiones: un pilar central en la cosmología maya. 131
– Las 22 dimensiones de la Creación. 136
– Sobre las Nueve dimensiones de inframundos. 148
– En tanto Creación, somos color y música. 159
Capítulo 5. 191
-Lo Maya, ingeniería para el Proyecto Crístico de Humanidad. 191
-Activación de memoria evolutiva. 209
-América, la tierra del Viento. 222
Capítulo 6. 239
-La Ciencia Maya: Una guía para la acción en tiempos de
tránsito evolutivo planetario. 239
– Aplicaciones de fractalidad 1. 241
– Aplicaciones de fractalidad 2. 253
– Aplicaciones de fractalidad 3. 266
Capítulo 7. 291
–“Descubriendo al descubridor”: Un replanteamiento desde la América Maya. 291
-Reflexión a manera de preámbulo. 291
-¿Qué es una nación? 294
-¿Qué es un País? 295
-La síntesis racial. 313
-AMER-IBERIA: Una Cita Planetaria 332
-A manera de coda, dirigido a los peninsulares. 355
Capítulo 8. 363
-Un posible futuro inmediato. 363
– A propósito de los cambios. 386
Apéndices A, B, C, E, J, X. 393
Tomo 2
Capítulo 9. 479
– El factor Nibiru. 479
Capítulo 10. 495
-Un capítulo no programado. 495
Capítulo 11. 543
-El enigma del tiempo; aspectos críticos. 543
-Lo maya y las tradiciones. 564
Capítulo 12. 579
-Propuesta calendárica maya actualizada. 579
-KIN: modelo de unidad fractal. 582
-Calendario bio-cósmico de trece Lunas. 586
-Calendario Tun de 360 y Haab de 360 +5 días. 618
-La Matriz Armónica Maya ó Tzolkin de 260 kines. 634
-El Tzolkin como Cuenta de días solares. 639
–A los contradictores de la cuenta maya actualizada. 653
Capítulo 13. 669
-La cronología maya y el 2.012. 669
– Las manchas solares: expresión solar de la voluntad galáctica. 682
– Venus: un medidor del pulso solar para la tierra. 710
– Comportamiento solar magnético en ciclos conocidos. 725
-A manera de conclusiones. 813
Apéndice A: El factor maya en astrología. 395
Apéndice B: Concordancia Armónica. 427
Apéndice C: Efemérides maya para conversión de fechas. 441
Apéndice D: La mayor tormenta solar en 500 días. 827
Apéndice E: Composición étnica del pueblo ibérico. 449
Apéndice F: Teoría manchas solares, fragmento de libro de P. Geryl. 837
Apéndice G: Folio 37 Códice Dresden, fragmento de libro de P. Geryl. 855
Apéndice H: Equivalencias de cifras, folio 37 Dresden. 861
Apéndice I: Avance de Campos Magnéticos solares en un periodo de 962 días. 863
Apéndice J: Tránsitos de Venus. 451
Apéndice “X”: Una Rectificación a tiempo. 463
Prefacio
Hola amigo lector, el solo hecho de abrir un libro con un titular que no promete solucionar tus problemas, ya nos pone del mismo lado de la balanza; efectivamente, este libro para nada pretende suministrar pócimas de nada, al menos es lo que considero como autor, pero a cambio, de lo que si estoy seguro es de plantearos para la reflexión tantas preguntas y compartiros las señales que en mi vida de estudioso he hallado, para darles respuestas, que ya sabréis atesorar si os parecen sensatas, o dejar de lado, pero las preguntas quedarán allí rondando a la espera de recibir una satisfactoria solución. En cualquiera de los casos saldréis ganando, pues no se trata de encontrar sesudos argumentos, se trata de aprender a elaborar preguntas cada vez más certeras, más agudas, más perspicaces y hallar respuestas tan sencillas como veraces. Es el ejercicio de todo pensador, de todo guerrero del conocimiento, en pos de una verdad que le ayude a elevar su campo de visión.
Hay tanto para compartir, que mi mente se resiente al verse obligada a sintetizar al máximo, a exprimir los conceptos a su mínima expresión sin ser deformados, al tiempo de ser consciente de la responsabilidad que asumo respecto a que todo cuanto se diga o se afirme sea tan diáfano que no genere dobles interpretaciones, tan conciso que no de lugar a sesgos indeseados y a la vez ser entregado de la manera más amable como lo pueda expresar y por supuesto que sirva de algo en la comprensión del escollo en nuestro proceso planetario actual. Lo digo pensando en esa gran mayoría de lectores y buscadores a quienes mi nombre y dedicación nada dice, pero que anhelan encontrar en las páginas de estos libros que de buen agrado adquieren, una luz y en especial una esperanza que les impulse a perseverar no solo en la búsqueda, sino sobre todo a confirmar o a encontrarle un sentido a su vida y ¿por qué no? a la Vida.
No es fácil para este servidor, carente de estilos y giros gramaticales y artísticos, exponer un cuerpo de conocimientos tan diverso, uniendo piezas de tan diferente procedencia cultural, histórica, geográfica, cosmogónica, con el temor añadido de dejar baches, lagunas e incongruencias al momento de ponerlas por escrito; pero la vida me ha propiciado tanta cantidad, y a mi juicio, calidad de piezas de un puzle que poco a poco va mostrando formas y figuras reconocibles, que no hallo otra alternativa que decir las cosas de manera directa, de llamar a cada cosa por su nombre, al pan, pan y al vino, vino, sin dorar la píldora, sin eufemismos, puesto que ya no es el momento de estarnos ingeniando códigos malabares que deban ser descifrados por otros para intentar comprender lo que un fulano quiere decir.
Y es tanta y tan variada la información que nuestros lectores buscan y merecen que no podemos, a mi modo de pensar, seguir dilatando entregas de manera novelada en las cuales las páginas se consumen en describir escenarios e intrigas en vez de ir dirigidas a la esencia de cuanto se quiere compartir. En este sentido, difiero de quienes difuminan diez páginas de buen contenido en trescientas de historietas superfluas, pero en aras del respeto por la diferencia, bienvenidas sean las enseñanzas noveladas.
Por ello advierto que este libro es directo, poco divertido y emocionante, excepto para quienes deseen atar cabos sueltos, tener una visión global de nuestro proyecto humano y comprender la delicada encrucijada en la cual nos encontramos como civilización, casi al borde del colapso de un estilo de vida, incoherente, pero un estilo al final de cuentas.
De igual manera quiero poner como antecedente, que este texto no logrará contener o agotar la insondable fuente que lo inspira; cuanto más, logrará recordar eslabones importantes que sirven de enlace, de trama y urdimbre en un tapiz variopinto, en apariencia complejo, pero alucinante para quien busca y sabe ver más allá de las apariencias. Deciros que no me considero un descubridor, sólo un estudioso que no teme evidenciar una conexión cuando ella existe, un interrogador que ha inquirido al universo durante años y décadas una respuesta sobre algún detalle que debe ser comprendido, y que no se rinde fácilmente al no encontrarla a la vuelta de la esquina.
Este libro es el resultado de tal cuestionamiento y lo que comparto son las respuestas encontradas con la ayuda de un código, que para mí se ha hecho maestro, para enfocar las preguntas y las eventuales respuestas, el código es el de la cosmogonía Madre, Malla ó Maya como queráis nombrarle. “Retorno A-Malla” es un titular para evocar un gesto de reconocimiento a la madre, a la malla, a la T-Ra-Ma y la Urdimbre de la vida; un gesto de volver la mirada al camino ya andado, pues algo, de verdad importante, se nos quedó olvidado en uno de sus recodos y sin lo cual, poco a poco, nos hemos ido quedando ciegos y sordos respecto de la lengua original materna. De repente, torcimos el camino y nos adentramos en otras búsquedas, quizás atraídos por una quimera o encantados por el hechicero de la torre, por el Sáruman de la torre de Babel, y después no recordamos el camino de retorno a casa, quedamos atrapados en el país de las pesadillas de la historia. Ahora, la historia tal como la conocemos toca a su fin, su tiempo se ha consumido y es posible disolver el hechizo; la malla continúa intacta y resguardada en su sitio, para ella nuestro extravío sólo ha sido un parpadeo, un desliz de su hija Humanidad durante 260 generaciones del tiempo humano en los reinos de Mordor, de los señores del mundo oscuro que necesitan poseer los veinte anillos de poder, pero, de la misma manera como en los cuentos de hadas, al final, la verdad y la justicia han de prevalecer para que en el ‘país de, nunca jamás’ vuelva a ocurrir tal suceso. Volver a la Madre es la condición sin la cual no es posible reencontrar nuestro paraíso perdido, es decir, el sentido de la Vida.
Puede haber muchas maneras de presentar cuanto me he propuesto y cualquiera podría ser propicia al estar todo relacionado, ¡todas las puntas de hilo de los cabos sueltos pueden ser útiles al momento de desenredar el ovillo! Tengan ustedes paciencia y compasión con este servidor si no atino a disponer las piezas en el orden apropiado para cada uno, y no me pidan una metodología perfecta, porque apenas estamos recordando cómo madejar esta información y manejar esta herramienta de conocimiento que nos entregaron los maya, tejedores de la malla desde tiempos inmemoriales. Con seguridad, de perseverar, aprenderemos a discernir qué es primero y qué es segundo o quizá a reconocer que no hay primero ni segundo, sino todo al tiempo, pero justamente es hacia donde avanzamos evolutivamente, hacia convertirnos en seres de comunicación telepática, inhabilitando la acción destructiva de los implantes y evitando la confusión en el lenguaje operativo, es decir, otras torres de Babel.
La madre tierra estará feliz de nuestro retorno a casa, la abuela agua, la mar-océano, estará orgullosa de haber sido el líquido amniótico de nuestra gestación, la bisabuela Luz, entusiasmada, vestirá de gala a la tierra para nuestra graduación como seres con consciencia planetaria y el gran cortejo de nuestra familia galáctica que llamamos “Vía Láctea” estará acompañándonos en tan singular momento; toda una fiesta para la hermana menor Humanidad que será presentada en sociedad; no te niegues a asistir, tú no eres un invitado, eres un graduando.
Finalmente, advertiros que este no es un libro monográfico ni bibliográfico, así que no pretendáis que para que sea válido un argumento tiene que haber sido expuesto por alguien y hasta aceptado por las academias, volveríamos al mismo círculo vicioso; muy poca bibliografía está fundamentada en la cosmovisión y la excelsa matemática maya y la que pretende ilustrarla, generalmente, forma parte del molde que la des-configura. Cuando sienta necesario compartir la fuente de donde he extractado una idea, lo diré de inmediato, si algo me interesa es que consultéis por vosotros mismos, pero prometo no llenaros de citas, sino de ideas para despabilar a tiempo.
El autor.
A manera de introducción
Ya son cuatro años desde que me propuse dar forma a este libro y diecisiete de mantener la atención puesta en el tema, siempre aspirando alcanzar una comprensión tan completa como me fuera posible. Ahora toca entregarlo con lo que tengo, sin pretender más que compartir cuanto he logrado sacar en claro, que me parece poco comparado con la prolijidad y la grandiosidad del código cognitivo que me ocupa; son tantas sus conexiones y tan insondable su profundidad que no atino a verle fondo. Cualquiera que sea el sub-tema que elijo, acabo quedándome corto ante la avalancha de datos, parámetros a tener en cuenta, lo cual traduce complejidad para hilvanar ideas coherentes que finalmente sirvan al lector de cara a sus propias conclusiones; no obstante, estoy convencido que el contenido de este libro no lo encontraréis más que parcialmente en los escritos de otros colegas y por demás estudiosos del tema y de alguna manera eso mantiene vigente esta entrega.
Precisamente, por llevar tanto tiempo en la preparación y a la vez entregando información de lo que en cada paso he ido dilucidando, me he dado cuenta que otras personas, han utilizado las ideas que he lanzado, han tirado de los hilos que he hecho visibles, lo cual además de estar bien, corrobora a priori el contenido de este libro. Quienes en España han seguido la saga de seminarios y conferencias que durante cinco años y diez giras he compartido, encontrarán en este libro una síntesis de buena parte de ellos, siempre con el hilo conductor de la ciencia y la matemática maya.
En “Retorno A-Malla” con seguridad afirmaré cosas que millones ya han sentido, que miles ya habrán pensado y unos cuántos hayan expresado; la validez no está en la primicia sino en la manera singular de darle utilidad al código que nos heredaron los instructores maya ya desde lejanas épocas, de unir hitos históricos, recuerdos míticos, consonancias entre eventos aparentemente disímiles y distantes, datos dejados en el olvido por la historia oficial, renovación de anhelos y propósitos que por algo siguen rondando en el ideario humanista y en especial, por la corroboración de prácticamente todas las previsiones maya para este crucial momento en el cual nos encontramos como colectivo humano y como Humanidad. Si no soy la persona idónea para afrontar este tema, perdón a mis lectores, en ese caso solo quiero decirles que no es mi interés ver mi nombre ensalzado como un escritor exitoso, eso me tiene sin cuidado; pero si la vida me ha elegido para haceros llegar este mensaje de esta manera, así no sea el mejor, aquí pongo a disposición mi mejor esfuerzo. He sentido la ayuda de lo que algunos llaman el otro lado del velo, pero en lo cotidiano, lo que escribo es aquello que mi mente ha sido capaz de razonar e hilvanar y por ello mismo, aspiro a que quienes lean este libro, le pongan su capacidad de discernimiento, que no se queden solo en cuanto aquí se afirma, cada uno tiene la manera de ahondar en la profundidad de la comprensión de los subtemas que aquí se abordan y resultará siendo, ya no un libro, sino una visión colectiva que impresione la Mente subconsciente y se refleje en el Consciente Continuo de la Humanidad para vivenciar este eterno presente en el cual se espera que estemos con toda nuestra atención, sin dejarnos distraer más, que a eso hemos venido y que forma parte del convenio con nuestros propios ancestros, quienes nos dejaron la exclusiva de estar encarnados ahora, para que actuemos en concordancia, en continuidad de su esfuerzo y su memoria y para el más alto logro de todos. Ese es nuestro gran reto, el de encendernos cuando tenemos que estar encendidos.
Es una necesidad imperiosa e inaplazable volver a la Malla, al manto de la vida, a la trama y urdimbre sin la cual no se sostiene la realidad de la vida en los mundos del Tiempo; en sentido estricto, nunca nos hemos desprendido de la malla galáctico-solar-planetaria, pero en consciencia sí nos hemos alejado de su contemplación, seguimiento y aplicación en relación a otros momentos de alta espiritualidad en los actuales y en anteriores continentes y como consecuencia de ello, hemos creído existir por nosotros mismos y hasta de sentirnos independientes de cualquier idea que nos religue con el Todo. Tras ingresar de mano del paradigma y la Casa Mental dominante al sinsentido agnóstico de considerar inalcanzable lo divino (y la consecuente necesidad del intermediario inútil: religiones, ministros, clero) y todos sus correlativos, nos topamos con la imposibilidad de comprender la vida más allá de algo pueril y circunstancial, lo cual nos ha conducido a la insensibilidad hacia ella y lo que representa. El sofista discurso materialista ha calado hasta los huesos a través de la desfiguración de la cosmología, ya largamente echada al cuarto del olvido, reduciéndola a simples clisés filosóficos e ideológicos de poquísimo contenido, a establecer pueriles dogmas de fe, adicionalmente in-cuestionados como suplantación de la religiosidad y la espiritualidad; a considerar al ser humano como un individuo material y socialmente determinado y cuya realización se da en ese mismo terreno, a no pensar como colectivo, como comunidad, como pueblo y nación sino solo como individuo social y material e identificarse con banderas y fronteras artificiales. Por ello el gran enemigo del sistema de dominación siempre fue lo maya, razón por la cual se ha dado toda la persecución sistemática a través de milenios y en todos los continentes a todas las sociedades, escuelas, pueblos, naciones y personas que sostuvieron su nexo con el orden sagrado, que no es otra cosa que el orden natural. La instrucción maya para sorpresa de algunos es el común denominador de todas las civilizaciones de alta espiritualidad, todas tuvieron en su genealogía un estrecho vínculo con la divinidad en su advocación femenina incluso antes de poner su atención en la divinidad digamos masculina –aunque sin género-, pues lo natural es que primero nos relacionemos con la madre, al menos como seres humanos y mamíferos; con deciros que nuestro nexo con El Padre es a través de La Madre mientras sigamos en los mundos planetarios de aprendizaje, ya queda respondida la gran mayoría de las preguntas sobre lo maya. La instrucción maya contiene las herramientas básicas para comprender lo que somos, el mundo donde interactuamos, las coordenadas que nos ubican, los propósitos que nos unifican en cada punto del camino; tal como lo hace cualquier madre con cada una de sus criaturas; aprendemos a querer al padre y a reconocerle a través de la madre, únicamente ella tiene la certeza puesto que siempre el padre es un ausente para el crío en tanto que no lo gesta y amamanta. Los maya nos han enseñado que AM-AR al Padre, inicialmente se hace a través de la madre, pero finalmente por sí mismos; no hay Amor sin la acción de Amar, lo podemos ver lingüísticamente:
AM: es el referente en maya de nuestra galaxia madre, la bisabuela ADA.
OR: es el orden de la luz, la leche que alimenta la consciencia.
AR: relativo al principio masculino en lengua atlante (vocablo sobreviviente en el euskera, lengua del pueblo vasco, en el cual también Am es la madre, amá), así que entre el amor y el amar, media el acto de dar a luz, de creer que somos luz, de poner luz, o sea, comprensión de lo incomprendido y por tanto, la acción de viajar hacia el principio masculino en el sentido espiritual, de ahí que “S” de “S-AM-ADí”, el itinerario de la oca, Sa, sea representado por el arquetipo del ánade que elevándose de las aguas, se transforma en el ave solar, el halcón (Horus), hijo de Isis (madre tierra) y Osiris-Ra (inverso de Ar, disco “S”olar) al que se asciende por el caduceo como una “S”erpiente de luz hacia El Padre, como lo muestran los crismones en las portadas de las iglesias antiguas; más ese itinerario no es directo, tiene sus seseos, entresijos y transformaciones: se inicia desde el simple acto de desarrollar el instinto de sobrevivencia (cerebro reptil), desarrollando el afecto como manera de sostener la vida tras encontrar las satisfacciones (cerebro mamífero), aprender a nadar en el estanque de la vida y encontrar el alimento hasta en el propio lodo (oca), hacernos luminosos y elevar el vuelo del estanque hacia la luz (cisnes, flamencos, íbises), alcanzar una visión global integral (cerebro ave, águila), convertirnos en impecables guerreros de la vida como expresión de la luz que somos (cóndor, buitre) y transformarnos en la luz misma como irrefrenables enamorados de nuestro más alto destino (halcón, coz, horus, peregrinando hacia esa otra tierra filosófica del Ser, a Ávalon, a Ixtlan, a la Tulam o Tule, hacia la cual nos sin-cron-iza la tierra, a las dimensiones del no-tiempo, cerebro solar). Aquí están las claves resumidas en arquetipos, no es difícil escribirlo una vez comprendidas las pautas, más no siempre esto ha estado tan claro. Al quedar aislados unos de otros por las distancias culturales, no habíamos atinado a ver el itinerario general a través de los arquetipos.
Una razón secundaria para titular este libro como “Retorno A-Malla” es la de hacer un reconocimiento a uno de los sitios energéticos más interesantes de los hoy existentes y visibles, pero además, olvidado por capas y capas de desinformación. Se trata quizá del primer reducto donde ancló un maestro del cristianismo antiguo, procedente de las llanuras (celtas) iberas atlantes que en la posteridad serían inundadas por la elevación de los niveles oceánicos hace 10.500 años, señalando este patriarca con su gesto, la dirección que deberían seguir sus discípulos (los ánades de entonces) una vez llegado el momento: hacia el oriente. Ese maestro fue Spano Sam* (Sa: el ánade, Am: nuestra galaxia; portador de la Spada flamígera o de luz, de la Skalibur de la verdad y la justicia divinas, que es lo que su nombre significa); Spano y sus más cercanos discípulos construyeron su primer nido en alguna isleta entre las muchas en esa región existentes, a las que denominarían las tierras separadas (la sepharad hebrea) y con el tiempo, miles de años después, sus discípulos sufíes en la distancia le llamaron Sapharadis, el paraíso de la Oca, donde Sa de SAM significa Oca, ánade que por los aires vuela de continente a continente; ya en el nuevo hogar y desde las cumbres de lo que llamaron cordillera cánt-ab-ra. (al extremo de los reinos del padre sol), divisarían en cada atardecer el paraíso perdido en las aguas de su antiguo hogar occidental, al que los egipcios llamaron el Absu.
* Spano Sam fue el instructor maya del Rey pastor atlante Antulio (mimetizado en el San Antón del catolicismo) quien llegó a encarnar en su mayoría de edad y por cuarta vez la emanación de Consciencia Crística en este planeta.
Con los movimientos de placas tectónicas quizá por el peso de las aguas de la entonces recién iniciada des-glaciación, la parte más oriental de la placa atlante se levantó ligeramente generando como consecuencia el afloramiento por encima del nuevo nivel oceánico de lo que hoy conocemos como península ibérica, ahora sabemos el por qué de su nombre, quedando la serie de aparentes islas unidas como siempre lo estuvieron, formando lo que hoy llamamos cordillera de Cantabria, que al topar con la placa tectónica vecina, la europea, genera los montes del Nuevo Fuego (Piri-neos) como simple continuación de la Cordillera Cántabra (donde canta, cante o caste: traduce extremo; ab: padre; ra, disco solar, el extremo desde dónde despedir al sol en cada oca-so; téngase en cuenta que en euskera, pira o piri significa oca, pato). A esa tierra del nuevo nido de la oca galáctica SAM, con el tiempo se le llamó Galixia como una manera de rendir reverencia a las aguas matriciales del hogar sumergido, siendo la “X” (ish en maya, she en inglés) de sin-igual importancia porque representa a lo femenino, pero también la vía entre los rumbos, designados por una cruz (la cruz equilibrada: Lamat, el Plan Divino) para no perder el camino hacia el Padre Xolar-Universal, ese camino es el de la madre que pone solo cromosoma X, la Vía Láctea (AM), un cielo tachonado de estrellas, de ahí El Campo de Estrellas. Ahora ya sabéis a dónde hemos llegado: Compostela y al lado mismo de Compostela, su ubicación original y su nombre no podía ser otro, si se trata de la vía hacia el hogar, entonces será “hacia la madre” A-Malla, Amalla, Amaya.
Así fue el arribo a estos acantilados de los primeros karistianos que llegaron a la península, que ya no islas dónde erigir piras en las cúspides montañosas para comunicarse, de donde deviene la pira en la cúspide (piro en vasco es pato) una señal para los ánades, para las ocas y que llegará a tomar el nombre de Castelho (en el extremo hacia las estrellas, la tea de luz en el extremo más alto, donde ho es esencia de luz, el castillo, la luz en el extremo más alto), ya sabrán entonces de dónde deriva “Castilla”, “Castellón”. Cada castillo contó con su simbología heráldica, pero hubo uno común a todos, la “X” y ahora no os alarméis por lo que voy a afirmar: En las escuelas de sabiduría de los esenios, que en su momento fueron los encargados de preparar al Jesús discípulo hasta hacerle el maestro de maestros, se enseñaban estas perlas como parte de la historia; Jesús a partir de sus 33 años comenzó la explicación de su misión, llegando a conformar lo que la historia llamó el Colegio Apostólico, doce varones y doce mujeres; así que uno de ellos, que entre otras cosas fue el primer discípulo del Maestro Jesús inmediatamente después de su bautismo en las aguas de un afluente del Jordán (jardín) y que era discípulo de Juan “el bautista” de nombre Andrés (Ander el que camina, hermano menor de Pedro) resolvió en buena hora, como buen aprendiz de halcón peregrino, visitar el primer nido donde las ocas anidaron con ese patriarca de la cuarta jornada del avatar crístico hace 18.000 años; sus meditaciones y su atinado sentido lo llevaron a separarse del colegio apostólico de sus hermanos discípulos de Jesús una vez pasados varios años de su crucifixión y la partida de seis de ellos hacia Roma; Andrés no sintonizó con Roma ni con sus hermanos de misión, tomó camino hacia el noreste, llegando a lo que ahora se conoce como Moscú, allí y en el camino compartió las enseñanzas de su maestro, sin hacer demasiado énfasis en la crucifixión ni en la inmediatez de la instauración del Reino; con el tiempo asumió el símbolo de los karistianos atlantes, la “X”, que ahora se le conoce como la “cruz andreana” o “cruz en aspa”, que adosado a la cruz equilibrada lamat atlante es el símbolo ibérico por excelencia (para unos lábaro o l’auburu, para los vascos la ikurriña); de alguna manera Andrés se las ingenió para peregrinar hacia el campo de las estrellas y cumplir un deseo de su maestro que quizá no pudo llevar a cabo, “volver” con propio paso al nido donde en nueva tierra Spano Sam sembró la semilla del Amor del proyecto crístico para la postrera Humanidad, cuyas jornadas culminantes se darían en los cinco continentes que ahora distinguimos (los cinco huevos de oca al pié de la cruz en el óleo del crucifijo Nikodemo de Burgos, ciudad de Oca antes de la invasión romana, en las riberas del río Bátika –en euskera-, ibri, Ebro, Ebre o Hebrón en otras lenguas de la península, el río legendario de los verdaderos hebreos o batikanos diez mil años atrás); finalmente desembarcó en la bahía de Sardinero donde con el tiempo se fundó el puerto de Saint-Ander (Santander, donde Saint, no es de santo, sino de Sa, el ánade, Aín, saturno, cronos, y la T del espíritu; Ander, caminante: Aquel que camina la senda por donde El Espíritu de los ánades dejaron huella en el tiempo) lugar por el cual penetró a la península el Apóstol Andrés, recorriendo casi toda la cornisa cántabra hasta hollar el punto más occidental que se pueda alcanzar, el llamado extremo occidental del mundo conocido, cabo Finisterre. Un avezado investigador vallisoletano que sabe lo que afirma, Don Jorge María Ribero Meneses dice que allí, en Amalla, dio por terminada su misión terrenal el primer discípulo del Maestro Jesús y en su honor y émulo, millones de seres humanos, oriundos de cualquier latitud y longitud, peregrinan por los caminos de la cruz andreana, una inconsciente manera de buscar el origen en la tierra y el subconsciente camino de retorno al hogar en las estrellas. A este enmudecido apóstol por la ortodoxia católica, Andrés, en buena parte dedico este libro, una manera indirecta de dedicarlo a su Maestro.*
* De Andrés, se dice que murió atado a una cruz en aspa; ¡qué manera de tergiversar un propósito de orden superior!; la cruz en aspa representa su misión de entrega al proyecto de la madre galáctica AM y no por casualidad quiso recorrer un lugar donde los habitantes llaman “AMalur” o “Amalurra” a la madre tierra, útero de la madre galáctica que pone en las mitocondrias –exclusividad del óvulo- la informática que nos conecta al origen de lo que somos. La idea es clara: si no hay equilibrio con lo femenino vilipendiado y mancillado por los impostores, no es posible el tránsito hacia la siguiente fase de evolución planetaria y por ello, hizo su peregrinaje hacia el extremo más occidental de la cordillera cántabra, allí donde se evoca con su topónimo el propósito inmediato de esta Humanidad, el de su nexo al Padre a través de la Madre, al Universo Padre a través de la Galaxia Madre, de allí Galixia, Galicia y en resonancia con ésta, la Galilea que vio crecer al joven Jesús de Nazareth; comparad este concepto con aquel dogma según el cual, si le rezamos a la madre María (MiriAM), el hijo ya difunto –pero promocionado a la categoría de Dios- nos escucha, como si la divinidad requiriese de intermediarios. Andrés ha sido el continuador de la labor en ese sentido del Maestro Jesús y quizá por ello no nos quieren decir nada sobre él, entre otras cosas porque se abstuvo de exponer su convicción en Roma y se alejó de sus hermanos del colegio apostólico que por allí merodearon. Ahora es tiempo de reivindicar su memoria.
Otro de los apóstoles del maestro, en quien confió las postas de comunicación durante sus andanzas fue Tiago, otra manera de decir Yago, del euskera JainKoa, divinidad que alimenta, recordad además que existe el nombre Tiago y Diago en portugués; dicho apóstol no pudo llamarse Santiago por razones obvias, maestro Jesús no tendría a un santo entre sus discípulos varones pues ni él mismo se hacía llamar santo; el santoral sabemos fue ideado siglos después en Roma- El símbolo de Santiago es la estrella de siete puntas, la cual se expone casi en exclusiva en Santiago de Compostela, pero muy poco en el llamado ‘Camino de Santiago’, en el cual más bien encontramos cruces andreanas; adicionalmente al santo patrono de España se le asocia el epíteto de Matamoros, lo cual al mismo espíritu de Tiago apóstol, supongo no le hará mucha gracia, porque jamás mató moros (sus primos árabes, otra manera de poner a España a matar palestinos y moros de hoy) y mucho menos, lo cual es poco probable, que haya visitado en vida la península; así que os dejo la tarea de repensar ese pasaje de la historia, porque de repente, el santo patrono de la península sea Andrés, lo cual no es un demérito, por algo se hace profundo silencio sobre él y eso ya es sospechoso, siendo el primero que el maestro eligió como discípulo. Adicionalmente, la fiesta de Santiago y por tanto de España que fue fundada en 1.492 fue colocada el 25 de Julio, justo el día sagrado por fuera del tiempo del festejo Maya del día final del giro de la tierra al tzol.
Así que disfruta de lo que hay en este libro y ni por un momento consideres que aquí está todo. Es tan solo una puntita del iceberg de lo que ha sido lo maya para la Humanidad, tan solo una mota flotando en el océano de la consciencia; también ten presente que un simple iceberg hizo zozobrar a la más prepotente de las embarcaciones de su época justo a cien años del 2.012. No existe en realidad ningún enigma maya ni sobre los mayas, lo que ha habido no es más que pura y dura desinformación y ocultamiento; todo aquello de lo cual no se quiere hablar o decir la verdad, se envuelve en un halo a veces de misterio, a veces de secretismo y cuando no se puede tapar más el sol con las manos, se recurre a la difamación, el señalamiento, la censura, la amenaza, la prohibición, todo aquello que nos recuerda las sucesivas inquisiciones a través de la historia. Ahora no hay un iceberg en la ruta del Titanic Babilonia, hay todos los icebergs del mundo chocando su casco al final mismo de la des-glaciación prevista con la precisión del modelo maya de tiempo y aún así, se obstinan en negarlo y de qué manera.
Todos los planteamientos en los doce capítulos iniciales son una preparación para el décimo-tercero, por supuesto el que más me ha costado dilucidar y por ello esperé tanto tiempo sin hacer esta entrega. No soy del estilo de quienes escriben libros por llenar páginas y de lanzar ediciones con dos o tres impactos de opinión, no al menos en un tema tan cuajado de información y tan deliberadamente escamoteado. Para los ya avezados en lo maya, bien podrían ir directamente a ese capítulo, con calculadora en mano y dispuestos con paciencia para seguir el paso a paso de tan delicada decodificación, y digo delicada porque se trata de verificar qué podría llegar a ocurrir con la tierra física y con la Humanidad en las inmediaciones del 2.012. Estoy plenamente consciente de la seriedad del tema y como carezco de afanes cataclísmicos, evitaré llegar a conclusiones excluyentes; para nosotros, protagonistas en escena de un guión cuya última línea se da en cada aquí y ahora, a futuro todas las variantes están sujetas a probabilidades; en este momento al inicio del libro no me pidáis que adelante ninguna idea ni llegue a conclusiones sobre qué va a suceder, sencillamente porque no la tengo, solo cuento con la certeza de estar a un paso de lograr desentrañar, aunque sea tan solo una posibilidad real matemáticamente sostenible y sin argucias, de que estamos adportas de un cambio de verdadera importancia para la Humanidad. En ese sentido, -al menos desde mi perspectiva- no basta con afirmar poseer la verdad cosmogónica, el conocimiento y la interpretación de códices y calendarios, si no se llega a precisar de la misma manera como lo hicieron los instructores maya y con sus mismas herramientas que nos legaron, las implicaciones de los mismos para este momento tan singular para nosotros; lo anterior lo digo porque hay grupos y personas reclamando para sí la exclusividad de la posesión de la verdad maya; quienes estudien al menos el capítulo trece de este libro, entenderán por qué aseguro que esos mismos grupos y personas no han aportado lo que de ellos se esperaba, o lo que ellos mismos dicen poseer, pues este filón de decodificación jamás lo abordaron y sin él me temo, que todo se queda en vaguedades y sin embargo, no les señalo como equivocados ni les descalifico en ningún sentido, también ellos tienen su valor, sólo que exigir exclusividades en un tiempo de graduación general no tiene sentido; es muy fácil pedir que los demás se unan a mí, a mi credo y postura, lo que suele ser menos fácil para un ego personal o nacional si se quiere, es estar dispuestos a conceder aceptación y consenso con los hallazgos de otros: en la tierra no solo hay una neurona pensante, en especial en esta época.
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Todo lo anterior, corresponde a las primeras 26 páginas del libro en dos tomos “Retorno A-Malla”, poco menos del 3% del paginado total, pero que os pone en la pista sobre la importancia del tema que he desarrollado, hasta lograr una conclusión que aporta algo jamás antes demostrado en el sentido de que está escrito de manera codificada: Nos encontramos al final de un ciclo solar intermedio y todo nuestro sistema planetario se apresta para la ceremonia.
En amor y en servicio: Guillermo Hernández B. (Noche Galáctica Azul).