¿Porqué el Tantra?

El Tantra es un ancestral camino yóguico de realización. ¿Pero qué es la realización, a que se refiere y cómo la entiende el Tantra?

 
 
 
 
 
 
 
 
Tema de Shastro: El Diamante Brilla en el Centro del Loto
 

Jesús Gómez, Keshavananda. http://www.tantranuevatierra.com 

 
 
 
 
Hablando en términos yóguicos, aunque a los occidentales nos pueda chocar, dado nuestro agnosticismo intrínseco, y dado el nefasto concepto de la palabra Dios que hemos generado durante 2.000 años de cristianismo, la «realización yóguica» tradicionalmente ha sido la «realización de Dios». Esto es (y es muy diferente a la visión cristiana, por lo menos a la visión oficial que las iglesias cristianas, principalmente la que la católica-romana nos han transmitido) la realización de la naturaleza de Dios en uno mismo. Otra forma muy utilizada en Oriente para explicarlo, ha sido «el despertar» del sueño (maya) para recordar nuestra verdadera naturaleza que no es otra que la naturaleza divina, o el poder cuántico del universo que nosotros somos.

 

 

Básicamente podríamos recoger las enseñanzas del maestro Jesús, El Cristo, como esto que acabamos de describir: «Si tenéis fe, podréis hacer (milagros) lo que Yo hago y más». Esta simple frase, junto con otras múltiples más recogidas en la falseada y truncada Biblia que dejaron los «señores» fundadores, en el Concilio de Nicea del año 325, a parte de la mucha información novedosa y real disponible que podemos ahora recuperar (véase por ejemplo el «Evangelio de los Esenios»), resume la visión que Jesús quería transmitir, que ahora podemos reconocer no es otra que la visión ancestral del despertar del Yoga. De hecho, leyendo el mencionado Evangelio de los Esenios, podemos reconocer fácilmente en Jesucristo la figura de un yogui y de un chamán, nada por otro lado ajeno a lo que tanto el Yoga como el Chamanismo nos han transmitido durante siglos.

 

Después de haber renegado muchos de nosotros de los conceptos de las religiones y de haber buscado y habernos acercado a Oriente, a algo muy distinto como es el Yoga, no deja de sorprender el oír a los grandes maestros yóguicos de la India hablar de Dios. Pero realmente es algo muy distinto a lo que un cristiano podría entender como el concepto de Dios. Y ahora lo comenzamos a entender con la ayuda de la Física Cuántica, del Budismo,… y de las verdaderas palabras que poco a poco se han ido recuperando del Gran Maestro para la humanidad que fue Jesucristo.

 

Así que la famosa «Realización» del Yoga no sería otra cosa sino esa: el despertar de la mente humana dormida a su verdadera naturaleza y poder divinos. Otra forma de decirlo, sería el despertar de la mente humana a su verdadero poder cuántico creador.

 

¿Y por qué el Tantra? ¿Donde encaja en todo esto el Tantra?. Lo primero que habría que decir es que el Tantra es el padre ancestral del Yoga. El Tantra es realmente Yoga. O también podríamos decir que el Yoga es realmente Tantra.

 

Pero qué propone el Tantra y qué tendría que ver esto con el concepto de Ascensión.

 

Tantra y Ascensión

 

El Tantra es realmente un camino de Ascensión. ¿Qué es la Ascensión?

 

¿Qué es ese sonado proceso que multitud de personas hoy en el planeta Tierra reconocen como algo que se está produciendo en el mundo?

 

La «Ascensión de la Tierra» establece que la Tierra misma y el ser humano en general están pasando a un nuevo nivel de energía, a una «nueva dimensión», entendiendo esa nueva dimensión como un nivel más elevado de vibración de la materia, correspondiente a un nivel más elevado de despertar de la conciencia. Y aquí volvemos al Yoga y a Jesucristo: la mente despierta para recordar (reconocer) su verdadera esencia divina y esto por supuesto produce efectos sobre la materia. Una mente despierta, una conciencia divina reconocida, cambia la materia, que deja así de ser algo «denso» y desconocido para convertirse en un fiel servidor del Espíritu encarnado. Por eso Jesucristo (como muchos yoguis de la India) podían «hacer milagros» con la materia, por que cuando la mente «despierta», la materia cambia y se eleva de frecuencia, respondiendo directamente a la conciencia, al pensamiento creador. Hasta ahí el concepto de Ascensión que no sería otro que una nueva dimensión más elevada de conciencia, de pensamiento y de por su puesto, materia.

 

Tradicionalmente, al Yoga, como a otras vías espirituales, no le interesó demasiado la Tierra, al considerar que el mundo es una creación ilusoria de la mente. Por lo tanto el camino del Yoga fue y ha sido siempre verdaderamente el «despertar» para dejar o para «irse» de este mundo que no le interesaba. Sin embargo aquí el Tantra difirió significativamente con este planteamiento, el cual fue considerado (por el Tantra) como otra simple ilusión de la mente dualista: lo verdadero está en un sitio y no en otro.

 

Podemos considerar el Tantra Yoga como el camino de la no dualidad (Yoga = unión) llevada a sus máximas consecuencias. Según el Tantra, la pretensión de que lo real se encuentra en algún sitio fuera de la materia, fuera de la Tierra, sería sucumbir de nuevo a la mente dualista, a la mente ilusoria de la cual el propio Yoga y las demás vías espirituales han querido escapar. Y aquí el Tantra nos propone lo que podríamos considerar la esencia de su visión: «SOLO EXISTE DIOS, NADA Más que dios», «LO DE arriba es igual a LO de abajo», «lo que está dentro está también fuera», «la tierra es igual que el cielo».

 

Desde este planteamiento radical (recogido igualmente en parte de las palabras de Jesucristo en la Biblia cristiana y sobre todo en el Evangelio de los Esenios), la visión del Tantra no sería la de «escapar» de la Tierra, pues la propia materia se reconocería de igual carácter sagrado que el espíritu. No existen diferencias. Materia y Espíritu son uno y lo mismo. Lo único que existe son estados de conciencia y cuando la mente está dormida, su conciencia no recuerda, no reconoce su naturaleza ni su unidad.

 

Desde este planteamiento radical, la visión del Tantra no sería la iluminación para escapar de la prisión de la Tierra, sino la unión de la Tierra y del Cielo, traer, «bajar» (download en inglés), la Conciencia del Espíritu a la materia, o lo que es lo mismo: la ascensión de la materia.

 

Por eso realmente podemos considerar el Tantra como la visión padre/madre de la Nueva Era. Podemos considerar el Tantra como un verdadero camino de Ascensión en la materia. De esta forma terminamos también con las diferencias a las que la mente del ego es tan aficionada y comprendemos el porqué tantas personas que se han acercado al Tantra en busca de la verdad se han encontrado con una auténtica visión holística, donde realmente es posible (y necesario) integrar todas las demás visiones y acabar así con el sectarismo que ha aquejado históricamente a muchas de las aparentes vías espirituales en la historia de la humanidad.

Uniendo Oriente y Occidente

Uno de los efectos que esa visión de la totalidad del Tantra conlleva es la unión de la visión de Oriente con Occidente, o también lo que podríamos referenciar como la unión del hemisferio derecho cerebral con el hemisferio izquierdo, de lo femenino con lo masculino en el ser humano. Una unión simbólica y muy importante pues simboliza el final de la dualidad en la conciencia humana. No es casualidad que haya sido realmente occidente, que hayan sido realmente occidentales (frente a todas las críticas sectarias, sobre todo al «destapar» el tema de la sexualidad en el Yoga) los que hayan recuperado las enseñanzas del Tantra para el mundo. Unas enseñanzas dormidas durante muchos cientos de años y sepultadas por capas de visión yóguica espiritual masculinizante (véase artículo «Tantra: la tentación de lo femenino«).

 

Esta unión de los dos hemisferios, de las dos energías yin/yang que el Tantra comprende e integra sin prejuicios y que conlleva un verdadero camino de sanación de nuestras energías, de nuestro pasado, de nuestra mente y de nuestras emociones, es un requisito esencial para poder llegar a esa «realización» de Dios en nosotros, a esa espiritualización de la materia, a ese «bajar» la conciencia del Espíritu a la materia. Mención especial debe hacerse de la fundamental y necesaria sanación de la mente-emocional. La mente emocional debe ser liberada de ese modo de funcionamiento inconsciente basado en el automatismo de las emociones. Un automatismo destructivo convertido en una forma de funcionamiento general y extendida en muchos países que yo personalmente he dado en llamar en algunas charlas y artículos como «el macarrismo emocional». Una forma negativa de funcionamiento de la mente emocional que se sustenta y va unida a una utilización destructiva y negativa del lenguaje que nos esclaviza a patrones aprendidos y profundamente arraigados en la mente, ligados a las emociones básicas de la cólera, la ira y el miedo. La mente emocional debe ser liberada para dirigirse hacia la única emoción verdadera: el entusiasmo (del griego en-theos-usmus) que significa «estar en Dios dentro de uno mismo».

 

El Entusiasmo y la Dicha que conlleva son la prueba y lo único que realmente conduce a esa «Realización» que el Yoga propone y que el Tantra entiende como la «divinización» de la materia en todas sus manifestaciones.